Para
entender lo que te voy a contar, hay que saber cómo actúa LA PONZOÑA…
Según
la RAE: “Sustancia
que tiene en sí cualidades nocivas para la salud, o destructivas de la vida”
Pero
hay otra manera más fácil de explicar el significado de LA PONZOÑA.
Los
vampiros, cuando se encuentran delante de ti, tienen varias opciones:
-
En primero lugar, IGNORARTE… Pasan
de ti, no le importas, no tienes el suficiente glamour como para que te mire y
te haga caso y por tanto, ni te toca, ni te habla, ni te mosdisquea…
-
En segundo lugar, MODERTE… Servirle
de aperitivo o comida… La mordida del vampiro puede ser de dos formas…
a)
MORTAL DE NECESIDAD o
b)
CONVERSORA.
Es
MORTAL DE NECESIDAD cuando te succiona toda la sangre del cuerpo y te deja
“seco”… Entonces, te mueres… Ya está! Se acabó… (Siempre que digo, “Se acabó”
me acuerdo de Maria Jiménez… “Se acabó!!! Porque yo me lo propuse y sufri!!!”
... Sigo con el vampiro y su mordida!) Tas muerto!!! Te han chupado todo lo que
tenías dentro y no te queda nada… Caput! Finiquito!!! Adiós coleguí…
Es
CONVERSORA cuando el vampiro te muerde, y al tiempo que chupa parte de tu
sangre, introduce dentro de ti una sustancia que te convierte en vampiro…
Esa
sustancia es LA PONZOÑA…
LA
PONZOÑA arrasa con todo… Tu ser humano, bueno y displicente, deja de serlo para
ser lo que el vampiro quiere que seas… Todo lo ves por su cristal y por su
prisma… Da igual las gafas que aparentemente te pongas, tus gafas serán las que
el vampiro te haya puesto y las que quiere que lleves…
Estas
emponzoñado… Estás muerto… Has dejado de ser humano. Ese humano que eras desde
siempre ha desaparecido y en adelante, pasas a pensar exactamente igual que el
vampiro que te ha mordido… Dejas de entender las cosas desde tu punto de vista
y, empozoñado perdido, lo ves todo desde el prisma de tu vampiro…
Le
crees por encima de todas las cosas… Pierdes tu identidad… El otro, como se
dice vulgarmente, te ha comido el coco y ves las actuaciones de los demás como
las ve tu vampiro mordedor… Pierdes tu independencia intelectual y pasas a
tener una dependencia intelectual total del otro.
Tú
odias lo que él odia… Tú amas lo que él ama… Tú quieres lo que él quiere… Tú
aborreces lo que él aborrece… Te sientes en deuda con él por la nueva vida que
te ha dado… Nada tiene sentido sin él…
Dejas
de tener tu propia perspectiva de la vida y pasas a tener la perspectiva de la
vida que quiere el vampiro que te ha mordido, de manera que LA PONZOÑA deja de
hacerte persona… pasas a ser un ser que depende de otro indirectamente, aunque
aparentemente y directamente, dependes de ti…
Haces
lo que él quiere, pero revestido de una libertad que parece que eres tú el que
decide… y no! No decides nada querido!!! LA PONZOÑA puede contigo aunque no lo
creas…
LA
PONZOÑA no es mala… Que alguien te quite la perspectiva de las cosas o personas
de alrededor, no siempre es malo. Quizá en algunos momentos, tu perspectiva no
era del todo buena o estaba totalmente equivocada, y por ello, es favorable que
alguien venga y te coloque, emponzoñándote, en tu sitio… Eso no es malo y no
está mal… Si alguien introduce dentro de ti una PONZOÑA correctiva, no es malo,
es muy de agradecer…
El
problema es cuando ese alguien no introduce LA PONZOÑA de una manera “limpia”.
Hay personas (vampiros) que o no tienen buenos sentimientos o están equivocados
y, pese a ello, se sienten sentados a la derecha del Padre y, gracias a su
capacidad de reunión y de convencimiento, emponzoñan a las personas que están
cerca… Les meten rabia y odio dentro contra algo o alguien… Les confunden los
sentimientos… Les cambian su manera de ser y de ver las cosas y las personas.
Sus decisiones son definitivas e innegables y los emponzoñados les siguen
a-pies-juntillas en todo lo que dicen y afirman…
Un
ejemplo de vampiro emponzoñador es PABLO IGLESIAS… Me parece diabólico este
tío… y muy atractivo… No le quiero escuchar, porque me emponzoña seguro, como
ha emponzoñado a muchos de los españoles sin esperanzas de futuro que hay ahora
mismo…
Pero
no me tengo que ir tan lejos para ver vampiros emponzoñadores a mi alrededor…
Lamentablemente tengo alguno cerca, muy cerca… Y siento mucha rabia hacia él…
Siento mucha rabia e impotencia… Y pena… mucha pena, sobre todo, hacia la
emponzoñada, a la que he, prácticamente, perdido sin saber muy bien por qué.
LA
PONZOÑA hace que abandones tus propios sentimientos y te entregues totalmente a
los del vampiro que te ha infectado. No eres tú… No estás… No te conozco…. No
te reconozco… Vuelve porfa!!! Yo te quería como eras antes de que te mordieran…
Espero
recuperarte pronto…
Hace
poco has dicho y reconocido que “me has querido
mucho”… Bueno, pues yo no te he querido mucho, en pasado, yo “te quiero muchísimo!!!” en presente continuo y
solamente estoy esperando a que te saquen LA PONZOÑA que, contra mi, te han
metido dentro y que tu misma estás deseando expulsar, porque me conoces y me
quieres desde hace mucho, muchísimo… Mucho antes que al emponzoñador.
Vuelve
por favor...