jueves, 22 de marzo de 2012

DIANA SPENCER - LADY DI

Este post puede levantar ampollas, lo sé y me importa un bledo. Dicho lo cual, voy y me pronuncio:

Era, ha sido y será la mejor de todas las princesas que ha habido, con muchisima diferencia a la siguiente. Yo diría que años luz de distancia... 

Eso si, en todos los aspectos públicos quiero especificar, porque como persona no tuve el placer y ya no lo tendré, y hubiera sido, para mi, un auténtico placer, aunque dice mi madre que “a las personas cuanto más las conoces, más te decepcionan”.

Esta es una aseveración, de las pocas, que no comparto del todo con mi madre, porque es verdad que en un primer momento todos somos pistonudos, y después, cuando conoces a una persona más profundamente, es cuando te das cuenta de sus defectos, pero también es verdad que hay algunas virtudes, que si no profundizases en esa persona, no podrías ver o conocer nunca… Con lo cual, quiero pensar que en general, como poco, habrá un 50% de decepción y un 50% de admiración… Ya me estoy yendo por los cerros de Úbeda…

Sigo con mi MUSA…

Cuando llegó, era una inglesita con aspecto de pringadilla y de no haber roto un plato en la vida… Jovencita, el pelo cortito con el flequillo en la cara, y con una manera de vestir horrorosa, horrorosa, horrorosa… ¿He dicho horrorosa?... HORRIBLE! Creo que no hay nadie en el mundo que pueda olvidar la foto de la falda transparente con un niño en brazos… Tremebunda vamos!!!!!!!

Desde fuera, desde mi perspectiva, parecía que había llegado allí, a los brazos de Charles, el príncipe azul (¡¡¡ese principe/hombre que sólo sabe tocarse los gemelos… ¡¡¡qué pesado!!!), absolutamente direccionada y criada para ello, como oveja llevada al matadero, aunque ella estaba encantada con su “matadero”, porque la protección que tenía en su burbuja real le servía para salvaguardar su absoluta timidez y a su recién formada familia…

Del traje de boda se han escrito “cartones y cartones” de artículos, se han publicado miles y miles de fotos… y espero que la diseñadora esté en la más absoluta indigencia, porque ¡¡¡qué cabrona!!! ¡¡¡qué forma tan vil y cruel de destrozar a una novia … y princesa para más tutía!!! Ya está, no voy a hacer sangre con el tema.

Los primeros años de matrimonio fueron horripilantes, estéticamente hablando… Madre mía, ¡¡¡qué modelitos!!! Y aunque los sombreros y pamelas le sentaban de miedo, había algunos que daban ¡¡¡pavorrrrr!!! Qué cuellos de jerseys y trajes! ¡¡De payaso, arlequín!! ¡¡¡¡¡¡Eran cómo baberossssss!!!!!! Tremenda!!! ¡¡¡Pobrecita mía!!! ¡¡¡Qué disfraces!!!

Hubo un tiempo en que parecía que le pesaba la cabeza… el pelo… las tiaras y coronas, porque era incapaz de levantarla, levantaba tímidamente la mirada, pero la cabeza siempre iba en dirección al suelo… También es verdad que nunca se vió una mirada de cariño de él hacia ella, y eso tiene que ser durísimo. No hay nada peor que vivir al lado de una persona que te ignora, y que te pongas lo que te pongas, no tiene una mirada de complicidad, apoyo o cariño hacia ti, por muy Príncipe de Gales que sea…

Poco a poco empezó a cambiar su vestimenta (gracias a Dios) y su actitud, y aunque de vez en cuando patinaba, su aspecto físico mejoró, maduró y se encontró a si misma, convirtiéndose en un icono absoluto de moda... Quiero dejar claro que no estamos ante un icono sexual o un sexsymbol, sino ante una Princesa, por lo cual, no era sexy aunque lo fuera, no era atractiva, aunque lo era, ella tenía que cumplir un papel y lo cumplía maravillosamente. Por lo menos de cara a la galería.

Dejó de lado a los diseñadores ingleses que parecía que la odiaban a muerte y empezó a tirar de los italianos... y claro, el resultado y la mejoría se notaron al instante. Bien es verdad que ese despunte personal, comenzó justo cuando empezó el declive de su matrimonio.

El divorcio y el follón que se montó le sentaron de miedo, porque cada vez estaba mejor, cada vez más guapa, más afianzada, más en su sitio. Pisaba fuerte, con estilo, con elegancia, con clase… Levantó la cabeza, empezó a hablar en público, se desinhibió bastante y vimos lo mejor de ella.

¡¡¡Lo siento Charles!!! Pensaste que la controlarías… y se te fue de madre totalmente el tema… Te ganó en popularidad, te arraso en cariño del pueblo, ese pueblo que según lo escrito sería tuyo…

La pobrecita debió sufrir una barbaridad (estoy segura de que también se lo pasó todo lo “bomba” que pudo eh?), pero… en un momento dado, se puso el mundo por montera.. y hala! Qué son dos días… A vivirrrrrrr!!!!!!!! Hizo genial, porque claramente, le quedaban dos días, aunque ella no lo supiera.

Era una madraza. No hay duda de eso. Miles y miles de escenas espontáneas, aunque pareciera que en su vida no había nada espontáneo, han quedado para la posteridad. Ni una de él. Ni un gesto de cariño hacia los niños. Nunca.

