UN BOLSO, UNA ILUSION. UN BOLSO, UN PROBLEMON

Hace dos fines de semana, tuve la suerte de escaparme mano a mano con mi super - amiga B. a un pueblecito de Huesca, para acudir al Bautizo de J. la cuarta hija de mi super – amiga P.

Salimos el viernes por la tarde después de los curros correspondientes y volvimos el domingo a mediodía…

Caminito de Huesca, a la altura de Calatayud recibo una llamada del aviador: “Hola Mara, ¿cómo vais?”, “Bien, aquí hablando, cantando, riendo… Como solemos ir nosotras…”, “Oye, (se rie) he bajado a buscar a la ruta a la ESTRELLA y al PLANETA y me han dado en la garita de casa un regalo para ti… Lo he abierto y es un bolso Kelly de Hermés rojo con cartera a juego” … ¿¿¿¿???? “Para miiiiiiii?”, “Si, bueno me han dicho que lo ha dejado un repartidor y ha dicho nuestro portal y nuestra planta y letra”… ¿¿¿???? “Pero es bueno?”, “Yo creo que sí… Tiene certificados de autenticidad y factura… Espera que te mando una foto”… (Ver foto)… Joder, joder, joder!!! Eso no es un Kelly, eso es un BIRKIN!!!!!

(Hago un inciso para explicar que el Birkin de Hermés es un pedazo de bolso y que su precio base ronda los 6.000 €, alcanzando hasta los 30.000 € en algunos modelos, por lo que la cartera a juego pasa totalmente a segundo plano).

El aviador vuelve a llamar: “¿Has visto la foto?”, “Si… Pero eso es un Birkin, que cuesta un huevo!!! Entre 6.000 € a 20.000 €” … Se hace el silencio al otro lado del teléfono… “Ya” … dice el aviador… “Y tú, ¿a quien te has tirado?” …(Lo decía entre risas, lo decía entre sombras)... La verdad es que no me sorprendió la aseveración del aviador, porque claramente algo había que haber hecho muy, muy, muy requetebién para que me llegara semejante pasada de regalo…

“Busca una tarjeta, eso no es para mi”, “Que si, que es para ti, que han dicho nuestro portal, planta y letra…”, “Ya, pues se han equivocado, eso no es mío… Busca una tarjeta!!! Sin miedo mi vida, búscala!!! Y si la encuentras me llamas. Si es de un tío, se lo devuelvo, porque está pirado. Si es de una empresa agradeciendo lo bien que curro, me lo quedo. No hay empresa en el mundo que te mande a casa un Birkin de Hermes, ya te lo digo yo!!! Y no te preocupes, no lo toques mucho, no lo muevas mucho, porque vendrán a por él, y de verdad, no te preocupes” …

Así colgamos, yo dándole vueltas al coco y él no muy convencido de mis explicaciones (más bien parecía alucinado, pasmado, volado y un pelín desconfiado).

Mientras yo iba conduciendo, mi super-amiga B. se moría de la risa… “¿Por qué no va a ser para ti?”, “Porque no tía! Te digo yo que no!”, “Oye, si no lo quieres me lo quedo yo!!!”

Llegamos al pueblecito de Huesca, aterrizamos en el hotel, y subimos dando un paseo hasta la casa de nuestros amigos. Cenamos entre risas con un montón de gente estupenda, conocida y desconocida, pero que a efectos prácticos parecían amigos de toda la vida…

Pasamos al porche a tomar una copita, porque hacía una noche estupenda… Hablamos de mil cosas, de mil historias, recuerdos, vivencias, los “mayores” se retiran, nos quedamos los “intermedios” (los jóvenes eran los miles de niños que llevaban durmiendo ya unas horitas) y de repente B. dice: “Oye, no has contado lo de la llamada del aviador!”, … ¿? “¿Qué llamada?”, “Tía, la llamada que te ha hecho el aviador esta tarde con la sorpresa en tu casa…”, “Ah!!! Joe, se me había olvidado totalmente!!” (y era cierto, lo había borrado de mi vida, porque como no era para mi, no lo había puntuado como mío…)

Cuento lo acaecido… Mi super-amiga P. me mira rara, buscando en mi mirada una explicación que yo no quiero dar en voz alta… La miro con ojos de “te juro que no tengo ni idea de donde coño ha salido el bolsito” (sigo sin apreciar en absoluto la cartera)… Y empiezan las apuestas: “Uy! Eso es un cliente de tu curro… Repasa en tu mente porque le has hecho a alguien un favorazo!”, “¿No será tu hermano-jefe?” , Y por último, la romántica del lugar: “Eso ha sido el aviador!!!”. Ahí me tuve que girar y decir: “Mira, si el aviador se gasta 7.000 € o más de mis gananciales en un bolso, me lo meriendo… Ni de coña… Y si le oyerais la vocecita que tenía, ya os digo yo que ni el mejor actor de Hollywood disimula tan bien”. Y empecé a dudar y a pensar: “¿y si es él? No puede ser. No está tan loco, y además sabe que tengo otras preferencias en bolsos que me gustan más y que son muchisisisisimo más baratos y asequibles. Se los sabe de memoria. Y además, no lo hubiera abierto. No me lo hubiera contado. Hubiera esperado a que yo llegase el domingo” …

“Bueno, ¿y que vas a hacer con él?” … “Yooooo… Guardarlo en la bolsa hasta que lo vengan a buscar!!! Os aseguro que eso no es para mi…” Y empiezan las sugerencias y los sueños despiertos: “Bueno, yo lo guardaría 10 días y si no viniera nadie a por él, me lo pondría hasta para ir a comprar lechugas”… “Bueno, pues yo, desde luego, no espero ni los 10 días… Me lo hubiera puesto ya… ¿Por qué no lo has traído?” “Pues porque ha llegado cuando yo ya me había ido. No lo he visto ni siquiera, por eso se me olvida que lo tengo”, “Yo lo devolvería a la tienda y lo cambiaría por tres o cuatro bolsos de Hermés más baratos” … Y así, entre risas y sugerencias, nos marchamos a la cama…

