lunes, 26 de septiembre de 2011

NO ME ENCUENTRO BIEN...

¿Quien se ha librado de una buena vomitona? Da igual que sea propia o ajena. Todos, en algún momento de nuestra miserable vida, o hemos estado al borde de la muerte por culpa de una vomitona, o hemos sujetado la cabeza de algún pobrecillo desgraciado que estaba echando hasta la primera lactancia por todos los agujeros de la cara.

Las sensaciones previas al vómito son iguales en todas las personas. Normalmente, te encuentras raro, te dan escalofríos, sudorcillos inexplicables y salivación a lo bestia… A veces tienes capacidad de reacción y te da tiempo a salir pitando hacia algún sitio escondido, preferiblemente un cuarto de baño, mientras te tragas las dos primeras embestidas… y a veces sale como un “sputnik” y no te da tiempo ni a parpadear, no te has dado cuenta y estás potando en la papelera de tu despacho…

Normalmente, el cuerpo humano es tan sabio, que si piensas detenidamente en lo que lo has ingerido, producto por producto, alguno habrá que te de un asco horrible y ese, es el que te ha caído en el estómago como una bomba, y tu pobre cuerpo ha sido incapaz de digerir…

Hay alimentos, que no se sabe muy bien porqué, son especiales para sentar como el culo, vease: los pimientos. Los pimientos son de las cosas más indigestas que se han podido plantar en un huerto. Da igual que sean rojos, amarillos o verdes… Los pimientos son “hirosimas” para el estómago. Vease: el ajo. El ajo, con independencia de que se te repita entre 6000 y 15000 veces en una tarde, sienta de pena, y además … el ajo se suda… Y la gente que cena ajo, por la mañana tiene un olorcillo corporal especial, que me da un “repelus” horrible… No soporto el olor corporal a ajo.

Y luego hay comidas cocinadas que son de meter en Soto del Real o Alcalá-Meco al cocinero, porque te dan una tarde/noche/mañana-del-dia-siguiente horribles, verbi gracia: el botillo: esa tripa de cerdo rellena de matanza debería estar prohibida por la Unión Europea. Por ejemplo: El cordero: porque por poco producto o añadido que lleve, te puede llevar a ti a la muerte más dolorosa gastronómicamente hablando.

Debo sacar de aquí las comidas flatulentas, como las coles de Bruselas, la coliflor, los garbanzos… porque eso dan la tarde al de lado del que los ha comido, pero el que los ha comido se queda como nuevo cada vez que “efluvia”…

Dicho lo cual, pasaré a analizar los distintos tipos de vomitonas, clasificándolas de las que “menos nos importan aguantar” a las que “no podemos ayudar al moribundo”:

1.- Las vomitonas de nuestros niños: Aparentemente no nos importan nada… Y un jamón!!! Una pota esparcida por toda la habitación a las 2 de la mañana, te hace replantearte muy seriamente, ese lado maravilloso que tiene la maternidad. Los niños, a diferencia de los adultos, son capaces de dormir hasta un nanosegundo antes de echar la pota. Es decir, ellos están durmiendo, abren los ojos, hacen el “geiser” y después te llaman… Es más, son capaces de hacer el “geiser” y seguir durmiendo… Y tú, que estás a dos o tres puertas cerradas de ellos, eres capaz de oler el “batiburrillo/chimichurri” que se ha montado, antes de que te avisen. No hay nada peor que entrar en la habitación de tu hijo, te pegue un bofetón a pota revenida y encontrarte su maravillosa cena, triturada y semidigestada, esparcida en la cama-almohada-colcha, chorreando por la pared, con sus peluches pingando y él con todo el pelo, los oidos, el pijama. Y te das cuenta de que no han masticado casi nada, porque los espaguetis están enteritos escurriéndose por el cabecero… Y … a la ducha sea la hora que sea! A cambiar la cama, a pasar la fregona, a coger el “espontex” para la alfombrita beige de pelillo que te has vuelto a arrepentir de haber comprado, y a por la palangana para ponerla en el suelo a la altura de la cabeza y decirle que la próxima vez que se encuentre regular, se gire hacia ella… Lo cual, sabes positivamente que no hará.

Por no hablar de la cantidad de pota que pueden llegar a echar… Mi madre siempre ha dicho que los niños se comen un yogur y vomitan un cubo. Y es verdad… Los ves tan pequeñitos, tan endebles, tan inofensivos…. Abren el grifo y no puedes entender que su estómago tenga capacidad para llevar tanta cantidad de sustancia dentro. Y venga a potar, y venga a potar… y tu le miras asustada: pero hijo, qué has cenado? Si sólo has tomado una tortilla francesa y un plátano, y aquí hay para dar de comer a todo un regimiento de Afganistan”.

Las potas de tus hijos, no te dan asco… te dan ternura, penita, pero nunca asco. Eres capaz de poner las manos en forma de cuenco para que tus niños echen la potilla, el problema es que haces con el regalito en tus manos una vez que te lo han “confiado”, miras a los lados mientras gotea entre tus dedos y nos sabes muy bien que hacer con ella.

2.- Las vomitonas propias: Aquí habrá discrepancias, porque habrá personas que prefieran ver potar a otro que a él mismo. Yo no. Yo tengo una capacidad increíble de vomitar y seguir andando como si nada, y la he demostrado en un par de ocasiones, ante la asombrada mirada de alguna amiga que no daba crédito a mi capacidad vomitadora. Por eso prefiero mil veces que me siente algo mal a mi, que al vecino.

Porque es verdad que hay personas totalmente impedidas para vomitar con normalidad, y que después de hacer todo tipo de aspavientos y convulsiones son incapaces de echar absolutamente nada por la boca. Los sonidos que emiten estas personas te hacen pensar que están sentadas en una máquina de tortura con alambres electrificados en las orejas, mientras trescientas ardillas les roen las uñas de los pies… Se meten en el cuarto de baño y empiezas a oir: “Brrrrgggrrrffrrruuuhhhaayyyggrrbuuurrnn!!!”.. y tú en la puerta: te ayudo?” … “Nooooooooooooo!” y otra vez “Brrrrgggrrrffrrruuuhhhaayyyggrrbuuurrnn!!!” … y tú sigues en la puerta como un perro faldero, no vaya a ser que se desplome y tú estés tan pancha en el salón haciéndote la manicura…

Bien es verdad, que según sea lo que haya que vomitar es más fácil o más difícil. Por ejemplo, puestos a vomitar yo prefiero que lo que haya que echar sean cinco brugales con limón o seis cervezas, porque es líquido, liquidísimo y salen con muchísima facilidad. Si es un gazpacho, la cosa se pone fea y turbia, y como tengas que potar un cocido montañés, un arroz con tomate o una hamburguesa con patatas, el tema se las trae con abalorios, las vas a pasar canutas y puedes entrar en barrena, echando cositas incluso por la nariz… Pero fuera de eso, lo que es el acto en si de vomitar, se me da genial, genial, genial… Y creo que soy de las pocas de la familia que lo puedo decir. Me levanto de una cena, poto, me vuelvo a sentar y sigo comiendo. No me despeino, y por supuesto, no se me corre el rimel… A algunas personas incluso, se le revientan las venitas de los ojos del esfuerzo… No es mi caso.

3.- Las vomitonas ajenas: Cuando hay pota ajena, depende de la circunstancia, puedes cooperar fácilmente o no. Puede ser un trabajito limpio y fácil o una auténtica tortura china para el potador y el potado (también llamado sujetapotas).

Si la cosa deviene de una noche de marcha, y el que sea se ha cogido un buen pedal o le han sentado mal las copas, basta con que le sujetes de la frente por detrás y le agarres del estómago, para que la cosa fluya. Sale maravillosamente y tú lo único que haces es sostenerle para que no se desplome, pero nada más…

Diferente es, cuando tienes que sostener un cuerpo que convulsiona de las arcadas secas de una gastroenteritis, cuando lo único que queda en el cuerpo es absolutamente nada, y el cuerpo quiere expulsar esa nada… Eso es la pera, porque por mucho que tu le digas a la persona que está echando la glotis por la boca, “venga, fenomenal, lo estás haciendo genial”, la otra persona no puede sentirse peor, y peor, y peor, y te mira con odio africano, o directamente te echa del cuarto de baño… Y los alaridos desesperados son como los que hacía el increíble Hulk cuando se transformaba en “La Masa”. Y no hay palabra de cariño o aliento que le consuele. En este caso, lo mejor que puedes hacer es marcharte, porque al final te van a acabar regañando a ti por haberte empeñado en ir a cenar al lugar donde le han envenenado.

