jueves, 5 de julio de 2012

ESCRIBIÉNDONOS...

Cuando estoy en el VIVERO, vivo sentada delante de un ordenador. Prácticamente todas las horas que contienen luz natural del día me las paso en un cuartito, con mi compi Ro, llena de halógenos que nos iluminan, con el aire acondicionado refrescándonos, hasta que nos congela al cabo de dos horas y nos reseca la piel, que tratamos de traer maravillosamente hidratada de casa.

Estoy sentada en una silla cómoda. Con ruedecitas, que son muy aconsejables para hacer desplazamientos cortitos, y con antebracitos, para que cuando tenga que meditar sobre que abono poner a mi última palmera o simplemente, cuando la cabeza se me vaya a caer al suelo de depresión, porque, después de tener preparadas más de 140 macetas, me llaman para anular el pedido, los codos se apoyen en los antebracitos y yo sujete con mis manos la cabecita o las lágrimas…

Me revientan las llamadas de teléfono… me desconcentran, pero claro! tengo que cogerlas y el móvil, mi móvil personal, siempre está silenciado, porque el ataque  directo y frontal por todos los frentes sonoros me pone de los nervios.

Estoy absolutamente enganchada, y no por gusto, al email. Vivo y respiro por el email. Debo recibir al día más de 90 correos laborales, y adoro que los "Agentes Externos" me ataquen por ahí (y también los “Agentes Internos”), porque si estoy concentrada en un naranjo complicado que necesita unos “conservantes y anabolizantes” especiales para poder germinar y suena el teléfono, me descentro totalmente y pierdo el hilo de la pócima que estoy preparando para echar al árbol, pero si entra un correo, pienso “luego lo leo” y cuando doy con la solución del Teorema de Pitágoras de mi naranjo, leo el correo y contesto a todos, prácticamente, de inmediato.

Me gustan los correos personales. Que dan alegrías o malas noticias, pero que me las dan de forma individual… Y cuando digo individual me refiero a que no formo parte de una multitud de destinatarios, de los que desconozco la inmensa mayoría… No me importan los correos a 13 bandas, si yo tengo algo más que ver en esas 12 bandas restantes, que el formar parte de una “Agenda de Direcciones” almacenada en un buzón de uno cualquiera.

Hay correos personales que me chiflan. Son esos que entran a las 9.00 de la mañana y dicen: “¡¡Qué horror!!, ¡¡qué lío tengo! Qué asco de día… Un besito. Os quiero”… Estos son los de B. y P… Todos los días, todas las mañanas, aunque no haya nada que contar, porque nos hemos visto la noche anterior, recibo uno de esos (o soy yo la que lo mando)… Y me hacen sonreír… Y yo suelo contestar con dos cosas: un enlace de Youtube con una canción y un “¡¡¡Arriba los corazones!!!”, que es mi grito de guerra cada mañana… Manifiesto mi estado de ánimo a través de las canciones que mando, o intento cambiar sus estados de ánimo a través de la música…

Cuando un correo es “no personal” me da bastante pereza.

Me cuesta mucho, muchísimo abrir esos correos que tienen en su interior un “power point” que, con una música celestial y unas fotos o bien de lugares paradisíacos y nostálgicos, o con personas de mirada perdida y meditabundas, me hablan del amor, la tristeza, la soledad, la responsabilidad para con los hijos, la amistad, el egoísmo, la importancia del sexo femenino… bla, bla, bla… Y pienso: “¿el que ha hecho esto no curra o qué?” “la peña ¿cuánto tiempo libre tiene?”

Sin embargo, me gustan los correos de fotos de ciudades, pueblos, montañas… y los miro despacito y con una sonrisa … y sueño, despierta, sueño…

No soporto los correos “políticos”… Los elimino directamente sean del partido que sean… Me da igual que sea el demócrata, que el laboralista, que el republicano… No me importa si es a favor o en contra de uno u otro… Si critica duramente la situación actual o ensalza como lo hacen los que “reinan” ahora… Me importa tres pimientos del Piquillo, y no soy apolítica, simplemente soy congruente con mis ideas y no voy a dejar que seis correos electrónicos pretendan cambiármelas o encabronarme con cosas que no puedo solucionar… Para eso soy bastante práctica… Elimino directamente el correo en cuanto veo las siglas de un partido político.

Paso de epístolas… No leo ni una!!! Me niego. Si abro un correo y hay más de veinte líneas… Pulso “Supr” y a otra cosa. Las lecciones sobre comportamiento y formas de actuar me las dio mi madre y fue un ejemplo maravilloso, por lo cual, no admito correos enviados, no se sabe muy bien por quién, que me dicen lo que tengo que hacer en aspectos personales de mi vida (salvo que yo haya pedido consejo, pero entonces ya estamos ante un “correo personal”)…

No me importa que me manden correos de gangas de gente que ofrece cosas: chanclas baratas para los niños, libros y uniformes reciclados, clases de sushi, ofertas de tiendas en liquidación, conciertos musicales… Esos se agradecen, porque si te pilla de camino de vuelta a casa, te ventilas un poquito y echas un vistacín.

Y ahora voy a cebarme… ¡¡¡NO PUEDO SOPORTAR LOS CORREOS QUE ME AMENAZAN o ME DICEN QUE HAGA ALGO Y AL HACERLO NO SALE NADA o ME OFRECEN PREMIOS MILLONARIOS A CAMBIO DE QUE HAGA ALGO!!!!

