jueves, 27 de octubre de 2011

LA MODA

Aviso: Este post es absolutamente subjetivo y entiendo que no todo el mundo pensará como yo. De hecho, poca gente pensará como yo, pero me da igual, ha llegado el momento de decirlo y escribirlo.

La moda está básicamente para no seguirla. Y con esto no quiero decir que haya que hacer caso omiso a las tendencias que los diseñadores “crean” cada estación del año… Nooooo!!!. Con esto quiero decir que porque haya algo que se lleve esta temporada, no es absolutamente necesario que lo lleves tu.

La moda te da ideas sobre lo que te tienes o te puedes poner. Saca “nuevos” patrones para que tomes nota y te los pruebes. (Y entrecomillo el “nuevos” porque a estas alturas está todo creado y mucho de ello olvidado, pero nuevo, nuevo, lo que se dice nuevo, ya debe quedar poco, salvo excentricidades imposibles…)

Lo que te tienes que poner, ya lo sabes tú. Tú conoces tu cuerpo y tú sabes cual es tu estilo, y, salvo que te guste ir disfrazada y ridícula, conoces perfectamente tus limitaciones y las prendas que te quedan bien, mal o regular. Otra cosa es que seas una fanática de la moda y entonces te pongas el mundo por montera y te atrevas con todo. Pero, en ese caso, no vas a conseguir ir ni mona. Irás original, irás distinta, iras divertida y te mirarán, pero no por el gustazo que tienes a la hora de vestir, sino por lo “atrevida” que estás y lo poco afortunada.

Cuando vayas a comprar algo de lo que no estás muy segura, es fundamental que el día que te lo vas a probar, lo hagas acompañada de una de esas amigas (de las que hay pocas), que te quiere de verdad y que te abruma con su sinceridad. Y debes dejarte aconsejar porque no siempre lo que refleja el espejo es la realidad.

Estoy convencida de que en algunas tiendas manipulan los espejos, porque en ocasiones me miro y veo dos kilómetros de pierna, unos brazos larguísimos y estupendos, unos hombros rectos y cuadrados, y los pantalones quedan impecables… Y eso es tan difícil que pase en una misma mirada, que sé positivamente que “retocan” los espejos para que te lleves más prendas de las que tenías pensado y cuando llegues a casa te hundas en la miseria ante la realidad aplastante de tu cuerpo.

Pero volvamos a la moda en si.

Siempre me han encantado los desfiles. Veo a las musas pasar con trajes imposibles y me encanta, pero cuando me imagino yo con esos trajes me entra la risa floja. Y con el tiempo me he dado cuenta de que, en los desfiles, no hay que mirar todo el conjunto, sino las prendas por separado. Los zapatos individualmente considerados, los bolsos solitos, las chaquetas separadas de los pantalones o faldas, y así cada uno de los elementos del modelito, porque todo en conjunto suele ser imposible de combinar…

De los sombreros ni me pronuncio, porque normalmente con que te pongas uno de ellos ya no hace falta que te vistas más. Tú te pones una de esas pamelas gigantes y emperifollada y nada más, y absolutamente nadie se daría cuenta de que estás en pelotas… Nadie!

Creo que la moda debería ir dirigida a resaltar a la persona que lleva el modelito y su figura, y no a confirmar la gloria del diseñador que lo ha creado.

Hay diseñadores que lo único que quieren es que se sepa que la ropa que llevas es suya, y así les das publicidad, y cuando te vistes de ellos, efectivamente, todo el mundo se da cuenta de que vienes vestida de esa marca, y de que te has dejado el pastizal en el modelito, pero eso no significa que vayas mona, porque como te pongas algo de, por ejemplo, Agatha Ruiz de la Prada, te habrás gastado la pasta, pero parecerás, seguramente, “Tarta de Fresa” o “Don Pimpon”.

Por otro lado, hay diseñadores que lo único que pretenden es que la ropa favorezca al público comprador, y quede que te cagas. Normalmente estos diseñadores no tienen un logotipo conocido, lo que tienen es un Nombre (en mayúsculas), y el estilo es sobrio sin ser ñoño o aburrido, pero de líneas limpias, que siempre quedan de muerte y sientan como un guante, como, por ejemplo, Armani.  

Y luego nos encontramos ante las prendas imposibles de poner, no por ser excéntricas o un canteo, sino por el sufrimiento que conllevan o el destape que implican.

Se han puesto de moda las plataformas… Pero plataformas imposibles. Cuando en un desfile ves a una profesional del tema, trastabillar, tropezar, esguinzarse, caerse de bruces, resbalar… ¿¿¿cree de verdad ese diseñador que las pobrecillas destinatarias de sus zapatos se los van a comprar??? Si estás tías que ganan un fortunón por ponerse treinta y tres segundos los zapatos, caminar cincuenta metros escasos y quitárselos, se esnafran cinco veces… Las terrenales que van andando por la calle Sagasta acabarán en traumatología el Ramón y Cajal seguro!!! Pero ¿no se dan cuenta de que no nos podemos arriesgar a gastarnos 500 € en unos zapatos, para rompernos los ligamentos de la rodilla? Y da igual que sean 500€ o 50€, lo que buscamos es comodidad y estar monas.