Y después de este post… cualquiera cena colega! Se me ha puesto el cuerpo al verres totalmente…

(Menos mal que mañana comienza a cumplirse el segundo propósito de mi verano… Me las piro vampiroooooooooooo!)

domingo, 25 de septiembre de 2011

CORAZON BLANCO

Voy a hacer una confesión que sé que me va a costar un montón de bajas en mis fanáticos-seguidores y va a provocar un montón de críticas, pero soy chula, y por eso lo voy a confesar… Mi corazón late blanco. Mi sangre es blanca. Mi color es el blanco, porque yo, soy MADRIDISTA…

A muerte! SOY MADRIDISTA HASTA LA MÉDULA…

Y tiene delito, porque, aunque sólo fuera por herencia genética, yo debería ser roji-blanca… Mi abuelo jugó en el Atlético de Aviación, y cuando mi padre empezó a “cortejar” a mi madre, se tuvo que hacer pasar por un rojiblanco para ganarse a mi abuelo…

En un principio, todos los miembros de la familia fuimos rojiblancos, sólo y exclusivamente, por respetar a ese pedazo de Señor que fue mi abuelo. Cuando falleció pudimos dejar fluir con dignidad y orgullo nuestro color, y al final de los cinco hermanos: el mayor mayor es madridista, el mayor menor se quedó anclado en la genética, la mayor mayor pasa olímpicamente del futbol, vamos que le importa lo mismo que un accidente de bicicletas en China (Uri va por ti), y la mayor menor tiene el abono en el Santiago Bernabeu justo detrás del mío…

Si! Tengo abono… Tengo Euroabono… Disfruto a lo bestia de un whopper con patatas en el campo más glorioso del mundo…

Cuando era pequeña teníamos abono mi padre, mi hermana mayor menor y yo… Íbamos a tribuna. Ibamos felices. Mamá nos “tiraba” en marcha, literalmente, del coche en la Castellana y nos “recogía” en el mismo punto donde nos había tirado pero dos horas después… Yo creo que en esas dos horas no iba a ningún lado. Se limitaba a esperar a que acabara el partido… Y no sé como lo hacía, porque en aquella época no había móviles para chatear, ni para hablar… Se debía comer unos trozos!!!

Siempre llevábamos una bolsita de supervivencia con tres bocatas de tortilla, tres cocas y tres frutitas… Y papá nos hacía siempre la misma broma. Pelábamos la fruta, él mordía un gajo y nos decía: “Le voy a ofrecer al Señor de al lado a ver si quiere un poquito de mi fruta!!!”… Y estaba mordida!!! Y mi hermana mayor menor y yo nos poníamos como tomates… “No papi, que vergüenza!!!”, y él nos decía: “Noooo, mira, mira… Disculpe, quiere… decirme que le ha parecido como juega Gallego?” “Hoy Gordillo no está acertado por la banda, no cree?”… Y mi hermana y yo respirábamos hondo… pero siempre, siempre, siempre, nos hacía la misma broma… Y siempre, siempre, siempre, pensábamos que le iba a ofrecer la naranja mordisqueada… ¡¡¡Qué ingenuidad!!!

Me encanta el ambientazo del campo. No entiendo la gente que se mete en los palcos por mucho jamón y cervecita que te den… (y mira que me gusta la cerveza), pero disfrutar de un partido en la grada… Es la leche!!!

En los abonos que tengo ahora, ya van seis o siete años seguidos en el mismo “vomitorio” (mira que es fea la palabra “vomitorio”, sólo de oirla te da un retortijón!)… Pues en mi vomitorio tengo unos vecinos divertidísimos…

Justo a mi lado tengo dos hermanos varones, pero en realidad son cinco hermanos varones (esa madre a un altar ya!)… Sólo vienen los dos mayores, pero los cinco tienen nombres que empiezan por “A”… Son encantadores y super-ricos… Siempre tienen pipas y regalices rojos. Y nos ofrecen de todo lo que traen, porque cuando estás en el futbol, la comida de los de al lado, es tu comida… Yo les ofrezco Whopper (a veces mordido para que me digan que no, porque mi Whoper es mi Whoper, es mío y solo mío y me revienta que me lo muerdan o alguien me lo intente comer!!! Los que me conocen saben lo que disfruto delante de Whopper). Sólo ofrezco por educación, pero en mi fuero interno no quiero dar ni una miguita!!! Ha quedado claro?

Delante tengo una cosa rarísisisisisima… Dos matrimonios, uno de ellos va con sus dos hijos (talluditos eh? de 30 añitos), y el otro va sin hijos… En el intermedio sacan unos sobres de jamón y chorizo empaquetado, que tienen una pinta bárbara, también sacan pan… y se hacen unos bocatas!!!! Los días que llegamos tarde y no nos da tiempo a pasar a por nuestra supercena, el aviador me incita a que les pida algo: “Joder qué bocata!!! Pídeles Mara, que a ti seguro que te dan!!!”. Y yo tengo morro, pero no tanto… y mientras salivamos mirando de reojo el manjar de dioses que se están metiendo, vemos los anuncios que ponen en las superteles del estadio…

Uno de los anuncios que ponen, es de lo mejor que he visto en los últimos años. El anuncio es este. (Mami, pincha encima de la palabra "este")

Buenísisisisisimo, me parto de risa con la rata con pelos castigada contra la pared!!! Me parto!!!!

A los que tengo delante, los he calificado de “cosa rarísisisisisisima” porque lo son. Se sientan mezclados… Muy mezclados. De hecho, el aviador y yo a veces discutimos quienes son matrimonio entre sí, y de quien son los hijos… Está claro que los hijos son hermanos entre si, pero no sabemos con seguridad a que madre pertenecen… Los maridos se sientan y no se mueven, no hacen ni un solo gesto en todo el partido, no se inmutan, comentan a veces en voz baja, pero nada más, y entre las señoras hay discrepancias… Una de ellas parece de cera, siempre lleva el pelo permanentado de peluquería de barrio y en invierno lleva abrigo de piel, y la otra es pequeña, pero pequeña, pequeña, pequeña… tan pequeña, que cuando se enfada (y lo hace a menudo) se pone de pie en su asiento y no nos tapa a nadie … mientras grita: “ESPANTAJOOOOOOOOOOO!”… El aviador siempre dice: “Qué pereza de tía!”, y yo le contesto: “Da gracias a Dios de que es la “vecina” de asiento del futbol, porque podría ser tu madre o tu suegra, y a ver que haces!!! Te la comes con patatas majo!!!

Detrás tengo a mi hermana mayor menor… Ha habido partidos, absolutamente aburridos, en los que me he pasado girada los dos tiempos… Me encanta estar con ella, y tenemos tan poquito tiempo para estar juntas, que me da pena “desperdiciar” el tiempo sin hablarle…

Y aunque me he confesado madridista, no he dicho ni una sola palabra de futbol… Lo sé. Pero todo tiene una explicación.

Soy mujer, y a los hombres les revienta hablar de futbol con las mujeres, y que las mujeres hablen de futbol, por lo cual, no voy a decir que Casillas es un porterazo (probablemente el mejor que hemos tenido desde que tengo uso de razón, aunque Buyo era mucho Buyo). Que echo de menos a Roberto Carlos y como corría la banda. Que Ronaldo es bueno, pero es un chupón. Que me encanta Ozzi y Di Maria (aunque son feos de cojones!). Que no entiendo como podemos sobrevivir con esa defensa que tenemos. Que echo de menos a Michel Salgado y a Hierro (y si me pongo a pensar también a Chendo y a Maceda). Que el medio del campo sin Guti está renqueante. Que queda mucho muchísimo para que volvamos a ver un compuesto tipo “la quinta del Buitre”. Y que nadie, nunca, jamás, sentirá los colores como Raul, Butragueño o Michel.