Al día siguiente nos levantamos, me giré hacia mi super-amiga B., “Oye, te he dicho que tengo un Birkin?”… Risas nada más despertarnos… Mando un sms al aviador: “Buenos días familia! ¿Han venido 33 colombianos enfurecidos a buscar mi Birkin?” … “Buenos días. No. No ha venido nadie. Aquí siguen los presentes, encima de la mesa del salón”. Nos vestimos para el bautizo, llegamos a la casa, veo a mi super-amiga P. con la futura cristianita en brazos: “Hola P. Qué guapa estás!!! ¿Has descansado? ¿Te he dicho que tengo un Birkin?” … El tema Birkin ya ha llegado a los mayores, algunos no saben lo que es, otros me miran con recelo y el padre de mi super-amiga P. se acerca y me dice al oído: “Dile al aviador que he mandado poner la tarjeta en el bolsillo interior de la izquierda”… y me guiña el ojo!!! Risas, risas y más risas…

Así pasa el día… Cada ratito alguien me recuerda que tengo un Birkin de un “desconocido” esperando mi retorno a casa… Cada ratito le susurro a alguien al oído: “¿Te he dicho que tengo un Birkin?”. El bautizo salió descomunal, como todo lo que hace mi super-amiga P y su familia (natural y política). Se van superando con cada niño que van teniendo. Terminé el día, diciendo entre risas: “No sé como me codeo con gente como vosotros… Ninguno tenéis un Birkin verdad? Yo si. Creo que he pasado a otro escalafón social. El problema va a ser llevarlo en el metro, porque se van a creer que es de palo.” … Al final, ya me había creido que era para mi… aunque en mi fuero interno yo sabía que no … pero siempre queda una remota esperanza de que aunque no sea para ti, nadie venga a reclamarlo … pero como no van a venir a reclamarlo con la pasta que cuesta… Vueltas, vueltas y más vueltas… No le daba vueltas a quien me lo había regalado, porque eso si lo tenía claro, ESO NO ERA PARA MI, las vueltas eran sobre que tenía que hacer con él… (sigo ninguneando la cartera claramente)…

Y llegó el domingo… Nos levantamos prontito… “Buenos días, ¿te he dicho que tengo un Birkin?”, “Joder, que pesadita estás!!!”, “Ya claro!, como tú no lo tienes… Envidiosa!”. Más risas. Duchita, desayunito, nos vamos a despedir de todos los del Bautizo… Y yo que pensaba que había pasado desapercibida, me dí cuenta de que no, porque todo el mundo me decía: “Un besito, nos vemos, a ver que haces con el bolso”, “Bueno, ya me contarás que ha pasado!”, “Cuidadito con esos admiradores y las cosas que te mandan…” Todo desde un cariño y un sentido del humor brutal…

Emprendemos la vuelta a casa. Comentando lo bien que ha salido todo y las risas que nos hemos echado… “Uy! No he llamado”. Y en ese momento llama el aviador con voz cantarina: “Buenos días! Ya estáis volviendo?” … “Si, ya estamos de camino. ¿Qué tal habéis dormido?”… “Bueno ya sabes, estos se despiertan a maitines, pero bien… Oye, por cierto, ha venido el de la garita a buscar el bolso. Era para la vecina de al lado, que se lo ha comprado y ha dicho que se lo entregaran en casa, y claro! el repartidor se ha colado al decir la letra…” … Joder! Qué desilusión! Qué rabia! Qué tranquilidad! Qué de sensaciones a la vez! … “Estaba claro, mi vida, eso no era para mi. Te lo dije desde el principio”, “Ya, ya, si yo lo sabía, pero claro, me daba palo tener eso aquí…”, “Bueno, ¿te has quedado más tranquilo por lo menos?”, “Pues si Mara, la verdad es que si.”… Se lo noto en la voz, se ha quedado super-requete-agustito soltando “mi” Birkin (como la cartera nunca me importó un pepino, no me importa dejar de tenerla)… no le ha molado nada de nada que me llegara semejante regalazo… y lo entiendo, en el fondo, lo entiendo… A mi tampoco me hubiera gustado que a él le llegase, por ejemplo, un juego de palos de golf repistonudos, sin tarjeta, a casa. Era para mosquear…

Nada más. Y nada menos. He sido poseedora de un Birkin de Hermés, durante 48 horas, que sé positivamente que nunca más en la vida volveré a poseer ni dos minutos. No me importa. No lo necesito. En la vida prefiero tener cosas que no son materiales, pero que satisfacen muuuucho más, como, por ejemplo, la tranquilidad en la voz del aviador, el viaje con mi super-amiga B. hablando, cantando, riendo (y un montón de gerundios más), la cara de felicidad de mi super-amiga P. al vernos allí con ella, el cariño de la gente bautizando a J., la “ITV” (y esto no lo pienso explicar), la buena compañía… Todo esto, compensa mucho más que un Birkin de Hermés (debe ser, claramente, porque ya no lo tengo, y el que no se consuela es porque no quiere)

De hecho me agobiaba pensar que tenía semejante pastizal invertido en un bolso en el armario de mi casa (quizá lo hubiera puesto en una vitrina, la verdad) … Ah! Y me queda la foto…

Eso si, te he dicho que he tenido durante 48 horas un Birkin? Y tu, lo has tenido alguna vez?

Y como siempre, una vez más:

Gracias P.

Gracias B.

Os quiero niñas!