AHORA SOY FUERTE

Los tíos y las tías somos absolutamente diferentes a la hora de elegir nuestras canciones “bandera”…

A los tíos les gustan las canciones de amigotes que se cogen un pedal que te mueres, van en coche a toda velocidad, se reúnen en casa de los amigos a tocar la batería y ligan como cosacos…

Las tías, por el contrario, preferimos claramente las canciones de amor, y más que de amor, de desamor. Y dentro del desamor, según la fase de tortura en la que te encuentres te gustan, o bien esas en las que una mujer desesperada suplica amargamente que vuelva el pollo a su lado porque está a punto de tirarse por el viaducto… o bien esas en las que se ha superado la pena profunda por la pérdida del amor, se ha dado cuenta de que tampoco era para tanto y que el tío en cuestión era un birria y decide destruirle y vivir el resto de la vida sin él… Lo que viene siendo un “ya no me importas un bledo”

Esta es, dentro del segundo grupo, la mejor del mundo mundial…

Esta es mi canción:

Esta es mi interpretación:

No necesito tu compasión,

Esta frase, sólo esta frase, da para un post enterito. La compasión, en el amor, es un sentimiento absolutamente asqueroso. No hay nada en este mundo más repugnante que la pena dentro del amor o de una relación. Si alguien te da pena, directamente tienes que dejarle, porque no le quieres, solamente le tienes cariño, pero del amor no queda ni rastro. Sin amor es absolutamente imposible vivir. Por pena no se aguanta ni un cuarto de hora. El cuarto de hora que aguantas, lo soportas asqueado porque no quieres estar al lado de esa persona, y a partir de los veinte minutos, le tienes un paquete que no le puedes ni ver. Pena no! Nunca… por pena vete a tu casa con tu madre majo! A mi lado, por pena, no estés ni el cuarto de hora de educación… No es necesario ser desalmado ni cruel, eso no… pero si te doy pena, vete a la mierda… No tienes ni la mas remota idea de con quien te estas jugando los cuartos…   

No hay nada que puedas decir o hacer por mi, y no quiero un milagro, tu nunca cambiaras, por nadie,

Esta tía sabe de lo que habla. Las personas no cambian. Efectivamente no existen esos milagros. Se pueden pulir los defectos, limar asperezas… pero cambiar???? Ni de churro cambia nadie! Ante lo cual no me des más explicaciones, ni me hagas más regalitos, porque nos conocemos bacalao, aunque vengas de morao…

Y escucho tus razones de porqué y dónde dormiste anoche. Merece ella tanto la pena? Es ella digna de todo esto?

Aquí huele a cuernos… Tema duro y delicado donde los haya… Pero, estas preguntas son el único error de toda la canción, porque ya da igual si ella merece la pena o no. A ti te da absolutamente igual. Tú has visto claramente que te tienes que ir. Y te vas. Sin mirar atrás. Sin buscar explicaciones. Te vas y punto. Y si ella merece o no la pena, no es de tu incumbencia, es el problema de él o de ellos, pero no el tuyo. El tuyo se ha terminado porque te has retirado. Aquí se ve un poquito de “rejquemor”… Cuidadito, por ese camino vamos mal. Para irse como una señora, hay que sonreir, levantar la cabeza, paso firme, línea recta y, nunca, nunca, nunca mirar atrás. Dan igual los motivos… Tú te vas y punto tía! La otra, no es tu problema ya…  

 
Porque soy suficientemente fuerte, para vivir sin ti. Suficientemente fuerte porque he dejado de llorar, ahora soy fuerte, más fuerte, para saber que te tienes que ir…

¡¡¡Qué tía más grande!!! Que fuerza transmite… Cuando tienes claro, clarísimo que estás con la persona equivocada, has de encontrar la fuerza de la que habla esta tía para pegarte el piro vampiro… No hay que sufrir ni un minuto de más por un amor equivocado. Hay que huir, hay que irse, no tengas la cobardía de ser valiente... Huye!… pero también es verdad que hay que encontrar las fuerzas para hacerlo… y más que encontrarlas, hay que buscarlas, porque se tienen, escondidas, pero se tienen y la mayoría de las veces no las quieres buscar, por ese sentimiento masoca que tenemos los humanos, porque nos chifla sufrir por amor, pero sólo se debe sufrir por amor, si ese amor merece la pena. Si no merece la pena… Irsen!!!!.