Dicho lo cual… Soy MADRIDISTA.

Me encantan/flipan/hacen feliz/alucinan/chiflan los momentos que vivo en el Santiago Bernabeu…

jueves, 22 de septiembre de 2011

MI FIAT UNO

Le debo un post, porque me dio una juventud repistonuda… Gracias a él tuve una independiencia brutal y mis amigas y yo pudimos hacer un montón de “locuras”, que con 19, 20 o 21 años nos parecían normales (y me refiero a viajecitos o salidas por las noches), cuando en realidad no lo eran en absoluto. Ahora entiendo que mi madre mirase para otro lado y pensase: “Que Dios proteja a sus pajarillos”

Recuerdo cuando me saqué el carnet de conducir, que me “flipaba” pisar un acelerador y que aquello anduviese… Me parecía increíble, y reconozco que tardé un par de semanas en meter tercera, porque me parecía que iba a la velocidad de la luz… Pisaba y brammmm!!! … “aquello” corría que se las pelaba y en algún momento pensé que despegaría del suelo y empezaría a pasar los semáforos por encima… Me invadía una sensación de poder y superioridad bestial y … ridícula por otra parte.

Ahora me pasa al contrario. En ocasiones me encuentro intentando meter sexta!!!!

“Aquello” era un Fiat Uno (Fiat Truño para mis amigos) blanco, pelao de extras, cuatro puertas, con una pegatina de los “Miami Dolphins” y sin turbo ni leches, pero a mi me parecía un auténtico Lamborggini!!! y que tenía por matrícula: M-XXXX_OF… Hasta la matrícula era molona y vacilona!!!! ¡¡¡OF!! Apagado!!! Y él, siempre encendido y decidido a correr por la Castellana!!!

Podía haber tenido un Ford Fiesta amarillo con el techo negro y que se semidescapotaba… pero aquel no aguantó el tipo y murió. Podía haber tenido un “Ferrari” o lo que es lo mismo a esa edad, un GOLF GTI 16 válvulas con asientos Recaro (de esos que parece que hay un tío buenísisimo agarrándote o abrazándote por detrás cuando te apoyas). Era pelotero. Se lo regaló mi hermano mayor mayor a mi madre…El problema es que el pobrecillo petó unos meses antes de que me dieran el dichoso Carnet, y fue reemplazado por mi SALVADOR, mi NIÑO, mi COCHECITO, mi FIAT…

He de decir que yo “compartía” el Fiat Truño con mi madre y con mi hermana mayor menor, pero eso nunca fue un problema, porque mi madre lo utilizaba por el día para hacer la compra y los recaditos habituales de las mamás, y mi hermana mayor menor tenía un novio magnífico que llevaba y traía a su amada a cualquier hora del día y de la noche en su coche (un besito cuñao! Tú le pusiste la pegatina que le distinguió de todos los demás!!!)

Por lo tanto, yo era dueña y señora del Fiat Uno a partir de las seis de la tarde casi todos los días. Y ese era el horario perfecto, porque comía, siestecita, estudiaba un ratito, moneaba por mi casa…. y a la calle con mi Fiat. Después mi madre adquirió otro coche mejor y la exclusividad quedó para mi. Ja! Era la reina del mundoooo!!!!

Qué independencia! Qué soltura para quedar con cualquiera a cualquier hora! No había pereza para salir, porque tenía a mi niño esperándome en la puerta dispuestito a llevarme donde yo dijera (donde yo condujera quiero decir…)

Aquel Fiat Uno nos hizo pasar unos momentos inolvidables, y se portaba genial en los viajes… Jamás nos dejó tiradas, ni se quedó sin sopa… Fue un cochazo, dentro de sus escasas y paupérrimas posibilidades… Nunca se comió una cinta de música, ni salieron en espiral negra con tirabuzón las tripas del cassette, sólo una vez pinchó una rueda y fue a 50 metros de mi casa, ante lo cual, es como si nunca hubiera pinchado …

Cuando iba de veraneo al pueblo cántabro de mi alma, era el único coche activo de la pandilla, por lo cual, todos esperaban a que yo me fuera a comer a casa para evitar subir, desde la playa al pueblo, la cuesta de la Estatua a patita, y era debidamente cargado con la “compra” para las fiestas en la playa. También lo utilizábamos para oir la música en esas fiestas, porque dejábamos abiertas las puertas y el maletero y se oían mis cintas, grabadas en “El Medita”, con un musicón estupendo.

Eso si, para cambiar la cinta había que meter un boli por una ranura donde muuuuucho tiempo atrás hubo un botón de “eject” para apretar y que saliera. Pero el botón se quedó por el camino, y el boli hizo su papelazo (bien es verdad que en todos mis coches siempre hay un boli, que llevo sólo y exclusivamente para usarlo de micrófono, porque cuando voy sola en el coche, me siento Celine Dione, cojo el micro-boli y berreo a pleno pulmón… Está bien, miento, no lo hago sólo cuando voy sola en el coche, también torturo a mi familia… Pero ellos me quieren y aceptan y, por contagio directo, solemos acabar berreando los cuatro…)

Los fines de semana era mío con exclusividad… Mi madre me lo dejaba llenito de sopa los viernes y yo se lo devolvía que daba pena… He visto en bastantes ocasiones la aguja de la reserva por debajo de cero… Y yo le decía: “venga chiquitín… Sólo un kilómetro más y te doy de comer…”, y era mentira, porque el kilómetro era a mi casa… Alguna vez, creo recordar, que le eché 20 duros… pero vamos la norma era dejarlo “pelao” y lo que todavía no entiendo es: 1.- cómo llegaba mi madre a la gasolinera y 2.- cómo no me mataba… Es lo que tiene el amor incondicional de una madre…

Cuando me casé, le dejé atrás… Se quedó en el hogar familiar, después, con el tiempo, mamá se lo prestó a mi hermana mayor mayor, que se encargó de desguazarlo “con mucho cuidado”… (A ella nunca le ha gustado conducir…)

El día que me enteré de que el pobre había petado me dio penita… Mucha penita. Y eso que yo soy “cero” apegada a las cosas materiales. Valoro a las personas por encima de todo. Las cosas están solo y exclusivamente, para darme un servicio. Yo las cuido, pero no me dejo la vida en ello. Me dejo la vida en las personas, no en las cosas… Puedo estar equivocada … puede ser … pero prefiero mil veces la sonrisa de un humano, que la tapicería impecable de mi coche… Por eso prefiero mil veces ir de copas con mis amigas, que perder mi vida en un túnel de lavado… Lo que no significa que el día que supe de la jubilación de mi M-XXXX-OF, no sintiera pena, y pensé que se llevaba con él un montón de recuerdos, de situaciones, de conversaciones y más cosas… Además dentro quedaron un montón de cintas de música que marcaron una época de mi vida muy  bonita y entrañable…

Ahora tengo un A3… Que me encanta!!! Al que hablo, le llamo también “mi niño” y le cuido bastante más que al Fiat Uno, porque ¡¡¡le pongo hasta gasolina y todo!!!… (es lo que tiene no vivir con tu madre…) … Eso si, en varias ocasiones he tenido que llamar al aviador, mangera en mano y decirle: "Oye, yo que soy, Diesel o Gasoil?" ...  Si me concentro todavía oigo sus carcajadas... Y aunque me encante mi coche actual, ya ha pinchado un par de veces… Y eso me hace recelar de él, y echar de menos la fidelidad absoluta del anterior…

En fin, que aunque sea a título póstumo, le agradezco a mi Fiat Uno todo lo que aportó a mi libertad personal y lo que hizo, por mi, en mi maravillosa juventud …

Divino tesoro que te marchaste para no volver, y me refiero tanto a la juventud, como al Fiat Uno

martes, 20 de septiembre de 2011

CARICIA

Según la Real Academia de la Lengua, CARICIA: (Del italiano Carizze). “Demostración cariñosa que consiste en rozar suavemente con la mano el cuerpo de una persona, de un animal, etc...” No estoy de acuerdo, por primera vez, con una definición de la Real Academia de la Lengua Española. No… Ésta, es una definición muy simple de lo que es una CARICIA… Una CARICIA es muuuuucho más…

No nos damos cuenta de la importancia que tiene, en algunos momentos de la vida, una CARICIA.

