martes, 13 de septiembre de 2011

EL AVIADOR

Toda la vida, tanto la aviación como los aviadores han sido vistos como un sector privilegiado. La aviación es una profesión considerada de las “chulas”, de las que atraen, y, por tanto, los tripulantes de los aviones también han sido considerados de unos “chulos”, y de muy atractivos.

Sus vidas desde fuera levantan admiración, curiosidad e incluso un poquito de envidia, porque trabajar y que tu oficina tenga las mejores vistas del mundo es gratificante. Terminar un día de trabajo, que te recojan, que te lleven a un hotel, normalmente de buena calidad en una ciudad importante, que te den una habitación con una cama estupenda y enorme que no tienes que compartir con nadie y cenes en un chiringuito de la playa al borde del mar, con un amigo/compañero de trabajo y un montón de niñas monas es muy agradable.

También es verdad que la posibilidad de adquirir determinados productos en el extranjero a un coste más bajo de lo habitual y que tu familia pueda viajar “gratis” (sobre esto hay mucho que decir), hace que la profesión sea considerada como la pera limonera.

Pero … ¿qué hay de verdad en el mito de la “chula y atractiva” vida del aviador?

Hoy todo el mundo lucha por intentar compaginar lo mejor posible la vida laboral con la familiar. Como no tenemos gran cantidad de tiempo para dedicar a nuestras familias, intentamos que la calidad del que dedicamos sea lo mejor posible, de forma que no nos saltamos una fiesta/merienda/cena de cumpleaños de nuestros hijos, los fines de semana son sagrados y estrictamente familiares, con amigos, pero siempre todos juntitos, hacemos lo imposible por ir a las fiestas de fin de curso y funciones navideñas de los más pequeños, la Semana Santa y el verano se aprovechan para hacer un viajecito de esqui o playita en amor y compañía, y por supuesto, Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Reyes son siempre en familia, rodeados del calor del hogar de nuestros ascendientes y recordando cual era el lugar que ocupábamos en la mesa cuando éramos pequeños.

Todo esto, que es lo básico y lógico en cualquier familia, no existe en la vida del aviador, que depende totalmente de una máquina/persona que se llama programador y que los días 24 o 25 de cada mes publica lo denominado PROGRAMACIÓN DEL MES SIGUIENTE.

Un aviador, tal cual tiene en su correo electrónico la programación, empieza a:
-          llamar a sus amigos y familiares para declinar o aceptar invitaciones a fiestas.
-          confirmar asistencias a bodas, bautizos y comuniones,
y organizarse el mes sabiendo que:
-          casi con toda seguridad, no estará en casa dos fines de semana de ese mes, porque en la vida del aviador no existen los sábados y los domingos como días de descanso, él puede tener un lunes y un martes, en los que sus hijos están en el colegio y su pareja/amigos trabajando,
-          en el cumpleaños de su hijo/hija tendrá que marcharse a primera hora de la mañana y no volverá hasta tres días después,
-          llega justo por la noche el día de la función de fin de curso,
-          casualmente, los dos domingos que su equipo de futbol juega en casa, él no está, y se pregunta para qué se habrá sacado el abono un año más,
-           y que en Diciembre uno de los cuatro días “grandes”, como poco, lo pasará fuera, durmiendo solo, y sabiendo que todos los suyos están reunidos al calor del consomé o al frío del cava. Todos, menos él.

Para los demás, todo esto, son cosas pequeñas, porque la vida del aviador compensa por encima de todo, pero … ¿de que está hecha la vida, sino de cosas pequeñas? ¿hay algo más grande que la mirada de un hijo cuando descubre a su padre entre el público el día de su función del colegio?  ¿qué la cara de sorpresa de la mañana de Reyes, cuando descubren que a los Monarcas de Oriente les ha dado tiempo a pasar por su casa y se han bebido el cava y se han comido los polvorones, y empiezan a abrir los regalos que han pedido en sus cartas? ¿qué ver a su equipo ganar en la grada del campo comiéndose una hamburguesa con sus amigos más íntimos o con su mujer un domingo cualquiera?