No hay nada mas que decir, entonces no gastes tu aliento y vete ya, no importa que yo oiga lo que dices poque soy lo suficientemente fuerte, para saber que te tienes que ir.

 No me cuentes tu vida. No me des explicaciones ni excusas. He aguantado lo indecible y estoy hasta el moño… Vete ya hijo! Dejame en paz!

Tu te sientes un incomprendido y yo podría escribir un libro sobre lo que es sentirse utilizada por otra persona, pero no quieres ni oír hablar sobre eso.

Y encima el cabrón va de víctima… Se siente incomprendido… Escribe el libro y mándaselo por burofax que seguro que le llega. Escríbeselo ya!

 
Porque a mi me has quitado el sueño, y tú te has ido de rositas, pero te lo digo de verdad, ella vale la mitad que yo

Volvemos a hablar de ella… Error! Vamos a ver, cuando una relación se termina y existe un tercero en discordia, solemos echar la culpa al tercero que aparece, pero en realidad el tercero “pasaba por allí”, y la relación es de dos, por lo cual hay que buscar la culpa en los dos que tienen la relación. Y no hay que rebajarse, ni intentar convencer al de enfrente de que el tercero no vale un pimiento… De eso ya se dará cuenta él, si es que se da cuenta… Tú preocúpate de curar tus heridas, de cerrar tus cicatrices y de irte de verdad… Y el otro, que se preocupe de lo que vale o no vale la otra… Ese ya no es tu problema… Lo que tu vales, lo sabes tú… y ya vendrá otro que lo valore, pero no te hagas valer tú, echando mierda al prójimo. Eso está muy feo…

Porque soy suficientemente fuerte para vivir sin ti, suficiente fuerte, porque he dejado de llorar, ahora soy fuerte, más fuerte, para saber que te tienes que ir

¡¡¡Joder qué grande!!! Cuando has conseguido dejar de llorar, es porque te has vuelto de hojalata, porque ya no te afecta como antes, porque has empezado a dejar de estar enamorado y estás viendo claramente la tortura que has pasado, y que no te compensa. Has visto que no hay tanto amor, como para vivir sufriendo por todo lo demás, y por eso, te tienes que ir… tienes que dejarle ir… Bestial! Cuando se consigue llegar a este punto, eres un ganador en potencia.

Aunque venga el infierno o marejadas, tu nunca me veras llorar, este es nuestro ultimo adiós, es cierto, te lo estoy diciendo ahora

Si no llega a ser porque has dicho treinta veces que estás fuerte, yo diría que le estás dando demasiadas pistas, y que en lugar de querer dejarle, le estás pidiendo que siga dándote el coñazo a base de repetirle que este es el último adios. No sé si se lo estás diciendo de verdad, o quieres repetirlo muchas veces para auto-convencerte a ti misma. No soy partidaria de dar el último adios, por si acaso te tienes que comer tus palabras en unos meses… Y nunca digas “de esta agua no beberé”, aunque esté estancada y putrefacta… No lo digas, no vaya a ser que te bebas una garrafa enterita… Eso si, te sientes preparada para aguantar marejada, fuerte marejada e incluso el infierno… y esa, es la actitud… pero no des tantas pistas vale?

Soy suficientemente fuerte para vivir sin ti. Suficientemente fuerte, he dejado de llorar, soy fuerte más fuerte, para saber que te tienes que ir, no hay nada mas que decir, entonces no gastes tu aliento y vete ya,
no me importa oir lo que dices, porque soy lo suficientemente fuerte para saber que te tienes que ir.

¡¡¡No me llores más, porque no me das ninguna pena, paso de ti, márchate ya y déjate de rollos colega!!!

Venga tía!!! Arriba corazón! Adelante… Mucha fuerza, mucha suerte y olé por haber conseguido superarle, porque realmente has estado muy enamorada!!! Te admiro por tu fuerza!

Resumen: Canción requetecojonuda! Canción bandera! Grito de guerra en mi vida...