jueves, 13 de octubre de 2011

MOTIVOS

Actúas en la vida empujado por MOTIVOS. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define los MOTIVOS como: “Causa o razón que mueve para algo”…

Me parece una definición “coja”, porque los MOTIVOS mueven tanto para algo o como para “no” algo. De hecho suelen mover para hacer algo o dejar de hacer algo.

La causa, razón o MOTIVO que mueve nuestras actuaciones, las mías, las tuyas, depende mucho, muchísimo de uno mismo, pero también, y dependiendo de lo egoísta que se sea, depende mucho, muchísimo de los demás.

Las personas egoístas se mueven o no se mueven por comodidad o por su interés, nunca pensando en el bien o en el mal ajeno. Con lo cual sus MOTIVOS son básicamente propios, pensando en si mismos.

Las personas generosas actúan o no actúan mirando siempre el interés ajeno, de forma que en su toma de decisiones están en primer lugar y por encima de todo, los demás y después y en último lugar, el interés y el “bien” propio.

Aparentemente las personas egoístas son más felices, puesto que están haciendo lo que ellos quieren y parece que les beneficia más, dan una sensación de contento y alegría, que en ocasiones genera la “envidia” de los generosos, que sacrifican sus preferencias vitales para que los demás estén más cómodos o felices.

Pero no caigas en ese error, porque los egoístas tienen una felicidad ficticia, ya que solamente el ver a tus prójimos y colaterales felices y tranquilos, te hace a ti ser feliz y sentir bien, y aunque no lo notes, te engrandece como persona. Además tomar decisiones sabiendo que estás haciendo daño a tus seres queridos, a medio – largo plazo, por mucho beneficio que saques inicialmente, no compensa, y en algún momento te hace sentir ruin y patán.

Además los MOTIVOS son totalmente subjetivos. Cada uno tiene los suyos. Desde fuera está chupado opinar, cuando lo que está en juego no te pertenece, no lo quieres, no sientes nada por ello. Entonces es guay, porque das tu opinión y parecer sin sentimiento y mojándote estupendamente, porque no pones cara, ojitos y pelo a los seres que están detrás del MOTIVO del otro. Tú y sólo tú tienes tus MOTIVOS, no permitas que nadie te juzgue sin conocerlos…

La “corta” vida que llevo caminada me ha demostrado que sólo y exclusivamente cuando actúas movido por el beneficio ajeno alcanzas la felicidad, por mucho sacrificio y dolor que implique la decisión, y aunque parezca que en ello te estás dejando la vida, a la larga, si la actuación es por ellos, por los tuyos, por los que más quieres, acaba compensando esa “tristeza” y “sacrificio brutal” que en un momento dado parecía que te iba a quitar toda la felicidad para el resto de tu existencia.

Y ocurre lo mismo con las omisiones. Cuando no haces o renuncias a algo movido por el amor al prójimo, sabiendo que con eso estás haciendo feliz a los tuyos, la renuncia es mucho menos dolorosa, que si actúas sabiendo que estás perjudicando y dañando a los que más quieres, pero tú sales “vencedor”…

Esa salida victoriosa es “pan para hoy y hambre para mañana”, porque sólo se puede ser feliz, si los que están a tu alrededor son felices, por eso los MOTIVOS de tus renuncias te hacen grande y fuerte, porque con ello consigues la felicidad del prójimo, de tus prójimos…

Y una vez que has actuado por ellos, y sólo por ellos, no hay que mirar hacía atrás, no hay que replantearse porqué se actuó así, no hay que preguntarse cómo hubiera sido tu vida, si no hubieras pensado en ellos y hubieras actuado pensando solo en ti.

Eso destruye, eso correo, eso carcome…  Y aparece en tu vida el rencor… Eso no…

Es verdad que rectificar es de sabios, porque a veces y aún pensando en los demás, nos equivocamos, pues entonces y solo entonces, continuando en esa línea de generosidad inicial, habrá que rectificar.

Pero si rectificar implica hacer daño a los que quieres en tu beneficio propio, caerás en desgracia, porque te convertirás en un egoísta, y ya te he explicado que los egoístas no son felices.

Has de pensar que tu renuncia, por muy grande que sea, ha hecho felices a unos cuantos y eso ha de consolar tu “dolor” y desazón, y eso es lo que te tiene que dar fuerza para seguir “trabajando” en el camino que habías elegido, sin mirar atrás, sin dudar, sin “recular”, porque hay muchísisisimas tentaciones, porque en ocasiones dan ganas de tirar la toalla y salir literalmente corriendo, porque duele tanto que parece que se te hace insoportable, y crees que no vas a poder vivir. Pero son sólo eso, tentaciones, porque el MOTIVO que te hizo actuar es lo que te tiene que dar fuerzas y convencer de que no has de mover un ápice tu decisión.