¡¡¡Nunca, jamás, en los días de mi vida, he visto a una persona bajarse de un coche con esa elegancia, ese aplomo, esa seguridad y esa clase!!! Se abría la puerta de un cochazo (nadie sabría decir la marca, porque la  expectación ante lo que venía dentro del coche, hacía invisible el medio de transporte en sí)… (Estoy segura de que se baja de un burro y nadie lo hubiera notado…) Bueno, pues se abría aquella puerta, y lo primero que se oían eran flashes de cámaras de fotos (click, click, click, click), miles de flashes que ciegan a cualquiera, y después, se veía una pierna absolutamente eterna acabada en un taconazo, que salía de la oscuridad, un cuerpo que se incorporaba hacia delante, un pie que se apoyaba en el suelo, y más luces de flashes a lo bestia… y ahí bajaba la tía que mejor se ha bajado de un coche en la historia, firme, segura, extendiendo la mano a quien fuese, con una sonrisa… Y sola, siempre sola, siempre la recodaremos sola y con mirada de nostalgia, pero…

¡¡¡Qué bestia!!! ¡¡¡Qué tia!!! ¡¡¡Era la mejor!!!

Y siempre me he preguntado ¿se cargó ella su matrimonio o se lo cargó él? ¿debería, por ser vos quien sois, haber aguantado “carros y carretas” o hizo bien en pegar la “espantá”? ¿se ha cargado ella la posibilidad de que él suba al trono o fue él mismo con su propio mecanismo? Yo estoy segura de que Charles no reina… Lo tengo clarísimo. Directamente el tema va a pasar a William y la Reina, la superReina, va a estar ahí hasta que exhale el último suspiro. Decían que la Dama de Hierro era Margaret Tatcher… y un jamón!!! La Dama de Hierro es la Reina de Hielo!!! Perdón, la Reina de Inglaterra…

Nada más.

Falleció con 37 años… La edad que tengo yo ahora mismo. Me siento tan joven hoy..., y a ella en aquel momento la ví tan mayor!!!

Se perdió un icono de la realeza impresionante… y va a ser muy difícil que haya otra como ella, aunque su nuera apunta buenas, buenísimas maneras…

6 comentarios:

El 16 en discordia dijo...

Para gustos los colores.....Pero la verdad es que a mi nunca me encajó esa pareja,creo que lo único que tenían en común eran los hijos(he dicho creo).También he de reconocer que fui mas seguidor de ella que de el.
Y ya eramos somos y seremos por lo menos dos los que pensamos que el eterno príncipe no va a llegar a reinar.

TORO SALVAJE dijo...

Su muerte me importó tanto o nada como la de cualquier persona.
Ni seguía su vida ni nada parecido.


Besos.

sin más palabras dijo...

Estoy convencida que la transformación física de la Princesa, comenzó cuando se pasó por el arco “el qué dirán” y comenzó a hacer una vida más alejada del Real Orejas. Aunque no se habían separado aún, cada uno vivía por su lado y eso se notaba en ella una barbaridad. Hacía oídos sordos a las “orejas” y más de lo mismo a su Real Madre y eso le sentaba de maravilla.

Beatrice dijo...

Tampoco estoy de acuerdo con tu madre, si se me permite decirlo, que se me permite porque dejas abierto los comentarios. Cuanto más conoces a las personas, sólo las conoces más. Otra cosa es cuando no conociendo a uno y tratándolo vas conociendo cómo es, y entonces te das cuenta que no era lo que pensaste o lo que te hubiera gustado que fuera. (Creo que has escrito sobre esto)
¡Qué joven cuando murió! No nos damos cuenta de la edad hasta que llegamos a ella.
Guapa la condená, rebonita, un cañón. Me encanta el repaso que das a su vida en cuanto a estilo se refiere. Yo creo que nos engañó a todos, una mujer es estilosa y tiene glamour siempre (la que lo tiene, claro), aunque vaya con bata de "guatiné", y Diana se presentó en sociedad como una pardilla, con estilo rancio (aunque dudo de su recato con tal falda de transparencias, algo quería decir con ese atuendo, las cosas no son por casualidad), y de repente se nos desmelena, coge las riendas y resulta ser una mujer de armas tomar, con decisión y estilo.
Lo de madraza, lo creo, demuestra en sus miradas mucho amor a los suyos, y ellos la lloran todavía.
En cuanto a quien se cargó el matrimonio, siempre he creído que es cosa de dos, cada uno por su lado. Fue un matrimonio de conveniencia por ambas partes.
¿Aguantar? No se, creo que estaban mal asentadas las bases y eso no tiene ni pies ni cabeza, pero creo en el compromiso. Ella ya sabía donde se metía, no era tan inocente.
No creo que llegue a reinar, ni me gustaría que lo hiciera.
Y en cuanto a la reina, seguirá dando la lata mucho tiempo, como su madre, mujeres con fuerza no caen por un aire.

meri dijo...

Yo sentí mucho su muerte y la forma en la que sucedió. A mi tb me encantaba...fue una pena.
Bsss

Anónimo dijo...

No solo era elegante y distinguida Diana de Gales sino que tuvo que soportar quizás quien sabe cuantas cosas en el palacio y ella como todo una lady, sin duda la vida le quedo debiendo la felicidad.

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