jueves, 13 de septiembre de 2012

CRÓNICA DE UN INCENDIO (III) - DESENLACE

(OTRO AVISO: Si no te has leído los dos anteriores, éste ni te lo plantees…)

Parecíamos dos posesas metiendo cosas a batiburrillo en las maletas… Mariana decía “lo siento en Madrid lo plancho!!!” y lo tiraba todo dentro de la maleta de cualquier manera y con la percha puesta… Yo abrí el neceser y to’pa’dentro!!! Sin orden ni concierto… Y así con toda la ropa en todas las habitaciones y cuartos de baño.

Debimos tardar diez minutos (o eso me pareció a mi) en recoger todo, absolutamente todo, lo que habíamos expandido durante quince días…

Solo me quedaba por encontrar una tontería… El PLANETA tiene la manía de esconder las cosas (Nintendo, mandos a distancia, Itouch…) para que los demás no se las quitemos y por eso tardé seis o siete minutos en encontrar el Ipad, que por supuesto, estaba debajo de su almohada…

Cerré la casa a cal a canto, con persianas incluidas hasta abajo, porque pensé que una casa de dentro hacia fuera se quema fácilmente, pero que de fuera hacia dentro es más complicado y más si está bien cerrada… Así, por lo menos, mi hermano podría salvar algo…

Bajamos al garaje y entonces es cuando me dí cuenta de que no quedaba ni un coche de los siete u ocho que había habitualmente, no quedaba nadie… Yo era la última en irme… Todos habían desalojado ya…

Sali del garaje escopetada y llamé al AVIADOR… “¡¡¡Me he pirado!!! Esto tiene una pinta malísima. El fuego está aquí al lado, no queda ni un coche en el garaje”… Al pasar por el lugar en el que había sido advertida por la señora hacía cinco horas vi que las llamas estaban llegando a las casas… “Dios Mio!!! Esto es descomunal…” “Venga tranquila, baja despacio ¿vale?” “Si, si…” Y de pronto, en lo alto del monte que yo tenía que descender, vi que había a mi derecha llamas en vivo y en directo… “Uy por Dios!!! Las llamas están aquí, ahora te llamo!!!” “No me asustes Mara… No me cuelgues!!” “Ahora te llamo!!!” Y colgué…

Empecé a serpentear por aquella carretera. El corazón se me iba a salir de la caja torácica.

No había nadie. Y cuando digo nadie, es absolutamente nadie. Ni gente “huyendo”, ni bomberos, ni policia, ni fuerzas vivas (ni muertas)… ¡¡¡NADIE!!!! 

Al dar una curva muy pronunciada (de esas en forma de “S” super-retorcida) me encontré de bruces con algo muy parecido a esto:


 

(La foto está sacada de “El Mundo” y cuando la vi por primera vez, cinco días después del incendio, tuve que cerrar los ojos y retirar la cara… Ahora la puedo mirar de frente…)

El fuego estaba a ambos lados de la carretera y también por encima, ya que allí, encima de nuestras cabezas, las ramas de dos árboles se besaban apasionadamente formando un puente…

“Atrássssss, Señoraaaaaaaa, atrássssssss” gritó Mariana cogiéndome del brazo y echándose hacia atrás, con el cuerpo, todo lo que podía…

No me lo pensé. No podía ir hacia atrás. En aquella carretera no se podía maniobrar…

“No puedo Mariana… No puedooooo”… Mariana se cogió las manos y empezó a rezar. Apreté el acelerador y al grito de “Papá por favor, quemada en un monte nooooooo!!! Virgencita ayúdameeee!!!” Crucé entre las llamas con el coche…

Debieron ser dos o tres segundos, en los que todo, absolutamente todo se coloreó y tiñó de rojo… Quizá solo fue un segundo… No lo sé… Fue eteeeerno.

No pensé en nada ni en nadie… Sólo recé. En voz alta. En voz baja. Entre lágrimas. Entre sollozos… Me limité sólo y exclusivamente a rezar, mientras seguía descendiendo por aquella puñetera montaña… Mariana seguía callada sin moverse y yo juraría que sin respirar…

Volvió a sonar el móvil… Ponía “MAMI”… Mamá… Mi madre… ¡¡¡¡Mamita!!!

“Mamáááááááááááá!!!!”

“Hija, ¿no sabes quien se acaba de morir ahí al lado tuyo?” Y pensé… “ ¡¡¡Mariana!!! Joder, se ha muerto Mariana y mi madre ya se ha enterado!!!”“Mamááááááá!!!” volví a decir casi sin voz… “Carlos Larrañaga hija, se ha muerto en Benalmádena!!! Acaban de dar la noticia”

“Mamááááá” y empecé a llorar casi con histeria… “Mamá hay un incendio enorme y estoy bajando del monte entre llamas!!!” “¿Cómo dices hija? ¿Dónde estááááááás?” “Mamááááá, estoy bajando a casa de B, porque hay un incendio horrible, se está quemando todo!!! Todo mamá, no va a quedar nada… Es descomunal… No sabes la magnitud del incendio” “Por Dios hija mía… Mara, por Dios!!! Sal de ahí… Dios Mio… Papááááááá!!! Saca de ahí a la niña!!! Saca de ahí a mi niña!!!” “Estoy bien mami, pero no sabes lo que acabo de pasar!!! Horrible!!! Ha sido horrible!!!”