Vamos a ver…¿Quién eres tú para decirme que si rompo una cadena van a venir treinta y tres hombres furiosos a violarme dentro de seis días a mi casa? ¿Por qué me “cuentas” que si no le reenvío tu mierda de correo a sesenta y cinco personas dentro de quince horas y treinta y dos minutos la desgracia va a caer sobre mi vida y pasaré a estar tirada debajo de un puente mientras jarrea y no tengo paraguas? ¿Por qué me planteas una incógnita y me dices que pulse F7 para ver si la he resuelto y cuando pulso, y pulso, y pulso, y hundo el botón de F7 de mi teclado y aporreo con todos los dedos la tecla, no sale nada? ¿Por qué si mando un mail absurdo en nueve semanas (ya ves tú dentro de nueve semanas me voy a acordar yo del correo) nacerán miles de millones de ¿dólares? en mi cuenta corriente?

Y además me das unos datos espeluznantes… “Martha Wingstein de Minessota, no envió este correo y su padre apareció al día siguiente colgado, en pelotas, del pino de delante de su casa sosteniendo en una mano el hamster de su hija pequeña y en la otra las zapatillas de estar en casa de su abuela…” ¿¿¿joder??? ¿Y el padre se volvió loco de pronto o apuntaba maneras? Yo delante de casa no tengo un pino, tengo un chopo… Y es muy alto, no creo que nadie pueda subirse… Mi ESTRELLA no tiene hamster. Yo no tengo abuela. Ni padre. … “Supr” … Qué mal cuerpo colega!

“Taluhi Malhi después de estar mendigando comida y viviendo entre ratas con sus diecisiete hermanos pequeños por las calles de Calcuta durante quince años, reenvió este correo y a los dos días fue contratado y nombrado Director General de la Mejor Agencia de Publicidad de Nueva Delhi” … ¿Y ese chico, de donde sacó el ordenador? ¿y los amigos que le mandan esos correos donde les conoció, y donde estaban cuando él mendigaba? ¿cuándo estudió esa carrera tan brillante que le ha dado ese puestazo?… Y al final pienso, “pues mira, Justicia Divina, diecisiete niños menos que van a pasar hambre, porque digo yo que el hermano les ayudará”

Y los peores son los de: “Si no reenvías este correo en menos de treinta segundos a veintiocho personas, dentro de tres días algo horrible te ocurrirá y ya nunca más, jamás de los jamases, volverás a ser la misma” … Glup! Glup! Y me dan ganas de contestar…

¡¡¡VETE A LA MIERDA TU Y TUS ABSURDAS AMENAZAS COÑO!!! ¡¡¡YO QUE TE HE HECHO!!! ¡¡¡NO VES QUE NO TENGO TIEMPO Y TENGO DOS HIJOS … JODERRR!!!

Reconozco que estos correos me ponen del hígado… Y si a los tres días se me rompe el retrovisor del coche, me acuerdo de la madre (estupenda y maravillosa) que parió al capullo que me mandó el correo…

No entiendo las cadenas que te obligan a hacer cosas por cobardía de un prometedor futuro lleno de desgracias… o de gracias de imposible cumplimiento… ¡¡¡Por favor!!! … ¡¡¡Que tengo muchos ficus que plantar!!!

¡¡¡Absteneros porfa!!! No me hagáis esto…

4 comentarios:

Sese dijo...

En el mundo laboral no utilizo mucho el correo electrónico,antaño sí que me gustaba recibir "tonterías" de loa amigos, power points, fotos y demás, pero ahora esa función la ejerce el facebook, la gente cuelga cosas y si quieres las miras y si no, no. Antes, no sé por qué me veía con la obligación de abrir todos los datos adjuntos a los correos, ahora, en ese sentido, con facebook, la cosa ha ido a mejor.

Eso sí me encantan la cadena de mails entre amigos que nos citamos para algo, por ejemplo, y luego desbarían la coña de decir tonterías y meternos unos con otros, ésos sí que me alegran el día.

Saludos

El 16 en discordia dijo...

Reconozco que "breo"a mis contactos con los correos.
Tengo 2 grupos de contactos,uno llamado ELLOS,a los cuales mando todo tipo de correos,bien sean de paisajes,chistes,animales(incluido el armadillo),vídeos graciosos,pero sobre todo vídeos,power point y otro tipo de archivos que denomino xxxxxxxxx.También he de decir que alguna persona del grupo ELLAS,me ha pedido que le mande estos archivos denominados xxxxxxxxxx para luego enviárselos a su pareja.Yo lo hago gustosamente,pero a este segundo grupo solo suelo mandarle salvo error los archivos que he dicho en la primera parte del post.
Yo no suelo mandar correos que no me gusten,de política,alguno si me parece gracioso y siempre avisando,de leer y leer tampoco,siempre intento suprimir a quien me lo a enviado,siempre lo mando con copia oculta y también odio que me engañen con cuando lo reenvíes pulsa F hostias y te saldrá un video alucinante,por que lo he intentado varias veces y es una puta mentira.
Buen post.

sin más palabras dijo...

Me pasa lo mismo, los correos de más de un párrafo me dan fatiga ocular, paso de ellos. Y los de las cadenas… que te voy a decir, que no me molan, pero por si acaso voy a contestar 97 veces más, no sea que me salga un hámster en medio del chopo, jajajajaja (estoy fatal, tengo de dejar de beber por las mañanas). Me ha encantado tu post y el comentario de 16.

Sue Ellen

TORO SALVAJE dijo...

Yo no sigo ninguna cadena, ni reenvío correos, ni veo power points que me envían (incluso de gente conocida)...

Paso de ese circo patético.

Sólo leo los que me interesan mucho.

Besos.

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