Las tentaciones te hacen imaginar que si la decisión de aquel momento hubiera sido otra, la vida sería muchísisisimo mejor y más fácil o feliz. Pero eso es un espejismo de la realidad, y lo que tienes que vivir es el aquí y ahora. Como dice ADV (mi amigo), “cualquier tiempo pasado, fue anterior” y eso no lo vas a cambiar. Con lo que tienes ahora mismo, es con lo que has de tirar y vivir, sin regodearte en lo que pudo ser y no fue.

Cualquier frase que empieza por “¿Y si hubiera…?” es un error. Un error enorme que puede llevarte al derrotismo y a vivir anclado en un pasado que no volverá, y que no te dejará disfrutar a tope del maravilloso presente y del estupendo futuro que te esperan.

Y si además, para rizar el rizo, consigues que nadie note tu renuncia… Entonces eres el campeón del mundo mundial y sólo puedo quitarme el sombrero ante ti, y reconocerte toda mi admiración…

CONCLUSION 1: El MOTIVO que mueve a los egoístas es EL AMOR A SI MISMOS.
CONCLUSIÓN 2: El MOTIVO que mueve a los generosos es EL AMOR AL PRÓJIMO.
CONCLUSION 3: El alcohol NUNCA es un MOTIVO que pueda justificar tus actuaciones, ya sean acertadas, ya sean equivocadas.
CONCLUSION 4: Vaya trozo de post acabo de colgar.

(Y me encantaría que este post fuera una caricia para una persona que movida por un MOTIVO maravilloso ha renunciado a mucho. ¡¡Va por ti!!)

4 comentarios:

Beatrice dijo...

Creo que todos somos en parte egoístas. A veces, y esas veces a veces son muchas veces, me siento egoistona porque me planteo en mi fuero interno cosas como las que describes... "Y si hubiera seguido con ese trabajo, ahora estaría en lo más alto, con un sueldo de envidiar por muchos y viviendo a tutiplen", claro, suponiendo que el nº de hijos no llegara ni a la mitad de la mitad de los que tengo. Se que no sería así, tendría una vida desquiciante.
Pero soy egoistona. ¿Irremediable? Creo que no, es una lucha constante, con tentaciones, caídas, resurgir y tropiezo de nuevo.
Soy egoísta, porque tengo todo por dar, siempre hay algo que queda, el ser no se termina, siempre queda algo de mi para los demás. Y me cuesta muchísimo desprenderme de lo mío aunque te daría lo que me pidieras.
En parte es una gozada saber que siempre hay algo por lo que mejorar, superarse a uno mismo, para otros. Pero otras muchas pienso que vaya juerga esto de dar y dar y que esto no se acaba...Ahí está mi egoísmo, asomando la nariz.
Soy muy egoísta porque tengo una queja reiterada, que a veces se hace notar en mis palabras, en mi gesto o en mis modales.
Pero soy egoista en lo más importante, en lo inmaterial, en mi misma, porque lo de dejar un bolso, una barra de labios sin estrenar, la última chaqueta de moda que he comprado, la sal a al vecina..., eso no me cuesta nada. Lo que me cuesta es dar lo que soy y darlo con una sonrisa.
Una lucha diaria, mi caballo de batalla.
Y porque también soy capaz de darte lo que me pidas,... SOY EGOISTA Y ESTOY COMO UNA CABRA.

Mara dijo...

No eres egoista... El primer problema de los egoistas es que no se dan cuenta de que lo son... Tú estas como una cabra? Juntemonos y hagamos un mini-rebaño! Un beso

El 16 en discordia dijo...

Yo creo que también soy egoísta.
A mi personalmente me gusta que se me de un trato parecido al que yo doy,no por nada creo que es así.Es por poner un ejemplo como cuando te pagan a fin de mes(¡¡¡Toma te lo has ganado!!!).
Pues llevado a las personas debería de ser igual simplemente para sentir la satisfacción de que has hecho las cosas bien recibir un trato parecido al dado.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el post, y aunque no me he encontrado ante una situación de renuncia como la que describes, creo firmemente que cuando tomas una decisión que afecta al rumbo de tu vida, siempre acaba llegando el momento difícil que te hace pensar que el otro camino hubiera sido mejor. Si decidiste de forma generosa, te queda la satisfacción de la felicidad de los tuyos, si decidiste de forma egoísta, qué te queda? La desolación y la culpa...supongo.
Mamen

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