lunes, 23 de enero de 2012

CHICAGO (¡QUÉ FRÍO COÑO!)

No sé muy bien como enfocar este post, sin generar una envidia que te cagas en el personal.

Recién llego de vivir cuatro días espectaculares con dos personas espectaculares en una ciudad espectacular.

Cuando eres soltera y sin hijos, hacerte un viajecito con amigas está muy bien, pero es lo normal, no lo valoras, no tiene mérito, no dejas nada atrás, tienes todo el tiempo del mundo para ti y puedes organizarte maravillosamente, siendo lo único importante el dinero de que dispones.

Cuando estás casada, tienes un trabajo y dos niños, pegarte una escapada de cuatro días con dos pedazo de tías (porque lo que yo me he llevado al viaje son dos seres humanos inigualables) cada una con sus familias, trabajos e hijos, es dificilísimo de coordinar.

En primer lugar tienes que tener un marido como el mío, que es un auténtico santo, y que se ha quedado todo el finde, solito, con la ESTRELLA y el PLANETA. Pero no se ha quedado sin más, se ha quedado con una sonrisa y sin ponerme ni una sola pega.

En segundo lugar, tienes que tener los días de vacaciones disponibles y peña que te cubra en el curro (no sé si esto debería ir en primer lugar), y en mi caso, en el VIVERO tengo unas compañeras peloteras que se han quedado con la misma sonrisa que mi marido.

En tercer lugar, tienes que tener la pasta para poder irte (no sé si esto también debería ir en primer lugar), porque irte de viaje pelao de pasta es un horror.

En cuarto lugar, tiene que compensarte dejar a tu familia, gastarte unos días de vacaciones y la pasta para viajar, y esto sólo te pasa si vas tan maravillosamente acompañada como he ido yo (creo que esto también debería ir en primer lugar)

Con estos cuatro requisitos que yo, gracias a Dios, he tenido, me he ido cuatro días a Chicago (¡Qué frío coño!)…

No sé como resumir el viaje, me va a costar un montón, pero allá voy, por capítulos:

A.- LOS AMERICANOS EN GENERAL.

Es la décima vez que cruzo el charco hacia Norte América, y una vez más vengo sorprendida con los americanos, y por dos motivos nuevos:

1.- La amabilidad: Para cualquier mínima o gran cosa que necesites en cualquier lugar tienes a un montón de personas dispuestas a ayudarte: si te pierdes por la calle, si no encuentras un restaurante, si no entiendes los ingredientes de la carta, si quieres hacerte una foto… y además se ofrecen, no hace falta que lo pidas… Tú despliegas un mapa de la ciudad por la calle, y corriendo se acerca un pollo para decirte: “May I help you?” (Puedo ayudarte?) … La gente es absolutamente encantadora. Y además, en cuanto notan que no eres de allí, se ponen a hablarte en español… y eso se agradece muchísisisisimo!!!! Es verdad que hay mucha gente hispana, pero los propios americanos hacen un esfuerzo por hablar en castellano contigo… Son geniales! Igualito que en España, que no cambiamos a otro idioma ni de conan vamos!!!

2.- La gordura: En España creemos que hay personas gordas… Nooooooooo… Nos equivocamos… Aquí hay gente flaquísima, flaca y menos flaca, pero gordos, gordos, gordos… Allí!!! Nunca, jamás en los días de mi vida he visto gordos taaaaaaaaan gordos… Y además desempeñan cualquier tipo de función: camareros, dependientas de tiendas, aduaneros, policias… Da igual el volumen que se tenga, ellos trabajan. Aquí, si los hay, no los vemos por la calle ni trabajando, están como escondidos… Yo, por lo menos, no veo gente tan gorda… Son inmensos, son enormes, son desmesurados… Y por supuesto no me extraña, porque todo lo que comen tienen unas calorías brutales. Todo está cocinado con mantequilla o manteca de cerdo. Los desayunos son una pasada. Dos huevos fritos con salchichas y bacon, tostadas con mantequilla y mermelada, ensalada Cesar, patatas fritas, un bol de café (aguachirri) al que hay que poner 257 sobres de azúcar (¿qué le pasa al azúcar en América que no endulza nada?), otro bol de zumo de naranja, y una ensalada de frutas, y todo por 8$ (5-6€ aprox)… Claro, que las que tenemos un estómago europeo, con ese desayuno, ya no comemos a mediodía…