Entonces me derrumbé y empecé a llorar sin parar,  y por primera vez en un rato, oí que Mariana lloraba también…

“Mara, hija, dime algo, Mara!!!” Yo ya no podía hablar. Sólo llorar y llorar y llorar… Oir la voz de tu madre en un momento como ese, te hace llorar y llorar y llorar y desear con todas tus fuerzas estar a su lado, bajo su cobijo, en su regazo, con su maravillosa protección y seguridad, esa protección y seguridad que sólo te da tu madre… “Mami, perdona el susto… Ya estoy bien… Mira las noticias vale? Y tranquila yo ya estoy a salvo”“Hija mía, mi niña… por Dios, Dios mío…” y así colgamos…

Llamé al AVIADOR y tuve una conversación más calmada, pero muy parecida a la que había tenido con mi madre… Yo no podía dejar de llorar…

Me llamó B “Donde estás? Baja ya, que en Internet están diciendo que eso está desmadrado”“Estoy en la puerta de tu casa…” “Salgo a abrirte”

Y una vez más, otra vez, volví a tener delante la carita de B en uno de los peores momentos de mi vida.

(Hago un inciso para recordar, que, hace dieciocho años, el día que recibí la llamada de mi madre diciéndome que mi padre acababa de fallecer, yo estaba sola en mi casa con B. Y que el primer abrazo y consuelo que recibí fue el suyo… Siempre he tenido una sensación de deuda vital con ella por aquel abrazo… Ahora tengo la sensación de tener dos deudas vitales o quizá más…)

Me abrazó. Una vez más, me volvió a abrazar… “Ya pasó, tranquila Mara, ya pasó”. Entramos en su casa. D., su marido que había preparado unas copas, también me abrazó con tanto cariño. Salimos a la terraza y nos sentamos a tomarnos una copa. Los niños ya se habían dormido. El PLANETA en un sofá del salón. La ESTRELLA compartía camita con la niña de B.

El AVIADOR estaba que le iba a dar algo. No paraba de llamar y mandar mensajes: “Diles a B y D que nunca les podré agradecer lo que han hecho por nosotros esta noche”

Yo no podía hablar. Sólo miraba al infinito. Mariana se derrumbó y empezó a delirar “Que morro el AVIADOR. Nunca está. Mi señora siempre sola. Pues que sepa, que me he hecho pis de miedo en el coche. Si. Me he hecho pis encima”.

“Creo que Mariana ha entrado en barrena” decía D. “No cogerá un cuchillo y nos matará a todos esta noche ¿verdad?”. “Espero que no”, le contesté, aunque en realidad, en ese momento, todo me daba igual. Mariana seguía hablando (o delirando) sola. Volvió a fumar después de dos meses sin hacerlo, y fumó como si le hubiera poseído el espíritu de Ducados…

Volvimos a salir a la 1.30 para ver como iba el tema. La imagen era espeluznante, las fotos no hacen justicia al horror que se veía y vivía… y además, las fotos no desprenden olor… ¡¡¡Qué olor!!! ¡¡¡Ese olor!!!

Estas son algunas de las fotos tomadas desde la rotonda del Hotel Don Carlos…




Son de la ladera del monte. Ya casi tocando con Marbella. El fuego lo había devorado todo a su paso. Había bajado por toda la montaña. Se había quemado la montaña entera.

Salimos de nuevo a las 3.30 y a las 6.30… Ya no éramos cuatro para evacuar si aquello seguía avanzando… Ya éramos once… Con B.,  D., sus cuatro niños y “su Mariana”… No dormí nada esa noche.

Por la mañana, la terraza estaba llena de motitas, ramitas, hojitas chamuscadas… Todo negro y gris… Todo tristeza…

Volvimos a oir hidroaviones y helicópteros, y empecé a recibir mensajes preguntándome sobre mi situación y ofreciéndome todo tipo de ayuda… Fue una pasada… Nadie sabe lo acompañada que me sentí en mi soledad. A las 10 de la mañana tenía seis o siete casas a las que ir. No sabía que había pasado con la mía. Y entonces me di cuenta de que estaba totalmente bloqueada, sin saber que hacer, ni hacía donde ir y en estado de shock.

A las 10.30 me llamó el AVIADOR: “Mara, me acaba de llamar el de la Comunidad de Propietarios, la casa se ha salvado. Cambió el viento a tiempo y prácticamente la urbanización se ha librado entera!!! Él está allí por si quieres ir”.

D. me “medio” obligó a subir allí… “Vamos a dar una vuelta de reconocimiento. Si ves que te agobias nos bajamos inmediatamente”

El paisaje era desolador. Lunar. La tierra era gris con palos negros, que hacía menos de doce horas, eran árboles… Todavía había focos de los que salía humo e incluso alguna llama.

Llegamos hasta la urbanización. Efectivamente, estaba intacta. Milagroso. Una vez más, mi hermano se había librado, milagrosamente, de perder su casa.

