Después de que los dos últimos meses de embarazo estés deseando que llegue…, llega… Tienes en casa preparado el macuto desde el sexto mes para salir corriendo a la primera contracción y como todo el mundo te dice que cada día estas más gorda, que tienes la cara desencajada, que estás “tremenda” (esta lindeza me la dijeron a mi en el quinto mes de embarazo…), que tienes la tripa bajísisisisima… Te empiezas a agobiar sola pensando que en cualquier momento te vas a poner de parto en el metro.
La recta final se te hace eterna, se duerme fatal, por la noche se te sube la bola de la pierna y tienes que comerte un plátano, porque tienes una falta brutal de potasio, el niño se mueve y te pisa la vejiga, y casi, casi te haces pis por la calle, todo muy cómodo… Pero, al final, hay una cosa cierta: el bichito no se va a quedar ahí eternamente, y por tanto llega el día en que tiene que llegar… Y llega… Joder que si llega…
Me voy a saltar el momento pre-parto y parto, en el que sólo me voy a parar a hacer una reflexión: ¿por qué si se ha avanzado tanto en la ciencia, las mujeres seguimos teniendo los niños como si fuéramos cabestros?, ¿por qué tenemos que pasar por todo tipo de perrerías para poder verle la cara a nuestro niño?
Un dicho callejero dice que “no hay parto sin dolor, ni hortera sin transistor”. Me uno absolutamente al dicho.
Mi cuñada L. (sabia donde las haya) dice que sólo se debería tener el primero por los métodos rudimentarios, por saber lo que es “ser madre”, y que los demás que quieras tener, deberían incubarlos en los hospitales, y llamarte el día que fueran a nacer… Y tal cual salieran de la bolsita hospitalaria, donde se han “fabricado” maravillosamente con todos los alimentos necesarios para tener un desarrollo normal, te llamen y tú vas a buscarlo, y le achuchas, le mimas, le besas… exactamente igual que si le hubieras “creado” en tus carnes…
En fin, que pasado el horror… te lo dan… Coño! Qué cosa tan fea y tan sucia!!! Y qué ternura, que pequeño, que cosita!!! Y es tuyo… Pa’ti pa’siempre!!! Hala!!! Apáñate… ¿Y el libro de instrucciones? No está… Yo siempre he pensado que si las mamás-animalas son capaces de sacar adelante a sus bebitos, las mamás-humanas somos doblemente capaces, ya que tenemos dos cosas que nos distinguen de las animalas: entendimiento y voluntad.
Es verdad que el entendimiento tarda en llegar, sobretodo si tienes un aluvion de personas alrededor opinando sobre lo que le pasa al bebé. “Ese niño está muerto de hambre”, dice tu suegra. “No tendrá pis?”, dice la prima de tu madre. “Que no hombre, póntelo un poco al pecho”, dice tu madre. Y al niño lo que le pasa es que está cansado de que le investiguen y le den vueltas pa’rriba y pa’bajo . Y tu entendimiento, en ese momento, pide a gritos que todos se marchen y te dejen un ratito con tu niño, para que desde el instinto materno que te acaba de llegar, puedas acertar con lo que le pasa…
En cuanto a la voluntad, tienes una voluntad buenísima y de hierro, pero si has tenido una cesárea la posees mermada hasta que pasan dos o tres días y dejas de creer, que si te mueves un poquito más de la cuenta, te vas a abrir en canal y vas a pintar de gotelé toda la habitación del hospital con tus entrañas.
Algunos cometen el error de no mandar por las noches al bebé al nido. Y es un craso error. Sólo tienes seis o siete horas de ausencia de niño, y has de aprovecharlas para dormir todo lo que puedas… A las seis o siete de mañana te traen al bebito. Tú empiezas a oir los carritos corretear por los pasillos, y piensas: “ya viene, por fin me lo traen”… No oyes llantos, sólo carritos… Se abre la puerta, sueltan el carrito, y en ese preciso instante el desgraciado empieza a berrear como una bestia parda… Joder!!! Qué ha pasado!!! ¿Dónde esta la paz que tenías hace dos minutos? ¿Por qué estaba todo en silencio y ahora todo es un despiporre?