Una CARICIA no es tocar. Una CARICIA no es rozar. Una CARICIA no es un simple contacto… Una CARICIA es … una CARICIA…

Una CARICIA es una demostración de amor absoluta y enorme, y casi imperceptible por los demás. Una CARICIA es totalmente voluntaria por el que la hace. Una CARICIA es absolutamente gozada por el que la recibe.

Se distingue de un abrazo, en que los abrazos son maravillosos, un buen abrazo es la leche,  un buen abrazo te quita las penas, es como si se las traspasaras o transmitieras al de al lado, un abrazo es un apoyo, un abrazo es una ilusión por un encuentro inesperado, pero un abrazo es “vox populi” … una CARICIA es intimidad, una CARICIA es “tu y yo”, una CARICIA es sentimiento, una CARICIA es “aquí te estaba esperando”, una CARICIA es “gracias por haber venido”…

Se distingue de un beso, en que algunos besos son intensos, pero con el tiempo, los besos se acaban. La mayoría de ellos, llega un momento en que se dan por inercia, por saludo rutinario, no por sentimiento. Un beso se da por educación, no por ganas… Las CARICIAS no… No son un acto reflejo, no son un saludo a cualquier persona que te encuentras por la calle, no se las haces a alguien que acabas de conocer. Un beso si. Te presentan a alguien y no les das uno… le das dos besos!!!! Hay veces que le das un beso a algunas personas que te pican con la barba, que no vas a volver a ver en la vida, que ni siquiera has atendido a como se llaman… pero se lo das, sin ninguna gana… Y hay besos que pinchan… Que duelen…

Una CARICIA es meditada, es voluntaria, es querida, es deseada, es necesitada…

Hay distintos tipos de caricias:

1.- LA CARICIA DE UNA MADRE: Es dulzura. Es ternura. Es paz. Me encanta acariciar a mi ESTRELLA y a mi PLANETA por las mañanas, cuando están dormidos. Cuando huele la habitación a sueños. Cuando tienen la respiración lenta y profunda… Y de repente la cambian… Les toco la carita, les susurro “buenos días” y ellos cambian el gesto… Y se medio ríen, o sonríen… pero siguen dormiditos… Y les pregunto bajito: “¿Qué estás soñando?” … y la mayoría de las veces no pueden contestar del gusto de sentir la mano de su madre en la carita… La ESTRELLA normalmente me coge la mano y me la besa… El PLANETA me coge la mano y me dice: “sigue por el cuello mami!!! Hazme más!!!”… Me encanta, me da mucha pena despertarles, pero es un momento mágico el poder observar como vuelven de los sueños a la realidad cada mañana de la mano de mi CARICIA…

Y recibir una CARICIA de una madre, cuando te acurrucas en su casa, en su regazo en la hora de la siesta y mientras en silencio, intentas dormite, con su  olor, con el olor de tu madre, ella con su mano te acaricia… Y te hace sentir segura y en casa… Vuelves a la juventud… Es una pasada!!!

2.- LA CARICIA DE UNA AMIGA: Es comprensión. Es consuelo. Es compañía. Es fidelidad. Es un “haz lo que puedas, porque yo estoy a tu lado”… Es no juzgar. Es respetar. Es un “venga, adelante, estoy contigo” … Es verdad que no hay muchos momentos para acariciar a una amiga, porque son momentos muy íntimos, en los que hay una confidencia y una intimidad tal, que hay que ser muy amiga para que la CARICIA te llene y no parezca empalagosa o mal entendida… Es un apoyo espectacular una CARICIA de una amiga… Es brutal…

3.- LA CARICIA DE UN AMOR: Es AMOR (con mayúsculas).  Y AMOR … es TODO.

No estoy de acuerdo con la Real Academa de la Lengua, porque no sólo se hacen CARICIAS con las manos.

Noooooo… Error…

Hay miradas que acarician. Que llevan un cariño y una complicidad brutal. Que te sientes defendida en la distancia, que te sientes acompañada desde el otro lado de una mesa, que sabes que no estás sola aunque nadie te hable, que transmiten un apoyo inexplicable, porque alguien con su sola mirada, te acaricia. Y ves la admiración del otro en sus ojos, y el amor profundo que te profesa, y el cariño absoluto que te tiene… Y te sientes acariciada por unos ojos… Y eso es la leche!!! Es un “que guapa estás”, “como me gusta tu traje”, “qué bien cuentas los chistes…”

Hay palabras que acarician. No hace falta que sean de amor. Sólo con decir tu nombre, suena a CARICIA. Bajito, en voz alta, pero bajito. Susurrado, al aire, pero susurrado. Y sientes una CARICIA en su voz… Y no ha dicho nada más y nada menos que tu nombre…

Hay gestos que acarician, porque demuestran la entrega y la generosidad del otro para contigo… y quizá nadie sea consciente, salvo el acariciado por un gesto, y quizá no te ha tocado, pero es un “estoy aquí, pendiente de ti” … Es un “te sirvo el agua porque no llegas”, “te traigo tu fruta antes de que me lo pidas”, “te he comprado tus cromos, sin que te los esperes”…

Si todavía no has hecho una CARICIA, es porque NUNCA has amado. Si todavía no te han hecho una CARICIA es porque NUNCA te han amado.

Si has tenido la suerte de sentir alguna de todas las anteriores CARICIAS, no todas (eso es difícil o casi, casi imposible), alguna de ellas … sólo una, no se te olvidará nunca, ni el momento en que te la hicieron, ni como te la dieron, ni de quien provenía…

¡NUNCA!   

domingo, 18 de septiembre de 2011

CREO QUE HE PERDIDO LOS PAPELES...

... Uff!!! Y me cuesta reconocerlo, y ahora mismo al escribir esto me tiembla la mano, tengo el corazón desbocado, estoy absolutamente alterada, y tengo un nudo en la garganta sólo de recordarlo…

Antes de contar el porqué, relataré una anécdota…

El otro día el aviador volvió de Uruguay, y me contó que allí había visto unos pajarracos más grandes que las gaviotas, grises oscuros, zancudos, chepudos, a los que les salía una cresta agresiva en la nuca, que eran casi imperceptibles porque estaban con la cabeza gacha, mirando de refilón tus movimientos y sin moverse, pero que si te acercabas, si pasabas por su lado, se ponían de pie, extendían las alas y se te echaban encima, graznando y dando picotazos… Cuando el aviador se fijó un poco más se dio cuenta de que en el sitio en el que estaba el pajarraco tumbado había cinco o seis huevos, que estaba incubando y que al sentirse amenazado (o creer que sus futuros polluelos lo podían estar), se lanzaba hacía ti, sin ningún miedo y con una agresividad brutal…

El aviador me reconoció que en algún momento sintió miedo, porque había diez o doce pajarracos haciendo aspavientos con las alas hacia él, emitiendo unos ruidos/gritos super desagradables, y que tuvo que retroceder corriendo porque pensó que se lo comían vivo…

Hoy, estaba en la terraza de casa, repasando las circulares que habían llegado en la mochila de los niños, mientras veía en el parque de la urbanización a la ESTRELLA y el PLANETA jugar con sus amigos.

La ESTRELLA estaba saltando a la comba con tres niñas de su edad.