B.- CHICAGO (QUÉ FRIO COÑO!) EN PARTICULAR

La ciudad es espectacular. Los rascacielos son impresionantes tanto de altos como de preciosa arquitectura, y si no fuera porque el día que decidimos dedicar a hacer turismo había una niebla que te cagas, estoy segura que desde el Observatorio de Hancock y desde la Sears Tower hubiéramos visto hasta Florida y Puerto Rico…

El único “problemilla” ha sido la temperatura, porque en esta época en Chicago (Qué frío coño!) la rasca rasca de verdad…

Cuando estaba haciendo la maleta, el AVIADOR, que evidentemente está muy viajadito me advirtió: “Prepárate a pasar frío, pero frío de verdad… Llévate las cosas de esquiar para debajo de la ropa, anda.”. Yo estaba un poco escéptica, pero le hice caso.

Calcetos de esquiar, leggins debajo de los pantacas, pantacas, botas de goma forradas con forro polar (parecidas a las del Carnicero de Milwaekee), camiseta interior, jersey de cuello alto, forro polar, otro jersey gordo, plumas, dos pares de guantes, dos gorros, y aún así… en algún momento he tenido frasquete y rasquilla.

¡¡¡Madre míaaaaaaaaa!!! Cómo se puede vivir a esa temperatura!!! Yo pensé que esto sólo existía en Siberia o en el Polo Norte, donde están los esquimales. Una noche, al volver de cenar a las 22.30, preguntamos en la recepción del hotel información sobre un musical, y al vernos llegar de la calle, nos dijo el señor de la recepción: “Ladies (me ha encantado que me llamen Lady todo el viaje, me parece taaaaaaaan romántico!!!) son ustedes unas valientes, porque estamos a -2 grados”… Yo, en mi absoluta ignorancia le dije: “¿Sóloooooo? No puede ser, si estoy requetecongelada!!!” y dijo: “Si, -2 grados Fahrenheit, que en Celsius son -18!!!”“Qué vengo andando por la calle a -18 grados?????”, “Bueno, esa es la temperatura real, pero la sensación térmica con el factor-viento, es de -26 grados”… Reconozco que esa noche tuve pesadillas soñando que se declaraba un incendio en el hotel, había que evacuar y yo tenía que salir a la calle a -26 grados descalza y con mi pijamita de princesa ridículo…

Y aunque Chicago (Qué frío coño!) es una ciudad llena de vida, se respira silencio y tranquilidad en sus calles. Por supuesto nadie pita en el coche, todo el mundo respeta los semáforos, la ciudad está limpísima y super cuidada…

Hemos tenido en tres días, tres situaciones climatológicas distintas: el primer día, despejado con un frío de muerte pelona (-26 grados Celsius de sensación térmica mínima), el segundo día cayó una nevada de kilo pero la temperatura era más templada (-11 grados Celsius de sensación térmica mínima), que si pasa en Madrid, nos quedamos aislados del resto del mundo durante tres meses. En Chicago (Qué frío coño!) sacaron 2758 máquinas quitanieves y 6732 carretillas-repartidoras/esparcidoras-de-sal y como si no pasara nada todo el mundo funcionaba, y el tercer día, niebla de narices y frío fuertecillo (-14 grados Celsius de sensación térmica mínima).

Reconozco que Chicago (Qué frío coño!) me ha encantado, y me encantará volver, pero a otra temperatura para poder subir a los rascacielos y ver algo, porque ayer la niebla se cortaba con cuchillo y tenedor.

C.- MIS ACOMPAÑANTES: PRINCESA D. Y REINA S.

Ellas, solas e individualmente, se merecen un post enterito cada una. No porque hayan sido, una vez más, unas compañeras de viaje repistonudas y maravillosas… Sino porque no sé que sería de mi vida diaria si no las tuviera conmigo.

Cada una con sus problemas, cada una con sus circunstancias, cada una con sus preocupaciones, resumiendo, cada una con su vida, son dos personas irrepetibles, al lado de las cuales me siento segura, arropada, querida, mimada, comprendida, entendida, aceptada… y espero que ellas a mi lado se sientan igual, porque si no consigo transmitirles todo lo que ellas me aportan a mi, algo estoy haciendo claramente mal.

