domingo, 3 de marzo de 2013

EL MENTIROSO Y SU MENTIRA

La mentira es asquerosa, repugnante y repulsiva.

La mentira… ¡¡¡Qué asco de verdad!!! No sé que es peor, si ser el mentiroso o el mentido…

Hay frases, dimes, diretes, dichos populares, refranes que dicen mucho de la mentira: “Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo” “La mentira tiene las patas muy cortas” “La verdad duele, pero la mentira mata” “La primera vez que me engañes la culpa será tuya, la segunda, la culpa será mía” “No por repetir muchas veces una mentira se convierte en una verdad”…

Pero hay uno por excelencia que me gusta y que no trata de la mentira, sino de la verdad: “La verdad os hará libres”

Y es cierto, la mentira, para el mentiroso está revestida de grandeza y aparente libertad. El pensar que has metido una bola y no te han cazado, te hace sentir grande y fuerte, y te hace, irremediablemente, volver a mentir… es un bucle, una espiral horrible en la que entras y al final te sientes totalmente atrapado…

Cuando pillas a un mentiroso, éste puede tener dos reacciones:

1.- Respirar hondo, porque por fin ha terminado la pesadilla de la mentira… esa mentira de la que quería salir y no sabía como.

2.- Enfadarse, porque cree que le has estado espiando y quieres saber de él más de lo que él quiere que sepas… Y el problema es que cuando no tienes nada que ocultar y todo se puede saber, lo que hay es lo que ves.

¿Te has parado a pensar alguna vez por qué mientes?

Puedes mentir:

- por vergüenza: en realidad hay algo que no quieres contar, que te preguntan directamente y que te lleva a meter una bola de colores que ni tu mismo te crees.

- por miedo: y aquí caben, dentro del miedo, un montón de motivos. Miedo a la reacción del otro, miedo a que se descubra tu verdadera personalidad, miedo a que no te dejen hacer algo, miedo a las consecuencias de tus actos.

- por parecer lo que no eres: y te tiras unos pegotes de la pera para ser aceptado dentro de un círculo al que ni perteneces, ni pertenecerás, porque todo lo que estás contando es mentira y la aceptación de los otros, aunque no lo creas, también es de mentira.

- porque sabes que lo que haces no está bien: y aunque no quieres mentir, no te queda más remedio, porque la verdad te llevará a la pérdida de algo o alguien, y no sabes si estás preparado para perderlo o por absoluto egoísmo, no quieres perderlo. 

El perfil del mentiroso es complejo. Pillar a un mentiroso es más fácil, cuanto más trato tienes con él. El problema es que cuando sabes que te mienten, ya no quieres tener trato con el mentiroso.

El mentiroso tiene que tener memoria. Es necesario que recuerde donde te la ha colado y en que supuesto hizo lo que dijo que hizo o estaba donde decía que estaba…

El mentiroso tiene que poder mirarte a los ojos directamente y sin pestañear mientras te cuenta la bola. Muchos jugadores de póquer o mus son cazados por titubeos o tics nerviosos que les salen en el momento de lanzar el farol. El mentiroso que puede mentirte mirándote a los ojos, mientras sostiene su mentira, es el peor de todos porque miente con sangre fría.

El mentiroso no debe titubear, es más, es necesario que se crea su propia bola y la pueda defender “hasta el infinito y más allá”, dando vueltas y revueltas a las cosas, hasta llegar a confundir al mentido.

Mentir a alguien que no te importa carece de importancia, es feo pero… no es importante. Mentir a alguien que te importa es criminal.

¿Sabes las consecuencias que provoca tu mentira en un mentido que te quiere?

Son de dos tipos: mentales y físicas.