El PLANETA estaba jugando a las pistolas con unos dardos de goma-espuma que son totalmente inofensivos y que casualmente todos los niños del parque tienen igual. Jugaba con un niño de ocho años y dos niños de doce. El PLANETA tiene cinco. Ya sé que son un poco mayores para él, pero eran los niños que había en el parque. No había nadie más con quien jugar…

Desde la terraza he visto como en algún momento los mayores le quitaban los dardos y él lloriqueaba…También he oído como le llamaban “tonto”, “llorica”, “enano”, “llorón”, "niñata"… Cosas de niños… Me daba pena, pero también he pensado “Que se defienda un poquito, que aprenda a defenderse”… Su hermana estaba cerca y no parecía violentarse ante las cosas que le decían a su hermano…

He entrado en casa, y después de cinco minutos he oído griterío de niños y me ha parecido que el PLANETA lloraba. Me he puesto de pie para asomarme y en ese momento ha llegado la ESTRELLA al salón llorando y gritando: “Mamá, mamá, están pegando al PLANETA!! Baja corre!!!”

Me he vuelto a asomar a la terraza, y he visto a mi niño, a mi príncipe, a mi ratón, a mi corazón, a mi vida, con la cara pegada en un árbol, mientras uno de los niños de 12 años le agarraba del cuello por detrás y le retorcía el brazo, y el otro le apretaba los dedos de las manos y tiraba de la pistola para quitársela…

¡¡¡Dios Mío!!! ¡¡¡Qué sensación!!! ¡¡¡Qué dolor!!! ¡¡¡Qué impotencia!!! Se me ha subido toda la sangre a la cabeza, se me ha desbocado el corazón… Y mientras el aviador me decía “ya voy yo, tranquila, tranquila”… He abierto la puerta de casa como una flecha, he bajado las escaleras de dos en dos, me he cruzado con el PLANETA que venía llorando, convulsionando, sin aliento, con sus ojitos enormes llenos de pánico, sin poder hablar y con una cara asustadísisisima (y absolutamente arañada). Le he dicho “súbete a casa mi vida!!!”… he salido al jardín y cuando he tenido a los dos maromos de 12 años delante … hasta ahí puedo leer…

He sufrido un ataque de ira sin contener de los que hacen historia.

Les he montado un pollo de colores, les he echado un broncazo de narices, les he pegado unos gritos espectaculares y si no fuera porque estábamos en la urbanización y me podía ver algún vecino, les habría matado a machetazos con alevosía y ensañamiento…

Mi niño, mi pequeño, el PLANETA de mi vida, el niño de mis ojos, mi vida en pequeñito…

Cuando he subido a casa, me temblaban las piernas, me temblaba la voz, me dolía la cabeza y me he puesto a llorar… El aviador me ha abrazado y me ha dicho “Joder! Me has recordado al pajarraco de Uruguay! Vaya pedazo de madre!”. La verdad es que me ha hecho sonreír, pero … creo que he perdido los papeles… No creo que se deba defender así a un hijo de otros niños, porque al fin y al cabo son niños, y están jugando (aunque tiene delito que dos niños de 12 años abusen así de un enano de 5 que todavía zezea de vez en cuando)… También es verdad que cuando he visto los arañazos y las marcas en la cara y cuello del PLANETA me han dado ganas de volver a bajar …, pero ahí ya habría habido agravantes de reincidencia, premeditación, abuso de poder y descampado …

Lo que me ha llamado la atención es la reacción absoluta y brutal que he tenido ante un momento de dolor de mi hijo. Me ha asombrado el profundo dolor físico y la indignación que he sentido en el mismo instante en que le he visto sufrir, indefenso, solito ante tres niños, empotrado en un árbol, con un brazo retorcido…

Y he recordado a dos madres:

1.- La Virgen: Qué dolor debió sentir cuando ante sus ojos torturaron y asesinaron a su hijo… Y que ejemplo de paz, serenidad y entrega a la voluntad de Dios.

2.- Belén Esteban: Aquel día que dijo: “Yo por Andrea, MA-TO!!!” Y ahora lo he entendido, porque yo casi mato en cadeneta a dos niños.

Ha sido duro darse cuenta de que eres más parecida a Belen Esteban que a la Virgen, pero, también es verdad, que era de esperar.

Eso sí, estoy super-orgullosa de una cosa, sólo de una, en mi pérdida absoluta de papeles no he soltado ni un solo taco, rarísimo en mi ¿verdad? Y eso también me lo ha dicho el aviador: “Se han debido cagar vivos con tus gritos y amenazas, pero ha sido la bronca más educada que he oído en mi vida… ¡¡¡No has dicho ni un taco!!! ¿Qué te ha pasado?”…

Por la noche hice la correspondiente llamada al padre de la criatura, que abochornado me pidió perdón… Reconozco que la llamada me ha dado vergüenza, nunca pensé que tendría que hacer una de esas llamadas, pero prefería adelantarme, a que los niños le dijeran que la madre del PLANETA había bajado hecha una hidra encabronada a matarlos al jardín.

El PLANETA dice que no quiere volver a bajar al parque, y yo ya le he dicho que no se preocupe porque esos niños no le van a volver a molestar nunca más…

No sé.. No me he quedado bien... No estoy orgullosa de mi reacción...

Creo que he perdido los papeles, pero no lo he podido evitar, y si me volviera a suceder, me temo que lo volvería a hacer exactamente igual.

jueves, 15 de septiembre de 2011

FRASES FAMILIARES

Familia: “Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas”. Así define, de momento, la Real Academia de la Lengua a la Familia.

La vida en familia es estupenda. Y cuanta más gente “habita” en esa familia, más estupenda es. Cuantos más somos más ruido hay, más experiencias, más cariño, más conversaciones y más momentos inolvidables de ataque de risa continuo y de anécdotas que contar para la posteridad.

En mi casa, y me refiero a la casa de mis padres, éramos un montón (con abuela incluida, que era un ser maravilloso, divertidísimo, con un sentido del humor bestial y muuuuucho más moderna que mi madre) y por eso las frases familiares “para la posteridad” se han reproducido como por esporas y han quedado en el vocablo familiar “per secula seculorum”… El problema es que cuando lo usas fuera de casa, la gente no entiende su significado, o si, pero no tiene la misma gracia, ni el sentido, que cuando lo usas en “familia”.

Puede reconocer, y reconozco, que mi familia (y sigo refiriéndome a la que se formó en casa de mis padres) es divertidísisisisima, porque todos, todos, todos, sin excepción, tenemos un humor negrazo brutal y hemos sido capaces de reírnos a carcajadas en los momentos más tristes de nuestras vidas, sin ofendernos unos a otros, y entendiendo la “coña” del momento, sin criticas, ni enfados.

Espero que a los miembros de mi familia, y hablo de mi madre y hermanos, no les moleste que desvele alguna de las frases o coletillas más famosas de nuestro hogar, y que por cierto, he contagiado a un montón de mis amigas y conocidos con los que trato a diario.

Los que me tratáis os sabéis perfectamente todos y cada uno de estos palabros, porque los utilizo diariamente en reiteradas ocasiones.

Allá voy:

1.- Te vas a una fiesta, por ejemplo, y al día siguiente te pregunta tu hermana: “¿Qué tal iba vestida Menganita?”, “Pues nada, llevaba un “pasaqueyatevi””.

“PASAQUEYATEVI”: Ropa anodina, aburrida, como si, no queriendo dar importancia al acontecimiento al que vas, te pones lo primero que pillas, mono, pero soso, no dice nada sobre ti, y no transmites… pero no te columpias, sencillamente asistes al evento sin causar sensación, ni aplauso alguno, pasas desapercibida totalmente. Hay personas que son un auténtico “pasaqueyatevi” vital, y hay personas que sólo lo son cuando quieren…

Que yo sepa, y tenga claro, le he pegado esto a mi amiga B (la que todavía me está esperando en la máquina de correr del gimnasio).

2.- “Mamá, me voy a tomar un café al Corro”… “Hija estás como las “salipun””

“SALIPUN” (es más difícil de explicar y seguramente nadie la va a conocer). Cuando mi padre era soltero, le destinaron a Granada a trabajar, y allí había unas hermanas a las que llamaban las “salipun”, porque “sal y ¡pun!, te las encuentras”

Si estás como una “salipun” significa, que estás todo el día en la calle y que no pisas tu casa. Que todo el mundo va a pensar que eres una desarraigada familiar, porque nunca quieres estar con los tuyos, que parece que vives en la acera de la calle, y que estás con amigotes todo el día, porque todo el mundo está constantemente encontrándose contigo en cualquier sitio, menos cerca de tu hogar.

