Si has leído el título del post y no te dice nada, va a ser difícil que entiendas algo de lo que voy a escribir hoy…
Si, por el contrario, has leído el título del post y has sonreído, es porque te has dado cuenta de cual es el pueblo cántabro de mi alma y ubicas bien donde radica el tema que voy a tratar…
Si, como última opción, has leído el título del post, has sonreído con la boca, pero a la vez has sentido una punzada de dolor pena o nostalgia, es porque sabes de quien te estoy hablando…
Para los de la primera opción tengo que explicar que TINITA es una tienda de Comillas (el pueblo cántabro de mi alma). Sería fácil decir que es una tienda de ultramarinos, pero aquí me estaría quedando corta, cortísima. Es una tienda chiquitita, que tiene absolutamente de todo, pero de unas calidades impresionantes, por eso sería más correcto definir TINITA como una tienda de delicatessen…
Para los de la segunda opción, ya sabréis que TINITA en un principio estuvo en medio de la Plaza, enfrente de la Iglesia, al lado del Ayuntamiento y que años después, y tras una pelea sin cuartel con el arrendador del local, se trasladó a la esquinita de la misma Plaza y, aunque aparentemente en un principio parecía que el acceso estaba más incómodo, en realidad es un sitio más transitado que el anterior.
Para los que habéis sentido la punzada, ya sabréis que TINITA es una familia trabajadora y luchadora, probablemente es la familia más conocida de Comillas. TINITA son un montón de personas, pero TINITA de verdad, sólo es una.
Para mi TINITA es muuuuucho mas… TINITA es la casa en la que vivo cuando voy a Comillas a pasar mis veranos, porque yo vivo en casa de TINITA. No en la tienda. Yo vivo en su casa. He vivido en su casa los últimos treinta veranos (que se dice pronto) y he convivido con esa familia durante treinta veranos consecutivos.
La familia TINITA se compone de dos bisnietas, tres nietos (una niña y dos niños, aunque hay un tercer “nieto” adoptado desde hace muchos años, consecuencia de su matrimonio con la nieta), una madre casada con un señor maravilloso que ha pasado a ser considerado un hijo más, una tía que vive con ellos desde hace muchos años y el estandarte de la familia... La abuela….
TINITA.
Pocos saben que TINITA es la abreviatura de CELESTINA.
He pasado muchas tardes de mi infancia y adolescencia con TINITA.
Su vida es fácil de saber en un pueblo de dos mil habitantes (aproximadamente) censados. Lo que hace por la mañana, por la tarde, sus paseos, sus días en la tienda.
Todo el mundo cree que conoce o ha conocido a TINITA.
Pero pocos, muy pocos, conocimos su filosofía de vida, sus sentimientos, sus horas delante de los pucheros para que comiera toda la familia, su inteligencia natural, sus momentos planchando detrás de una puerta con la vista puesta en la ventana que le enseñaba quien salía y entraba de su casa, sus dichos, su lucha por salir adelante en momentos de crisis, sus anécdotas, sus croquetas de queso picón, sus tardes jugando a las cartas con su “hijo”, su maravillosa relación con su hermana, su pasión por su única hija, que fue su motor, su vida, su lucha, su amor verdadero, su fortaleza física y psiquica, su admiración por su nieta, que lleva su nombre, y a la que adoraba… Ella, su nieta, la llamaba TITI… Sus dos nietos, esos chicos con los que me he criado y que tanto me han “protegido” en las noches comillanas… Sus bisnietas, que le han dado la vida y le han llenado de alegría en sus últimos años…
Pocos, muy pocos, han conocido esa faceta de TINITA, porque ella era querida por todo el mundo, pero a su vez era respetada y admirada por todo el pueblo, y no se dejaba ver con facilidad.
Pocos, muy pocos saben que mi padre falleció delante de TINITA… Si. Es sorprendente, pero las carambolas de la vida hicieron que mi madre y mi padre estuvieran en casa de TINITA en el momento en el que un derrame cerebral se lo llevó. TINITA fue de las últimas personas, por no decir la última, que vió a mi padre con vida.
Y además de por todo lo anterior, por esto último, siempre me he sentido especialmente vinculada a ella. Por que ella le vió irse. Tuvo el honor de estar a su lado en su último suspiro.
TINITA le decía siempre a mi madre una frase sobre mi que me encantaba: “A todos tus hijos les gusta mucho Comillas, pero esta pequeña, ésta, esta es la auténtica comillana”
El día de Reyes mi hermana mayor menor le preguntó a mi madre: “Oye mami, ¿cómo está TINITA?” y mamá contestó “Mayor, muy apagadita, casi no se levanta ya, esta muy mayorcita…”
Estando de viaje esta semana, he recibido un sms que me ha partido el corazón. “Mara, TINITA falleció anoche. Siento darte esta noticia porque sé que lo vas a sentir muchísimo”
Corriendo llamé a Marga, su hija, desde el otro lado del Atlántico… Casi no pude hablar. Marga estaba tranquila y serena, pero con voz de pena, pena infinita ante la pérdida de una madre que dio, literalmente, todo por sacar adelante a su hija y ante la pena de una hija que ha vivido toda la vida con su madre, y que pese a que su marcha no ha sido traumática, le deja un vacío imposible de llenar.
Termino el post con los ojos llenos de lágrimas… TINITA se ha ido. Estoy segura de que se habrá encontrado con mi padre y estarán hablando de los días maravillosos de Comillas y de si hace o no “patacarel” y de si podremos bajar a la playa.
TINITA, este verano, te voy a echar de menos mucho, muchísimo. Todos los recuerdos que tengo tuyos me hacen sonreir y recordar una época de mi vida maravillosa. Esa infancia y adolescencia sin problemas. Feliz.
Esa vida veraniega que he tenido el honor de compartir con tu familia, y por supuesto, contigo. Contigo TINITA.
4 comentarios:
Estas navidades he visitado con mucha frecuencia la tienda, y cada vez que hablaba con Tinita nieta y me contaba que su abuela se apagaba, no podía evitar sentir una pena en el corazón al ver sus ojos mientras me lo contaba. El lunes nada más ver a Pepe Luis me ha salido darle un abrazo. No nos dijimos nada, sólo nos abrazamos. Es tan difícil explicar lo que significa esta familia...Siempre me quedará su recuerdo en el mostrador, pidiéndole cualquier producto imposible y ella encontrándolo en el lugar más recóndito de la estantería más escondida del local, y su infinita sonrisa despachándome. Nos queda su legado familiar, y cuando oigamos la risa dulce de Marga, tendremos a Tinita con nosotros.
Mi más sentido pésame para los familiares y amigos de la gran TINITA.
Recuerdo algunas tiendas de estas que habían en el barrio en el que me crié y actualmente vivo.
Realmente eran como tu las describes,tenían de todo lo que les pidieras y por supuesto te atendían a cualquier hora del día o de la noche.
Actualmente hay pocas o ninguna,han sido sustituidas por ciudadanos chinos...Pero no es lo mismo ni mucho menos.
Lo dicho...Siento esta pérdida tan importante para los que la conocisteis.
Lo siento Mara.
Por lo que cuentas era una persona que llenará de vacíos muchos corazones.
Ánimo.
Besos.
Cuando he leido el título del post he pensado: "vaya casi casi es el nombre de mi madre.
Que pena tan grande se nos queda en el alma cuando se van los que queremos, pero qué alegría saber que más allá nos encontraremos.
¡Qué suerte creer en el CIELO!
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