Y empiezan a llegar flores, bombones, cestas con biberones, faldones, chupetes, funditas para la cuna y el moises… y a ti no te da tiempo ni de dar las gracias, ni de saber quien te lo manda… Tú sólo tienes vida para tu bebito… Y todavía no han llegado las miles de visitas que quieren verte en el peor momento de tu existencia, todavía no ha llegado lo peor del día…
Comienza a llegar todo el mundo, y además a la vez. La gente va a las maternidades a echar literalmente la mañana o la tarde, y se sienta en una silla a ver que es lo que pasa y quien pasa por allí… Les falta la bolsa de pipas Facundo y ponerse a comentar el modelito de una y otra… Yo, desde que he sido madre, hago en las maternidades la visita del médico, por que soy consciente de lo que estresa a la madre tener la habitación llena de peña, sobretodo si es primeriza…
Llega un momento de la tarde en que han venido y coinciden, tu prima con su marido y sus hijos, dos compañeros de la oficina, dos amigos de tu marido, tu cuñada con sus cuatro hijos, tu hermana con sus dos niñas, tu madre, tu suegra, la vecina de tu madre, la tía de tu marido, dos primos de tu marido, tres amigas tuyas y uno de tus jefes… Y en ese instante en el que hay cincuenta y seis personas en la habitación, con un calor horroroso, entra la enfermera y te pregunta: “¿Qué tal estás? ¿Te has tirado las ventosidades? Ya sabes que si no te las tiras no podemos darte comida sólida!!!” ¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿? Y claro, tú, delante de esa legión de personas no puedes reconocer, ni bajo tortura, que llevas toda la tarde a propulsión, pero también eres consciente de que si contestas que no, te volverán a dar ese caldito asqueroso e insípido, unas galletas María y un yogurt natural… Pero ante todo está tu dignidad como persona: “No, que va! Ni uno!!”… “Bueno pues nada, te daremos comida de dieta…”… Y te entran unas ganas de llorar tremendas…
Gracias a Dios, eso son sólo los dos o tres primeros días de la existencia de tu bebé… Después llega lo más divertido, que es cuando te marchas a casa con él.
9 comentarios:
Me parto! Es una de las anécdotas mejores que he oído y oírtela contar en persona es aun mejor!
Feliz Navidad!
Mamen
Mi mujer,fue madre(y yo padre)de mellizos. Ahora a excepción de las visitas,multiplica por dos.
Espero que nos cuentes tu visión de lo que pasa cuando te vas a casa. Yo con el primero me puse tapones para dormir, no por el niño, sino por maridín que no hacía más que sobresaltarse cada vez que el niño tomaba aire con más ilusión por vivir.
En cuanto a que nos ahorren el embarazo no estoy de acuerdo con tu cuñada "sabia", y mira que tengo unos embarazos que me dejan al 20 % de capacidad física, que los paso prácticamente en reposo y que al fin y a la postre podrían ser de horror. Que no me los quite nadie. Me llenan de ilusión, me dan entrenamiento para lo que después llega y a base de tener muchos he conseguido sacarles todo su jugo, al embarazo, claro. Son casi como un descanso, porque lo que llega después, que también es muy bonito, tierno, elevado, es un rollo por las noches.
De las cesáreas no quiero ni hablar, hay que pasar por una para saber de que va. He sufrido dos y aunque parece que el cuerpo se acostumbra a todo no han sido lo mejor que me ha pasado en mi vida. Te quedas K.O., pero aun así no me importaría tener algún baby más.
Algunos comentaríos sobre ellas: "Es una gozada, por que te rajan y no te enteras de nada y ya está" (como si fuera un cuento de hadas). "Tardas un poquito más en recuperarte pero en tres días estás andando y tan pichi" (narices, en tres día sigues doblada, y haciendo de tripas corazón).
Y en cuanto a las visitas, me sobran casi casi todas. Sólo aguanto a mis amigas, que me hacen reír contando cochinadas y a las que puedo decir lo mal que me siento.
Jajajjaa
Me gusta tu forma de contar las cosas.
Eres muy divertida.
Besos.
Me ha encantado lo del parto y el dolor y el hortera con el transistor...
Desde luego las tres o cuatro semanitas despues del feliz acontecimiento, son de los momentos mas duros para la mamá, y si encima ha sido cesarea y das el pecho....ya sabes. Pero a la vez lo mejor de la vida. Aunque no repito....jajaja
Bssss
Me ha dado asco leerte
Querido Anonimo: lo importante de una lectura es que te transmita, y veo que te he llegado, aunque sea un sentimiento asqueroso... Te aconsejo que no me leas para no pasar malos ratos. Un beso
Muy bueno, comparto que las visitas las deberia recibir el marido en otra habitacion con el bb asi hablan de todo lo que se les da la gana y te dejan a ti en tu horrible estado dormir que es lo unico que apetece.. por que cuando llegas a tu casa con el niño.. joder.. nunca mas dormiras!!
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