Que yo sepa, y tenga claro, no le he pegado esto a nadie, pero mamá y yo lo usamos hace muy poquito en una tarde de risas y recuerdos que tuvimos mano a mano.

3.- “¿Qué tal la cena ayer?”, “Mal, tía, nos pusieron en el “ahítepudras””.

“AHÍTEPUDRAS”: Peor sitio en el que te pueden poner en cualquier lugar, ya sea restaurante, teatro, cine, reunión de padres del colegio, avión, trabajo, función de Navidad… Es ese lugar abandonado al fondo a la izquierda (al fondo a la derecha siempre está el cuarto de baño) y en el que o te atienden fatal o no te atienden directamente.

En ocasiones, cuando quieres estar en una conversación íntima, un “ahítepudras” está genial, pero por norma general, el “ahítepudras” es una mierda, porque acabas de los nervios, cenando todo frío, o no viendo a tu niño en la Función porque tienes una columna jónica que te lo impide, o volando con un frío horrible todo el trayecto o al lado del cuarto de baño de un avión en el que 300 personas van a mear dos o tres veces cada una…

En fin, un “ahítepudras” es una ñorda de sitio en cualquier sitio.

Que yo sepa, y tenga claro, le he pegado esto a mi amiga P (la de los cuatro niños)

4.- Son las 23.00 de la noche… “Mara, no has cenado todavía, ¿que quieres cenar?”, “Yo me tomaría unos macarrones…” “¡¡¡Ahora si que llueve gordo!!!”

“AHORA SI QUE LLUEVE GORDO” : Frase de un ser que entró en mi vida cuando yo tenía dos años y medio, y que treinta y tantos (pocos) años después, todavía, me manda croquetas en tuppers para la ESTRELLA y el PLANETA. Es un ser, absolutamente maravilloso, que sin ser de la familia es la que más años ha permanecido y vivido en ella, junto con mi madre (y a este paso nos “liquida” a todos)… Es un ser irrepetible, excepcional, con una fidelidad a nuestra casa absoluta e infinita, y al que yo considero como una (segunda) madre. Debería escribirle un post, lo sé, pero ella no me va a leer, no sabe ni para que sirve un ordenador, y tiene un móvil sin batería desde hace siete años en el bolso, por si hay alguna urgencia (ya ves tú, cuando lo quiera utilizar…).

“Ahora si que llueve gordo” significa mil cosas… Entre ellas “Vete a la mierda bonita, me lo podías haber dicho a las 20.30, que es cuando se preparan las cenas en esta casa…”

“Ahora si que llueve gordo” lo puedes utilizar para cualquier circunstancia que se plantea en tu vida, sorprendentemente, que no te esperabas y que tienes que afrontar en ese instante, a pelo y sin anestesia…

“Ahora si que llueve gordo” es un pedazo de frase que sé que vas a utilizar… (ya me ha pasado con un montón de gente…)

Que yo sepa, y tenga claro, le he pegado esto a mi amiga D. (una aérea maravillosa)

5.- “Bueno, no sabes, anoche conocí al novio de Zutanita”, ¿Qué tal era?”, “Pues hija, un “Tio Peine””

“TÍO PEINE”: Mi magnífica abuela, una vez más, introdujo en casa este “adjetivo calificativo” sobre un hombre… También introdujo “Tio Tipo”, pero “Tío Peine” era mucho más calificativo, o descalificativo, según se mire.

Un “Tío Peine” no sé describirlo. Pero en casa todos sabemos, sin ninguna duda, lo que es un “Tío Peine”… Voy a poner ejemplos de “Tios Peine”, sin ánimo de ofensa, pero para que quede más claro el concepto: Juan El Golosina, Toni Genil, Leonardo Dantés, Torrebruno, El Fari, Ortega Cano...

En casa (de mis padres) tenemos un “Tio Peine” oficial, al que llamamos “Uncle Comb” para distinguirle del resto de “Tios Peine” del mundo.

Que yo sepa, y tenga claro, no le he pegado esto a nadie... o si, quizá si...

Por supuesto, en la familia que he formado se han ido formando frases y coletillas, entre mis amigas tenemos frases y coletillas, con las personas del trabajo, esas con las que estoy casi diez horas diarias, tengo frases y coletillas…

Lo que me hace pensar que voy formando pequeñas “familias” por donde paso…

Continuará, se me han quedado, seguro, un montón sin mencionar…

martes, 13 de septiembre de 2011

EL AVIADOR

Toda la vida, tanto la aviación como los aviadores han sido vistos como un sector privilegiado. La aviación es una profesión considerada de las “chulas”, de las que atraen, y, por tanto, los tripulantes de los aviones también han sido considerados de unos “chulos”, y de muy atractivos.

Sus vidas desde fuera levantan admiración, curiosidad e incluso un poquito de envidia, porque trabajar y que tu oficina tenga las mejores vistas del mundo es gratificante. Terminar un día de trabajo, que te recojan, que te lleven a un hotel, normalmente de buena calidad en una ciudad importante, que te den una habitación con una cama estupenda y enorme que no tienes que compartir con nadie y cenes en un chiringuito de la playa al borde del mar, con un amigo/compañero de trabajo y un montón de niñas monas es muy agradable.

También es verdad que la posibilidad de adquirir determinados productos en el extranjero a un coste más bajo de lo habitual y que tu familia pueda viajar “gratis” (sobre esto hay mucho que decir), hace que la profesión sea considerada como la pera limonera.

Pero … ¿qué hay de verdad en el mito de la “chula y atractiva” vida del aviador?

Hoy todo el mundo lucha por intentar compaginar lo mejor posible la vida laboral con la familiar. Como no tenemos gran cantidad de tiempo para dedicar a nuestras familias, intentamos que la calidad del que dedicamos sea lo mejor posible, de forma que no nos saltamos una fiesta/merienda/cena de cumpleaños de nuestros hijos, los fines de semana son sagrados y estrictamente familiares, con amigos, pero siempre todos juntitos, hacemos lo imposible por ir a las fiestas de fin de curso y funciones navideñas de los más pequeños, la Semana Santa y el verano se aprovechan para hacer un viajecito de esqui o playita en amor y compañía, y por supuesto, Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Reyes son siempre en familia, rodeados del calor del hogar de nuestros ascendientes y recordando cual era el lugar que ocupábamos en la mesa cuando éramos pequeños.

Todo esto, que es lo básico y lógico en cualquier familia, no existe en la vida del aviador, que depende totalmente de una máquina/persona que se llama programador y que los días 24 o 25 de cada mes publica lo denominado PROGRAMACIÓN DEL MES SIGUIENTE.

Un aviador, tal cual tiene en su correo electrónico la programación, empieza a:
-          llamar a sus amigos y familiares para declinar o aceptar invitaciones a fiestas.
-          confirmar asistencias a bodas, bautizos y comuniones,
y organizarse el mes sabiendo que:
-          casi con toda seguridad, no estará en casa dos fines de semana de ese mes, porque en la vida del aviador no existen los sábados y los domingos como días de descanso, él puede tener un lunes y un martes, en los que sus hijos están en el colegio y su pareja/amigos trabajando,
-          en el cumpleaños de su hijo/hija tendrá que marcharse a primera hora de la mañana y no volverá hasta tres días después,
-          llega justo por la noche el día de la función de fin de curso,
-          casualmente, los dos domingos que su equipo de futbol juega en casa, él no está, y se pregunta para qué se habrá sacado el abono un año más,
-           y que en Diciembre uno de los cuatro días “grandes”, como poco, lo pasará fuera, durmiendo solo, y sabiendo que todos los suyos están reunidos al calor del consomé o al frío del cava. Todos, menos él.