Mentalmente, cuando un mentido descubre una mentira siempre intenta buscarle una explicación lógica queriendo creer la trola que le han contado e intentando excusar al mentiroso porque le quiere. Cuando ya es consciente de que aquello no tiene ni pies ni cabeza y de que le han mentido, el mentido se queda paralizado y busca una explicación lógica al por qué de la mentira. El contenido en sí de la mentira no importa, lo importante para el mentido es saber por qué le han mentido, no en qué. Le da vueltas y vueltas y más vueltas, intentando saber la necesidad que había en mentirle y por supuesto, se siente relativamente culpable porque su actitud ha hecho al otro mentirle.

Cuando ya consigue darse cuenta de que no ha hecho nada para que le mientan, pero que la mentira está ahí, llega el desplome absoluto. El hundimiento. La desazón. La tristeza infinita. La parálisis vital. La llorera incontrolable. Se queda todo como en silencio y a su cabeza, una y otra vez retornan las palabras o los hechos de la mentira. Y llegan las consecuencias físicas: falta de hambre, falta de alegría, falta de sueño, falta de rumbo, asco absoluto ante la presencia del mentiroso, su sola visión le producen arcadas… El mentido puede incluso llegar a vomitar y enfermar.

Y después de vomitar y enfermar, el mentido puede tener dos reacciones.

La primera el enfado incontrolable, ésta es la buena para el mentiroso. Si el mentido se enfada, rebuzna, relincha, barrilla, ulula y ladra, es porque te va a dar otra oportunidad. Te cae un broncazo de narices, pero te va a perdonar. En esta el mentido quiere saber la verdad hasta el final. Y aquí el mentiroso será el que, por una vez y en un acto de valentía tendrá que hablar y asincerarse.

La segunda, es la decepción irrevocable. Aquí el mentiroso ha muerto. No tiene nada que hacer ni que decir. No le van a dar opción a seguir mintiendo con excusas… El mentido ha tocado fondo y no quiere escuchar nada más. No quiere detalles. No le interesan en absoluto. Si un mentido no se enfada… Malo, malo, malo, malo…

Espero que disfrutes o hayas disfrutado de tu mentira, que sea tan necesaria e importante para tu vida como para haber arriesgado la amistad, la confianza, el amor y el cariño de una persona importante para ti (si es que lo era), que te compense la pérdida a la que te enfrentas y que seas consciente de que la mentira te ha alejado absolutamente del mentido, te ha separado kilómetros de él, ha metido una capa de mierda entre los dos que no hay espátula que la rasque o la quite, y que por mucho que intentes subsanar la trola con excusas y explicaciones, cada vez que hagas algo “raro” o “distinto”, el mentido levantará una ceja y dudará de ti, si es que no has perdido para siempre al mentido, si es que te va a dar la oportunidad de que te expliques, si es que tu mentira puede justificarse, porque lo peor de la mentira, no es la pérdida de confianza de la otra persona, sino la pérdida absoluta de esa persona en si.

Y, por cierto, la única manera de salir “airoso” de una mentira, es confesarla. Sólo así el mentiroso puede recuperar la tranquilidad y la libertad… Pero hay que ser muy valiente para confesarla, y una característica principal del mentiroso es la cobardía. Cobardía que le lleva a mentir.  Y hablo de confesarla voluntariamente, no de que te cacen y no te quede más remedio que cantar… ¿Has confesado ya tu mentira?

14 comentarios:

El 16 en discordia dijo...

Cierto todo lo que dices...
He tenido que confesar alguna mentira en mis tiempos mozos y en la actualidad de vez en cuando llevo a cabo alguna de estas que llaman piadosas.
Buen post.

TORO SALVAJE dijo...

Y además se le caen los dientes al mentiroso.
Y el ratoncito pérez no los quieres porque están podridos.
Y se queda sin regalo y desdentado.

Besos.

Anónimo dijo...

Este post me ha dado q pensar.

sin más palabras dijo...

Inquietante post....
No, no he confesado mi mentira. Básicamente porque no miento nunca. Puede que no diga toda la verdad, pero eso no es mentir, verdad????? :-)

Un besazo

Patty dijo...