Esta era “mi curva”. Esa curva en la que pude perder la vida.



A las 11 subí con Mariana para terminar de recoger y dejar la casa bien.

A las 15 horas del día 31 de agosto, después de tomarme un gazpacho con B, cogí a la ESTRELLA, al PLANETA y a mi Mariana y puse rumbo a El Puerto de Santa María, donde Irma me esperaba para darme dos días maravillosos de desconexión absoluta. Necesita alejarme de Marbella y sobretodo, dejar de oler eso… Ese olor… ¡¡¡Qué olor!!!

El día 2 de septiembre volví a Madrid para encontrarme con el AVIADOR.

Mis vacaciones de verano habían terminado.

14 comentarios:

el chico de la consuelo dijo...

puffffffffffffffffffffffff
no quise empezar a leer hasta que estuvieran todos los capitulos escritos...
y me los acabo de tragar sin pestañear como una peli de terror...

En fin bien está lo que bien acaba.
Abrazuchos
y ya no se te ocurrirá decir nunca que estás quemada en el trabajo y que necesitas vacaciones (un poco de humor negro final...) ;)

El 16 en discordia dijo...

La verdad es que en mi modesta opinión fuiste un poco bastante inconsciente por atreverte a subir a recoger las cosas de la casa.
Creo que deberías de haber esperado al día siguiente puesto que ya estabas a buen recaudo y bien acogida por esas maravillosas personas.
Pero afortunadamente DIOS es justo y te protegió.
Me da mucha alegría ver que todo ha quedado en un susto muy grande pero nada más.
También he de decirte que creo que no es lo mismo leer el post que vivir la situación y que en caliente se hacen cosas que no son del todo correctas.
Lo dicho me alegro de que estés aquí de vuelta con ese moreno-torrao.

TORO SALVAJE dijo...

Te libraste de milagro.
Porque te la jugaste eh?
Y no deberías haberlo hecho.
Las personas somos insustituibles.
Imagina que te hubiera pasado algo.. ya no sólo por ti, sino por tu familia...

Menos mal que acabó bien.
Que susto...

Ufffffffffffffffffffffffffffffffff

Hoy un abrazo gigante.

m dijo...

Hola, te sigo desde hace un tiempo y estoy alucinada. Me alegra que todo fuera bien, pero estoy de acuerdo con los comentarios que dicen qué porqué volviste a subir estando ya en un buen sitio. Fue un riesgo innecesario, la verdad.
Un abrazo.

Mara dijo...

Efectivamente, volver a subir pudo ser una imprudencia absoluta por mi parte, pero llamé en cuatro ocasiones a los bomberos, me aseguraron que los retenes de la zona me evitarían la subida si era peligroso, que estaba "lejízimos" de mi zona y yo de incendios sé poco o nada...

Volví a subir porque no queria "dar la lata" a B y D invadiendo con toda mi prole su casa en su último día de vacaciones...

Volví a subir... no sé muy bien por qué...

Mara dijo...

Ah! Bienvenida "m"!!!!

sin más palabras dijo...

Niña, que sustazo.... Sin palabras me he quedado.

Sí, una cosa voy a decir INCONSCIENTE!!!!!

Un besazo enorme

Mria Dolores dijo...

Impresionante, me he meido tanto en el relato que me he puesto a llorar cuando pasabas por el fuego, y por supuesto me he reído con Mariana. Yo también quiero una Mariana, ¿no conocerás a alguna por Valencia? jejeje
Me alegro de que todo se quedara en un susto.

Mara dijo...

Mria Dolores... Mariana es bestial! Y si encuentro otra... me la quedo también!!! Un beso y bienvenida a tu casa...

susana dijo...

Uff... he leido los tres capitulos y vaya angustia pero sobre todo... vaya valiente que fuiste, como dicen, algo inconsciente pero muuuy valiente!!
Me alegro de que todo saliera bien al final, como han dicho Dios es justo :)
Soy nueva por aqui por cierto pero me quedo!
http://susana-miarmariopersonal.blogspot.com.es/

Mara dijo...

Susana, no sé si fue valentia... Fue lo que salió de mi!!! Bienvenida, ponte cómoda, estás en tu casa!!! Un beso

Mamen Martin dijo...

Pero mi vida!!! que horror!!! que mal lo tuvistes que pasar, cuanto lo siento.
Segun iba leyendo, que por cierto me encontraba totalmente asbducida por tus palabras..... me parecia una pelicula de terror!!!
Menos mal que no te paso nada. claro que el sustito no te lo quita nadie.
un Besazo enooooorme para mi valiente!!!!
El proximo año te vienes para Vigo que aqui no hay incendios.
te quierooooo

Beatrice dijo...

Vaya con Mariana, ella si que vale!!!!!!!!!!!
Te comento en las conclusiones, me los leo todos de seguido.

Irene dijo...

Ostras Mara!
No he podido evitar llorar, las lágrimas me caían solas.
Parece que no sirve de nada, pero la única solución es rezar y vaya si funciona.
Voy a por las conclusiones.
Beso

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