Para los demás, todo esto, son cosas pequeñas, porque la vida del aviador compensa por encima de todo, pero … ¿de que está hecha la vida, sino de cosas pequeñas? ¿hay algo más grande que la mirada de un hijo cuando descubre a su padre entre el público el día de su función del colegio?  ¿qué la cara de sorpresa de la mañana de Reyes, cuando descubren que a los Monarcas de Oriente les ha dado tiempo a pasar por su casa y se han bebido el cava y se han comido los polvorones, y empiezan a abrir los regalos que han pedido en sus cartas? ¿qué ver a su equipo ganar en la grada del campo comiéndose una hamburguesa con sus amigos más íntimos o con su mujer un domingo cualquiera?

Esas cosas pequeñas y sin importancia para los demás, porque las pueden hacer, son las grandes e importantísimas cosas de la vida que se pierde un aviador. El día a día de su familia, la renuncia a momentos irrepetibles, la soledad de las habitaciones de un hotel en fechas señaladas, el desarraigo y la distancia que se multiplican por mil cuando llegan malas noticias y están lejos, y no saben que hacer, no pueden reaccionar, porque están a catorce horas de avión de su familia, y nada de lo que les digas y de lo que te digan, tiene consuelo.

También es verdad, que si algo tienen en común los aviadores es que son personas alegres y positivas por naturaleza, porque su profesión les llena, porque es, absolutamente, vocacional. El aviador que consigue serlo, no cambia por nada su profesión. No hay dinero en el mundo que le pague renunciar a ella, porque a un aviador, lo que de verdad le llena en esta vida es volar, meterse entre las nubes, sortear tormentas, aterrizar en aeropuertos intransitables por culpa de la niebla, localizar provincias y ciudades desde el cielo, ver las estrellas y constelaciones y conocer su nombre. Y nunca hay que olvidar que llevan cientos de vidas en sus manos en cada trayecto, además de la suya…

Es verdad que hay muchísimas personas que por motivos laborales viajan mucho, y que están fuera de sus casas en estos momentos mencionados, pero son temporadas pasajeras y puntuales de su vida, más o menos largas, no son su vida. En la vida del aviador, esto es para toda su vida laboral.

Y todavía no he mencionado el “jet lag” y los desórdenes personales y familiares que genera…

Eso que los demás no ven, forma parte diaria de la vida “chula y atractiva” de un aviador.

No sé si la vida de los aviadores es “chula y atractiva”, pero si sé una cosa: es diferente, es especial, porque ellos, los aviadores, son diferentes, son especiales, muy especiales.

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL PRIMER PROPÓSITO

Han pasado ya unos días desde la vuelta del verano y volví con dos propósitos…

1.- Apuntarme al gimnasio.
2.- Retomar mis viajes por el mundo.

El 2.- es un propósito fácil, tanto de hacerlo mentalmente como de cumplirlo, de hecho ya estoy gestando mi próximo destino.

El 1.- es un propósito complicado… muy complicado… Mentalmente, ni lo he asimilado… De cumplirlo, ni me lo he planteado… Creo que si me hubiera propuesto dejar de fumar sería más fácil que lo de ir al gimnasio. Llevo unos días pensando el porqué de mi propósito… 

Y el porqué de mi propósito es este:

Como todos los veranos hemos ido a las playas del Sur, y no hay nada peor que estar en la playa con dos niños que se aburren de estar tanto en la playa… (Tiene narices!) Por lo cual decidimos comprarles unas tablas para coger olitas…

Cuando mi ESTRELLA y mi PLANETA vieron las tablas casi se mueren de emoción. Por supuesto iban acompañadas de las correspondientes camisetas de neopreno para que no se escocieran, porque entre la sal, la arena y el agua, el año anterior acabaron con unos sarpullidos espectaculares en los lomos…

El encargado de enseñar a “surfear” a los enanos fue el aviador, que antes de dedicarse a volar brindó su infancia al mar y a los deportes náuticos. La ESTRELLA, que ha nacido para los deportes, parecía una sirena encima de su tabla. Bien es verdad que se ha llevado bastantes revolcones, pero la tía ha luchado contra el mar como una leona…

El problema del PLANETA es que le costaba entrar a la zona de olas, porque había que pasar antes por todas las que rompían, y entonces necesitaba la ayuda del aviador para pasar la barrera de la ruptura de las olas, y llegar al sitio idóneo para cogerlas… Una vez allí, se ponía al lado de la ESTRELLA, y el aviador se encargaba de darles un empujón para que cogieran las olas con fuerza, mientras ellos pataleaban y daban brazadas.

Imagen preciosa de un padre entregado totalmente a la causa, con una sonrisa abierta y una alegría de los niños que llegan hasta tus pies en la orilla con sus tablas y te hacen la señal de OK! con los dedos de la mano, mientras posan para tus fotos, que quedarán de recuerdo en sus vidas por siempre jamás.  

Los baños con las tablas han durado una media de dos horas y media o tres… Y diariamente se han dado dos o tres bañitos de ese calibre… ¡¡¡Total nada!!!

Yo, monísima de la muerte donde las haya, me dedicaba a hacer fotos y video desde la orilla, hablaba con amigas, daba un paseito, me tomaba un mojito, tomaba el sol, escuchaba música, leía un libro y me bañaba, pero sin ánimo surfista, sino simplemente por refrescarme el “body” … y así, nos pasamos los once primeros días de  vacaciones… Idílicos… Momentos familiares inolvidables…

Hasta que se fraguó el desastre…

El aviador debía irse tres días a ejercer las funciones aéreas y me dejaba solita con la ESTRELLA, el PLANETA y el equipo Tarifa…

Ya en casa, la ESTRELLA me avisó: Mami, hoy tienes que surfear con nosotros eh? Ponte un bikini que no pierdas vale? Me da tanta vergüenza ver a esas madres que salen medio desnudas del mar porque las olas le han dado una voltereta!!!” … Joder!! No lo había pensado… Está bien… Me puse el bikini más grandecito que tenía para que mi niña no pasara vergüenza ajena.

Llegamos a la playa. “¿Nos bañamos mami?… Uff! Qué pereza!!! “Esperar un momentito que entre en calor anda! Es que acabamos de llegar…”. Miro el reloj: 11.05 h. “Jooooo… Papá no necezita entrar en calor, siempre se baña cuando nozotros se lo pedimos!!!”… Ya estamos con las odiosas comparaciones!!!! “Venga, vamos!!” Alehop!!! Al agua patos… Vamos a la orilla. Coño! Qué fría… Qué poco apetece. Sonrisa abierta, miradas de cariño hacia ellos por mi lado, miradas de desconfianza de ellos hacia mi…. “Mamiiiiiii, que te estás olvidando de miiiii… Nezecito que me metas dentro del mar, hasta allí donde las olas están enteritas!!!” (Hago un inciso para explicar que mi PLANETA está dejando de zezear, pero de vez en cuando…)

“Perdona mi vida, ya voy!!” Vuelvo para atrás, el se tumba y empiezo a meterle mar adentro… Mar adentro… Qué fría!!! No hay dolor, no hay dolor… Y empiezan a romper las olitas…

¿¿¿¿Olitas????