Esas cosas pequeñas y sin importancia para los demás, porque las pueden hacer, son las grandes e importantísimas cosas de la vida que se pierde un aviador. El día a día de su familia, la renuncia a momentos irrepetibles, la soledad de las habitaciones de un hotel en fechas señaladas, el desarraigo y la distancia que se multiplican por mil cuando llegan malas noticias y están lejos, y no saben que hacer, no pueden reaccionar, porque están a catorce horas de avión de su familia, y nada de lo que les digas y de lo que te digan, tiene consuelo.

También es verdad, que si algo tienen en común los aviadores es que son personas alegres y positivas por naturaleza, porque su profesión les llena, porque es, absolutamente, vocacional. El aviador que consigue serlo, no cambia por nada su profesión. No hay dinero en el mundo que le pague renunciar a ella, porque a un aviador, lo que de verdad le llena en esta vida es volar, meterse entre las nubes, sortear tormentas, aterrizar en aeropuertos intransitables por culpa de la niebla, localizar provincias y ciudades desde el cielo, ver las estrellas y constelaciones y conocer su nombre. Y nunca hay que olvidar que llevan cientos de vidas en sus manos en cada trayecto, además de la suya…

Es verdad que hay muchísimas personas que por motivos laborales viajan mucho, y que están fuera de sus casas en estos momentos mencionados, pero son temporadas pasajeras y puntuales de su vida, más o menos largas, no son su vida. En la vida del aviador, esto es para toda su vida laboral.

Y todavía no he mencionado el “jet lag” y los desórdenes personales y familiares que genera…

Eso que los demás no ven, forma parte diaria de la vida “chula y atractiva” de un aviador.

No sé si la vida de los aviadores es “chula y atractiva”, pero si sé una cosa: es diferente, es especial, porque ellos, los aviadores, son diferentes, son especiales, muy especiales.

4 comentarios:

Beatrice dijo...

Algo deben tener xq Leonardo Dicaprio se hizo pasar por un de ellos en "Atrápame si puedes", y le quedó el papel que ni bordado.
Cierto que tal cual lo cuentas resulta hasta desolador, menos mal que el que lo es , es xq quiere y le tira una fuerza vocacional potente.
Pero en el caso de "Tu Aviador" también le mantiene una mujer y dos hijos, que le quieren, y se lo susurran muchas veces, le comprenden, y le animan, siempre que lo necesita, a seguir adelante con su vida que es también la vuestra.
Sois una familia diferente, estupenda y hasta ejemplar.
Aprovecha cada minuto que le tienes cerca para que esos ratos de distancia sean más cortitos.
Y viaja todo lo que puedas que es tu segundo propósito!!!!!

Uri Contini dijo...

Entiendo perfectamente lo que es vivir "a contra horario". Se lo hago ver a mucha gente, que, aunque la semana para el resto de los mortales funciona de lunes a viernes, somos muchos los que tenemos que trabajar cuando los demás disfrutan y sentimos esa "soledad" de librar lunes y martes en la que te vas de compras, miras a tu alrededor y te sientes un extraño en día laborable.
Esto implica capacidad de sacrifio para adaptarte a la mayoría de tu entorno, ir a cenas de fin de semana y dormir sólo 3 horas, pero es lo que se merece la gente que quieres; y capacidad de comprensión por su parte, que te miran con ojillos compasivos y te dice, pobrecito vaya paliza te has pegado...
Pero no cabe ninguna duda que lo hacemos por gusto, porque nos llena nuestro trabajo y porque no hay esfuerzo mejor invertido que en sentirte parte de los momentos felices de la gente que te rodea. Aunque sea domingo, y cuando vayas a trabajar te encantaría ser reponedor del mercadona.

Carmen dijo...

Eso decía la esquela de mi abuelo, "aviador". Ni más, ni menos. Con cosas malas y buenas pero de otra pasta. Gracias por recordármelo.

CIRUGIA DE NARIZ dijo...

Tengo un cuñado aviador... y a el le gusta volar... y es por eso que lo hace pero la verdad es muy solitaria su vida... y no es ta tan bueno despues de todo...

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.