Hace dos veranos me compré unas plataformazas ideales, negras de ante con tiras cruzadas y flecos en el tobillo. Debían tener 16 centímetros entre plataforma y tacón. Creo que encima de ellas, llegué a alcanzar el 1,85… Me las puse un día. Bajando una escalera, se me torció el tobillo y gracias a que el aviador es rápido en reflejos no me dejé los dientes en un escalón… Pero como al cuarto de baño vamos solas, allí me estampé literalmente contra el secador de manos… No me las he vuelto a poner. Menos mal que eran una rebajaza que te mueres, porque si no, le hubiera puesto una querella criminal al diseñador por intento de homicidio…

Este verano se han llevado a lo bestia, sandalias y botines que tenían los dedos al aire y tapado desde el empeine hasta, incluso, la mitad de la espinilla… No lo entiendo. No favorece nada, aunque se lo ponga Sara Carbonero, que es espectacular, pero lleva unas cosas en los pies imposibles.

También se han llevado botas de cowboy con trajecitos ibicencos blancos nucleares o con florecitas bucólicas tipo “La casa de la pradera” y sombreros de paja o de vaquero… Y yo tengo una duda existencial sobre este modelito, que nunca me he atrevido a preguntar a ninguna de las personas a las que se lo he visto: vamos a ver, en primer lugar, es verano, y si es verano hace calor. Las botas de cowboy ¿te las metes a pelo o te pones unos calcetos?... Si te las metes a pelo, el olor a queso Camembert debe ser insoportable cuando te las quitas… y si te las pones con calcetos, en pleno mes de agosto, el calor que se debe alcanzar dentro de la bota hace que se te derriban los juanetes. ¿Podría alguien aclararme este punto?

Se llevan los pantalones “cagaos”… ¿Hay algo que favorezca menos que un patalón “cagao”? Son esos que también se llaman “turcos” creo… Esos que usaban los actores cuando se querían disfrazar de Reyes Magos o de musulmanes de época. Los pantalones que mejor quedan son los pitillo marcando un buen culo, pero si no tienes cuerpo para pitillo marcando culo, no hace falta que te disfraces de Milikito y te pongas unos pantalones bombachos cagaos, por mucho que se lleven…

Está de última la explosión de colores… y hay colores que por mucho que exploten son de imposible combinación… Por ejemplo, rosa y rojo juntos. Son colores que se matan, y en las revistas le ponen un “10” a la moza que se los ponga en el mismo atuendo. No lo entiendo. Por mucho que sea moda, son colores que chirrían juntos…

Y yo me pregunto ¿por qué nos quieren engañar? ¿por qué nos quieren hacer ver que vamos a estar ideales con cosas que son incomodísimas o imposibles? ¿qué ganan con intentar disfrazarnos? Y lo que es peor ¿por qué somos tan idiotas de sucumbir totalmente a lo que hay en los escaparates aunque nos quede como el culo?

A mi, desde luego, no me engañan, iré aburrida y ñoña, pero desde luego, no haré el ridículo porque lo marquen las tendencias, eso lo tengo clarísimo…   

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu no vas aburrida y ñoña ni aunque te vistas de carmelita descalza. Y ademas, seguro que le añadías unas buenas plataformas, y fundabas la congregación de carmelitas en andamios.

Mara dijo...

Gracias Anónimo... Y tú que eres ¿un cartujo?

MAMEN MARTIN dijo...

Cuanta razón tienes!! Yo recuerdo un dia en Zara, vi unos taconazos altisimos ideales, de baratitos nada, que válian 79 eurazos, y pensé.... Hay que monos para poner el fin de semana con un bestidito, pédazo tacón, bueno.. Da igual, como lóreal: " porque yo lo valgo" me puse, solo uno, me fuí a mirar a un espejo, y sin llegar a el, se me torció el tobillo y aterrizé contra una mesa llena de pantalones y jerseis dandome con el pico de la mesa en el muslo y pedazo moratón que tuve durante 3 semanas, que dolor! Y solo tenia uno!! Que verguenza,decidí dejarlo y ponerme mis bailarinas monisssimas.
La moda está ahi, a mi me encanta ir de compras, prefiero ir sola,y dentro de nuestro estilo personal,cada una debemos saber hasta donde podemos llegar.
Un besazo mi vida!! Que pases un puentazo estupendo. T.Q.

El 16 en discordia dijo...

La verdad es que lo de la moda es algo relativo.
Yo todavía no he visto a nadie por la calle con los "hula hob"de Agatha ni con las sogas de Delfín y mucho menos con lo de las transparencias de Dior.
Lo de los calzoncillos asomando por encima de unos pantalones caídos los cuales te impiden andar en condiciones no lo soporto,lo de las tangas todavía pero lo de los calzones...pero si tienen que ir con las piernas hacia los lados para que no se les bajen hasta las rodillas y parecen que tienen algún problema en los cuartos traseros.

Esnafrá dijo...

Me he animado a comentar este post después de leer el de los anónimos. No sabía muy bien si identificarme o no, pero que en éste hayas utilizado "ese" verbo, que es "tu verbo": esnafrar, me ha llevado necesarimente a hacerlo. En cuanto a este de la moda, bueno, muy bueno. Comparto cien por cien lo de los pantalones "cagaos" y lo de la pamela es, sencillamente, colosal.

Mara dijo...

Bienvenida Esnafrá!!! Espero que no hagas mucho honor a tu nombre!
Un beso

Beatrice dijo...

Efectivamente la Moda está ahí. Soy de estilo clasiquísimo, alguna me ha llegado a decir que visto como una señora y lo único que se me pasó por la cabeza en ese momento es:"Si como una señora, y tu como una guarra". Que cada uno hago lo que quiera y deje al resto vivir. Sin ofender, de verdad.

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