HOMBRES, HOMBRES, HOMBRES...

Hace un año escribí un post denominado EL ABURREBRAGAS. (ÉSTE). Y que trataba sobre un tipo de hombres. No de todos los hombres en general, sino de un tipo de hombre específico.

 

Una forma de ser como otra cualquiera que sólo ostentan algunos (sólo con respecto a su relación con las mujeres). 

 

En marzo de 2012, un foro de coches (¿?¿?¿?¿?) y otro de videojuegos (¿?¿?¿?¿?) descubrieron el post y me pusieron a caldo, a caer de un burro, a parir, verde limón, me hicieron un traje de cola... Una mañana me levanté y tenía 1500 entradas más que por la noche. Y el post leído era ese. Tuve un montón de comentarios, muchos de los cuales me vi obligada a eliminar del blog (cosa que odio, pero el contenido era de todo menos bonito, sobretodo porque tenía bastantes insultos directos y personales) y dejé los comentarios menos ofensivos. Me di cuenta de que estos señores (por decir algo) no eran seguidores habituales de mi blog, porque no entendieron, ni mucho menos, el sentido del post, ni mi sentido del humor al escribirlo.

 

Hoy voy a volver a pronunciarme y mojarme, pero antes de que todo el género masculino caiga sobre mi como el meteorito de Armagedón, y aunque creo que lo he dejado claro a lo largo de mi corta carrera como bloguera, voy a pronunciar una máxima que quiero que sea recordada a lo largo de todo el post. 

 

ME GUSTAN LOS HOMBRES. MUCHO. MUCHÍSIMO. UNA BARBARIDAD 

Pero no por su físico recañón, ni por sus ojos azules, su altura, su morenez, su musculatura, su forma de bailar, que también… Si no por el hecho de ser HOMBRES. 

Me gusta, en general, todo el género masculino, lo que es un hombre en sí y por el solo hecho de serlo. Me divierto un montón entre tíos. Admiro muchísimo a los hombres y me encanta estar con ellos y rodeada de ellos.  

(Y esta manifestación carece absolutamente de connotaciones sexuales ¿eh? Me estoy refiriendo al hombre, en general como persona y por supuesto, como complemento vital de la mujer.) 

El hombre tiene un montón de virtudes generales que si han sido debidamente cosechadas (mi granja cada vez influye más en mi vida y escritura como puede observarse), puede hacer a una mujer plenamente feliz. 

Pero, por supuesto, el hombre viene con una serie de defectos de fábrica que les hace ser hombres, y que las mujeres no sólo no tenemos, sino que no alcanzamos a comprender. 

1.- Los hombres son torpes. Muy torpes. Torpísimos. Y no me refiero a que se tropiecen por la calle y rompan los vasos. Noooooooooooooo… Son torpes a la hora de elegir el momento de decirnos las cosas, a la hora de hacer determinadas acciones que nos tocan las narices y en la forma de pedir permiso para realizar actividades que no nos hacen gracia.

(No voy a entrar a analizar por qué no nos hacen gracia esas actividades, porque entonces cambiaría el sentido del post, y hablaría de uno de los peores defectos de las mujeres, y como el post es sobre hombres, hoy me voy a centrar en sus defectos).

En general, el hombre no tiene picardía para venderte la moto de un plan pistonudo para él y claramente “perjudicial” para ti porque o no ha contado contigo para hacerlo o cuenta con que tú te quedas en casa con los niños mientras él se divierte. Y esa falta de picardía no es bondad. Nooooooooooo. Eso es torpeza absoluta. Y si además les razonas los motivos por los que no te parece bien esa actividad, acaban diciéndote que eres “su máquina de regañar”, y el problema suele ser que no han elegido el momento adecuado para plantear la cuestión. (Bien es verdad que hay mujeres que nunca tienen el momento adecuado para recibir una proposición de ese estilo y esas si son auténticas “máquinas de regañar”.) 

2.- Los hombres carecen de inteligencia emocional. Y no me refiero a que no lloren. Que llorar … lloran y mucho. Noooooooooooooooooo… Me refiero a gestionar emociones. No saben lo que es. Desconocen por completo que existe. Ellos son (o no) inteligentes en otros ámbitos (laboral, futbolístico, bebedor), pero en el control, comprensión y entendimiento de las emociones y sentimientos, son nulos, y la mitad de las cosas que nos pasan a las mujeres estás basadas en emociones y sentimientos, por lo tanto, a ellos es como si les hablases en “suajili”. No saben reaccionar ante un bajón emocional de una mujer, y su reacción habitual suele ser o bien enfadarse o bien hundirse, pero no cuentes con ellos para que te saquen de la ñorda en la que estás inmersa. 

3.- Los hombres no saben estar solos. Y no me refiero a que te marches con los niños al parque y se queden viendo el partido de futbol en casa con el mando a distancia en una mano y una birra en el otro. Noooooooooo… Me refiero a una soledad sentimental prolongada en el tiempo y en la distancia. Ellos saben estar solos si es temporal, es decir, una tarde, un día, dos meses. Pero un hombre solo no sabe vivir. No puede. Se trepa. Y se acaba sintiendo la persona más desgraciada del mundo mundial. Prefiere estar “mal” acompañado el resto de su vida que solo. Una vez, la mujer de un aviador me dijo “Los hombres son como monos. Para soltar una rama, se tienen que agarrar a otra por narices. No saben soltar una rama y quedarse quietos en el tronco del árbol. Tienen que tener otra rama para cogerse”. Y lo peor es que con el tiempo me he dado cuenta de que tenía toda la razón. 

4.- Los hombres son cobardes. Y no me refiero a que si viene un perro a morderte no saquen al increíble Hulk que llevan dentro y se líen a patadas con el chucho. Nooooooooooooooooo. Me refiero a que los hombres, ante determinados problemas, meten la cabeza en la tierra como los avestruces, y prefieren no verlo, o si lo ven, hacen como que el problema no existe. Pocos, o ningún hombre coge el problema por los cuernos y se enfrenta a él. Prefieren dejar pasar el tiempo, a ver si con suerte y por inercia, se arregla el tema solito y no tienen que mojarse o pronunciarse.    

Estos son sólo cuatro de los defectos generales y característicos de los hombres. Todos tienen estos cuatro defectos, algunos hombres los tienen más acentuados que otros y se ven con claridad y nitidez, otros luchan por no tenerlos y se nota la magnífica evolución que hacen, pero TODOS SIN DISTINCIÓN nacen con estos cuatro defectos. 

Conclusión: Mujeres del mundo, … ¡¡¡esto es lo que hay!!!, y es aplicable a todos los tíos que respiran en nuestra atmósfera. No luchéis por comprenderlo. Les han dibujado así. La única lucha que tenéis que tener, no es contra ellos, es con vosotras mismas para aceptarles tal y como son. Si no declaráis la guerra a un hombre por alguno de los conceptos anteriores y le aceptáis sin comprenderle, podréis lograr ser felices junto a vuestro ejemplar. Si pretendéis otra cosa, queridas, estáis condenadas al fracaso sentimental. 

Mara (hoy Elena Francis) seguirá destripando las características del género masculino y femenino en otros posts… Espero no haber ofendido a ningún varón, si lo he hecho, pido disculpas, mi meta no era ofender sino explicar cómo sois. Y me reitero una vez más en la profunda admiración que tengo hacia vosotros, aun siendo, como puede leerse, un auténtico manojo de defectos.