Somos muy distintas, pero nos une un sentido del humor parecidisimo!!! Nos reimos de nuestra propia sombra y sacamos de cada circunstancia lo mejor y a golpe de carcajada, por eso disfrutamos tanto, tantísimo de los momentos que tenemos juntas (que para mi son escasísimos, me encantaría tener más, pero es que la vida no nos da).

“La verdad es que nos llevamos muy bien para ser amigas” (esta frase ha tenido su coña en el viaje, como otras muchas que han quedado almacenadas para la posteridad…)

Querida Princesa D.: gracias por darme la oportunidad de este viaje, del que tú has sido totalmente artífice (ya sabes a lo que me refiero).
Querida Reina S.: gracias por seguir siendo un ejemplo absoluto de como afrontar las situaciones que se te plantean (tú también sabes a lo que me refiero).
Queridas Majestades Princesa D. y Reina S.: gracias por dejarme caminar a vuestro lado, gracias por dejarme compartir vuestras vidas, gracias por vuestra amistad incondicional. En resumen, gracias por existir.

11 comentarios:

Paloma dijo...

¡¡¡Bienvenida a casa!!! Me alegro de que hayas disfrutado tantísimo. ¿Cómo no te van a ayudar los de tu alrededor a hacer estas escapadas, viendo cómo "exprimes" al máximo esos momentos? Sólo leerte es una maravilla. Besitos.

Mara dijo...

Pues prepárate Pal, porque el 15 de febrero está a la vuelta de la esquina...

TORO SALVAJE dijo...

No me das envidia.
A mí el que me da envidia es tu marido.
Que suertudo!!!


Besos.

sin más palabras dijo...

Entonces... que no me ha quedado claro. ¿Dices que hace frio, no? jejejeje

El 16 en discordia dijo...

Me alegra que lo pasaras bien y bienvenida a la granja perdòn al vivero quería decir.
Creo haber leído que hacía frío y entonces digo….….…Puede ser que esos gordacos tan gordos realmente no lo fueran y llevaran pantalón sobre pantalón sobre pantalón y camisa sobre camisa bajo polar bajo abrigo y solo aparentaran ser gordos.

Beatrice dijo...

¡Cómo me gustaría cruzar el charco! Pero me han dicho que en invierno hace un frío de cuidado y a mi lo que me va es el clima mediterráneo.
¡Qué envidia!
Ya nos contarás las mil tiendas que has visitado, y los mil museos también, claro.

Eres atrevida. Yo si salgo de viaje prefiero hacerlo con maridín. Es una ocasión de mirarnos más profundamente a los ojos. Nos lo merecemos los dos. Con él es con quien mejor lo paso.
Con las amigas, también lo paso cañón pero nos limitamos a cenita mensual, o quincenal si hay escusa.

F50 dijo...

jOOOO, MARA. Este post se quedará en mi corazón para siempre, junto con nuestro fantastico viaje.
He acabado igual que antes de subir al bus que nos llevaba al aeropuerto para volver...llorando a moco tendido.
Os quiero muchísimooooooooooooooooo

Mara dijo...

Toro: Envidia de qué? De quedarse 4días con dos niños???? El no opina lo mismo...

Sin más: Qué vaaaaaaa? Yo he dicho que hacía frio? Nada de nada. Un clima super apetecible para pasear...

16: Yo llevaba un montón de capas y te aseguro que no estaba tan gorda... Eran enorrrrrrrrrrmes!!!

Beatrice: Cruza el charco en cuanto puedas, porque América, en general, merece mucho la pena... Un consejo: empieza por NY

F50: Yo a ti más... Seguro, seguro, seguro que yo a ti más y con un Mickey Mouse así de graaaaande!!! Un beso inmenso (ya te echo de menos...)

Anónimo dijo...

¡Qué envidia Mara! Del viaje y de las amigas, no sé cuál más. Me alegro por vosotras.
Sara M.

Mamen Martin dijo...

jajajajaja que bueno el post. Que viaje mas guay! Cuanto me alegro corazón, estos viajes tan bien acompañada dan fuerza para seguir adelante, me encantaria conocer chicago aunque solo nombrarlo pienso... que frio coño!! un besazo

Anónimo dijo...

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