Si mientes, lo siguiente es acusarte, cuesta, pero te quedas super agustito(yo lo sé, jajaja)

Sara M. dijo...

Vaya, yo tengo a más de un mentiroso compulsivo cerca, muyyyyyyy cerca, y no sé si puedes llegar a imaginar lo que se siente. Porque hay veces que te mienten, pues para quedar bien, de "guays", o lo que sea. Pero, ¿mentir por mentir? Lo conozco. Y lo peor es que cuando te decides a "acusarle", se enfada, no lo reconoce. "Es que me tienes controlado todo lo que digo, pues me equivocaría", o por supuesto, el "yo no he dicho eso". Fíjate si es grave, que en uno de los casos llegamos a hablar con el psicólogo, que por trastornos de ansiedad, trataba a esta persona. Y cuando se enteró, no sé exactamente cómo, dejó de ir inmediatamente, porque tenía engañado hasta a él. Y lo peor es que sientes una tristeza profunda por esa persona, una sensación de vacío, de no poder ayudarle, horrible. Y al mismo tiempo, te ha hecho tanto daño, no una, ni dos, sino muuuuchas veces, que al final, aunque le quieras mucho, te das cuenta de que tienes que alejarte. Y si eso afecta a otras personas, despegarte se hace infinitamente más difícil, porque al que sigue teniendo engañado, cree que la mala eres tú.

Sara M. dijo...

Por cierto, creo que yo soy una gran mentirosa, tengo mucha sangre fría para hacerlo. Pero nunca me ha gustado hacerlo.

Beatrice dijo...

TORO, increible comentario. ¡Es feo el mentiroso!

Los peores son los que se mienten a sí mismos, esos no creo que tengan remedio.

Mi padre consiguió que en casa no entrara la mentira y yo intento lo mismo.

Siempre he "visto" la mentira como la hermana pequeña del demonio, y yo no le quiero por amigo.

Anónimo dijo...

Pedazo de Post. Este caso lo he sentido de cerca...

Mara dijo...

Anónimo... Ya lo siento... te lo digo de verdad... Bienvenido!

Unknown dijo...

Buenísimo post!!!! Yo añadiría una tercera reacción del mentiroso...y es la de aplicar un buen ataque en su defensa....acusarte a ti ...aunq eso entra en su enfado contigo por pillarle....
Nunca he sido partidaria de las mentiras y nunca me había encontrado en esta tesitura, pero puedo decir q las consecuencias del mentido son así como se detallan :( :(

Anónimo dijo...

Es cierto..provoca esas reacciones, te enferma, lloras, te preguntas en que he fallado, como es posible que no haya confiado en mi ..cuando eres victima de una mentira..he descubierto que mi gran amor..no es quien dice ser..me ha mentido con su identidad,no es quien dijo ser..y duele hasta la vida..y como tonto que soy , no le he dicho nada..porque le quiero y no quiero verle pasar por ese trago amargo de reconocer..y el sorbo de amargura, me lo estoy tomando yo. ..como lo ven?.es muy triste. Muy buen post..

Anónimo dijo...

Qué verdad!!!! Llevo años pasando por esto, confías en una persona y cuando ves que su actitud y conducta no son normales....es cuando empiezas a abrir los ojos. Su reacción fue enfadarse, no reconoce nada, y la culpable de todo soy yo. Encima tiene a todos engañados!!! No sólo a mi. Ha conseguido matarme en muchos aspectos. Me ha quitado las ganas de vivir. Dudo que pueda volver a ser la misma persona confiada que era antes. Encima mete a otras personas por medio, que acaban por maltratarme como esa "persona". Te deja agotada física, psicológica y emocionalmente. Ojalá hubiera sabido antes, lo que se ahora. Gracias por tu post. Muchos abrazos y ánimos a l@s que sufris por esta chusma, gentuza sin alma y sin corazón

Unknown dijo...

Buen post, hay mucha verdad en esto que dices...

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.