Aquello eran TSUNAMISSSSSSS!!!!!! Con un fuerza capaz de tirarme por menos de nada… De hecho no hizo falta que yo voluntariamente me mojase el pelo… Ya se encargó el Atlántico de mandar un maremoto a mojármelo!!! No pasa nada!!! Recompongo el bikini treinta veces o más… Al final se me va a ver todo, lo sé! Vamos mar adentro… Viene otra ola… Esta la pasaré por arriba, y mientras con una mano sujeto la tabla del PLANETA con la otra doy la brazada. Otra ola a puntito de romper… ésta por abajo, suelto al PLANETA que por supuesto retrocede quince metros… “Mamaaaaaa, vuelve a por miiiiii!!!!”. Vuelta para atrás, mortal hacía delante gracias a otra ola que me ataca por la retaguardia. No pasa nada. Recompongo el bikini… “Mamá, no estás perdiendo el bikini verdad?”, “No bonita, tranquila, solo me lo estoy colocando para la próxima ola!!!” (Coño con la niña, no puede limitarse a nadar y surfear, también va a estar pendiente de si se me caen las “braulias”…)

Tras recoger al PLANETA y volver a entrar (unas cuantas veces porque lo pierdo, y como mi integridad física está por encima de todo y cada que vez que lo suelto, él retrocede…), logro llegar a la altura adecuada para empezar a surfear… Dos olas seguidas, las salto por arriba. Los maravillosos tsumanis había que cogerlos a una altura en la que el agua me llegaba a mis hombros… Qué cómodo!!! (Hago un inciso para decir que desde hace tiempo (casi dos años), tengo molestias en el hombro derecho, y que un amigo traumatólogo me ha diagnosticado una maravillosa “tendinitis supraespinal”, para la que me tienen que hacer radiografías, ejercicios de rehabilitación, medicación y, si todo esto no fuera suficiente, me harían inflirtraciones… Por supuesto, esta tortura médica no está entre mis propósitos post-veraniegos… Sobreviviré con mis dolencias! Que desde hace dos meses son bastante más agudas y subiendo!) Pues a la altura de ese hombro derecho magullado y maltrecho, me llegaba el agua…

“Venga mami!!! Empújanos!!!”¿?¿?¿?¿?¿? Yoooooooo!!! Pero si me estoy ahogando literalmente!!! Otra ola, y otra… Sonrisa abierta de cariño y cercanía… “Ya voy chicos!!!” Cojo a la ESTRELLA por la tabla, y empuuuuuuuuuuuuuuuujo con todas mis fuerzas, mientras doy un patadón al agua….. Tirón que te cagas en el hombro!!! “Mamáááááááá, porqué no me has empujado?????” ¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿? “Mi niña, te he empujado!!!” “Pues me tienes que empujar más fuerte, así no cojo la ola bien..” ¿?¿?¿?¿?¿? “Vale, te empujo más fuerte la próxima, pero tu patalea mucho hija!”… Mientras pienso, “no puedo, colega! No tengo más fuerzas” … Cojo otra vez la tabla de la ESTRELLA, empuuuuuuuuujo con todas mis fuerzas, mientras doy un patadón al agua… Tirón que te cagas en el hombro!!! La ESTRELLA se desliza maravillosamente entre las olas y llega hasta la orilla… Bueno… No lo he hecho tan mal…

Todo esto ocurre, mientras con el ojo izquierdo voy vigilando la marejada o fuerte marejada que se me está viniendo encima cada diez o quince segundos por la popa de mi cuerpo, y que tengo que sortear… Y vuelvo a saltar otra ola, y otra, y otra más grande!!! Joe!! Qué agote!

“Mami, me empujaz a miiiiiii?”, “Voy mi niño!!!”… Cojo al PLANETA de la tabla… Una ola enorme que paso por encima… Bien! Empuuuuuuuuuuuuuuuuuujo con todas mis fuerzas, mientras doy un patadón al agua… Tirón que te cagas en el hombro!!! “Mamiiiiiiii, máz fuerte!!! Papá me lo hace más fuerteeeee!!!!!”,Ya mi vida, pero yo soy mamá, y hago lo que puedo cariño!!!”… Un buen trago de agua salada… Joe, qué cansado es esto! Otra ola que me ataca… “Mamiiiiiii” oigo en la distancia, “ven a buscarmeeeeee!!!!!”… Vuelta a la orilla, doble tirabuzón con una ola cabrona que me deja totalmente ahogada. No pasa nada. Recompongo el bikini… (esta vez, confieso, creí que lo había perdido)… “Vamos mi niño!!!”. Vuelvo a pegarme de puñetazos con el mar, llego a la altura perfecta de recepción marítima… Otra ola enorme que sorteo por arriba… “Me toca!!!”, “Voy bonita…” Trago de agua! Si no hago casi pie!!! Empuuuuuuuuuuuuuuuuujo con todas mis fuerzas (mermadas), mientras doy una patadilla ridícula al agua… Tirón que te cagas en el hombro!!! “Oye, mamáááááá!!! Masssssss fuerteeeee”… “Oye hija!!! Hago lo que puedoooooooo” Oh no! Mal, mal, mal… Vamos mal… Te estás enfadando… No te puedes enfadar… Estás en un momento maravilloso de maternidad entregada con tus niños, no puedes dejar que este momentazo, en el que estás demostrando que eres una madre estupendísima, se rompa, aunque estés exhausta y sin fuerzas… Ya, pero me está faltando el aire, yo creo… Miro el reloj: 11.40… Sólo llevo 35 minutos??? Me quedan dos horas??? Ni de coña vamos!! Yo me ahogo aquí… Otra ola, y otra…  “Mamiiiiiiiiii, me tocaaaaaa”,Voy, voy, voy…” Empuuuuuuuuuuuuuuuuuuuujo con menos de la mitad de algo que tuve un día que se llamaron fuerzas, mientras el dedo gordo del pie se mueve haciendo las veces de patada…. Tirón de cagarse viva en el hombro!!! “Jo, mamá… No me empujas!!! Yo me zalgo! No sabes, tu no me zirves!!! Me lo haces fatal, fatal, fatal!!! Adioz”“No mi vida, no te enfades!!!” Y rompe a llorar!! Se pone a llorar encima de la tabla… Pero ¿¿¿¿quien tiene que llorar aquí? Yo ¿¿¿¿no???? Claramente yo!!! No soy yo la que está a punto de llamar a la lancha de la Cruz Roja para que me saquen????... “Yo quiero que vuelva papá!!!”Vuelve tu, mi niño!!! Ven que te voy a empujar muchisisisisimo”, “Vale, pero tienes que venir a por mi!!!” … Dios mio, no puedo! “Voy, voy, voy”, este último “voy”, no lo oí ni yo…

Mortal de necesidad hacia atrás, con pérdida de tirante y empotramiento de la cara contra el suelo continental… “Ves!!! Al final pierdes el bikini mami!!! Te lo he dicho esta mañana!!!” … Noto un odio africano con tamtanes y bambú subirse hasta mis orejas… Nooooooooooo, no te vas a enfadar… “Venga, vamos otra vez chicos” … Me intento pelear contra el mar … No, no me puedo pelear ni contra una hormiga… La inercia, la fortuna, Tritón, E.T., “algo” hace que llegue con el PLANETA y su tabla a la altura recomendada… “Chicos os empujo la última vez y me salgo… Ya no puedo más… Estoy agotada, me duele el hombro muchisisisisimo, y además…. Si hija, si… Voy a perder el bikini” … Veo como un brazo que creo que es mío, parece que hace como un gesto que parece imitar como un empujón, mientras un tic ataca al meñique del pie y lo mueve en forma de patadilla… Tirón, que me llega hasta el oído, de perder el conocimiento en el hombro!!!! Esto no está pagado, colega!!! “Mamá, me zalgo! Definitivamente, eres la que peor me ha zurfeado nunca en mi vidaaaaaaaa!!! No empuuuuujas nadaaaaaaa”, “Vale hijo, yo también me salgo, lo siento” “Mamiiiiiii, quédate conmigo!!! Por faaaaaaaaaa”. “No puedo hija, lo siento… Creo que me voy a la toalla a dejarme morir…” “Noooooooooooooooooo!!!! Quédate!!!!!!!!!!!!”

Les miro… Les miro con la respiración entrecortada, los ojos llenos de lágrimas, el bikini en Tánger, la boca escocida de tragar agua salada… “Luego, dentro de un ratito otra vez, ¿vale chicosssss? Dejad que me recupere un poco” … Llegué a la toalla, no sé si la tiré en la arena o yo me tiré encima de la toalla y caímos las dos a la vez… Eran las 11.50, sólo había peleado 45 minutos, y pensé… “Definitivamente, me tengo que apuntar a un gimnasio ya”…

Noto una presencia silenciosa … “Mami… ¿Y cuándo vuelve papi?”“Pronto hijo, espero que pronto…”  Y si no vuelve pronto, Dios mío, por favor, apiádate de mi … y que llueva mañana…
Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.