La PUPA viene definida de una manera raruna en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Casi todas las definiciones se refieren a erupciones y heridas que se producen, básicamente, en labios y boca… Pero cuando se utiliza para niños lo denomina como un “Daño o dolor corporal”
Si entendemos que el cuerpo es todo el ser de una persona, es decir, cabeza, tronco, extremidades, corazón y alma. Si entendemos que dentro de cada persona, por muy mayor que sea y mucha edad que tenga, hay un niño que se siente desamparado y sin proteger en muchos momentos de su vida, la definición que el DRAE hace de PUPA me vale para el post de hoy.
Las personas podemos hacer fácilmente PUPA a los que tenemos al lado. Muy fácilmente. Está tirado destrozar al prójimo con actos y palabras.
En ocasiones lo hacemos sin darnos cuenta, y, desgraciadamente, en ocasiones, con toda la voluntad y mala leche del mundo.
Para lograr hacer una buena PUPA hay distintos factores a tener en cuenta:
1.- La relación con el agresor: Dependiendo de la cercanía del terrorista que te ataca, la PUPA será más o menos honda y profunda, de manera que si es una persona muy cercana, la PUPA será muy dolorosa, y si es lejana, puede que se quede en un rasguño o ni siquiera lo notes.
Son lejanos, los que no queremos y no nos quieren.
Son cercanos, los que queremos y nos quieren.
Si el agresor es una persona querida, el dolor es tan intenso que puede, incluso, llegar a quemar, haciéndote llorar y quitándose el sueño nocturno, y si el agresor es una persona que nos genera la más absoluta indiferencia, no sentiremos prácticamente nada antes sus actos, más que un poco de rabia y más distancia para con él.
Si un agresor desconocido nos ataca, los medios de defensa serán despiadados, ya que las consecuencias que traiga para el atacante y nuestra futura relación con él nos importan un pepino.
Si, por el contrario, el agresor es una persona cercana, hay que tener cuidado con los medios de defensa, ya que, cuanto más ataques defendiéndote, más distancia pones con tu agresor y después, remar para recuperar el terreno perdido cuesta muchísisisimo y siempre quedan resquemores y cicatrices.
2.- El estado anímico del agredido: Cuando se está pasando por un momento “delicado” o triste es más sencillo sentirse atacado que cuando se está fuerte y por encima del bien y del mal.
En caso de pesadumbre y tristeza puede hacernos PUPA cualquiera, incluso un perro que te mea en un zapato por equivocación es capaz de hacer que se te salten las lágrimas. Cuando se está contento y positivo es más difícil que nos lleguen a hacer PUPA, básicamente porque cualquier cosa que nos digan, nos resbala como la lluvia y sólo, los muy cercanos pueden calar en nuestro abrigo de alegría y positividad.
Si es verdad, que cuando estamos débiles nos cuesta más defendernos tanto de los lejanos como de los cercanos, y cuando estamos fortalecidos por la gracia que da la alegría y el buen humor, sacamos contra los lejanos los escudos anti-misiles y atacamos con todos los tanques y metralletas.
Con los cercanos no se debe sacar nunca la munición para defenderse, hay que intentar ponerse en el lugar del atacante y dejar pasar ese momento “malo” que está teniendo contra nosotros. Sólo así se evitará una sangría con un cercano. Callándose y olvidando lo que nos está diciendo por mucho que nos duela oírlo.
3.- La forma del ataque: La PUPA se puede hacer con hechos o con palabras.
Es difícil que un ser querido realice un acto que nos haga PUPA, básicamente, porque si lo hace, y se demuestra que ha sido voluntariamente, deja de ser un ser querido y pasa a ser un pelín lejano. Es más fácil que un cercano nos haga PUPA de palabra, porque al ser “de los nuestros”, tenemos más en cuenta lo que nos dice, nos sentamos ante él con total confianza, sabiendo que nos conoce y nuestra situación atmosférica y, por eso, nos llega más profundamente al corazón cualquier cosa que nos diga.
Por el contrario, los lejanos pueden hacer cosas que nos hagan daño, pero sus palabras nos resbalarán, porque no las tendremos en cuenta al no importarnos, nada de nada, el atacante que las pronuncia.
El truco para evitar que la PUPA se convierta en rencor absoluto hacia las personas que nos rodean radica en:
a.- Con los lejanos: La ignorancia supina. Ni caso. Por un oído me entra y por otro me sale. Habla chucho que no te escucho. No te veo. No te miro. No te oigo. Te castigo con el látigo de mi ignorancia. Me eres totalmente indiferente. Hay que ponerse un escudo antiaéreo y seguir pa’lante.
b.- Con los cercanos: El perdón. Recordando esas otras tantas veces que nos han ayudado, querido, hablado con ternura y cariño. Poniéndose en el lugar del otro. Sabiendo que en ocasiones nos utilizan como un “puching-ball” para desahogar lo que tienen dentro. Analizando nuestra forma de actuar para saber lo que hemos podido hacer incorrectamente. Haciendo examen de conciencia y nunca respondiendo a sus ataques, porque nos quieren y quieren lo mejor para nosotros aunque, en ocasiones, las formas no sean las que mejor nos sienten.
Y ahora una súplica … No nos hagamos PUPA joder!!! No sirve para nada!!! Mi madre siempre ha dicho que “se cazan más moscas con miel que con hiel”… Pues eso, pongamos miel, mucha miel en nuestras manos y en nuestras bocas… Vamos a querernos… Vamos a aceptarnos… Vamos a vivir en paz, sin hacernos daño…
La vida está llena de momentos dolorosos que tienen que venir, ¿de qué sirve que nosotros fomentemos, voluntariamente, el dolor en los demás?
4 comentarios:
Yo no quiero moscas, yo quiero langosta.
:P
Ahora en serio. Si, hay que ir con mucho cuidado con lo que decimos y hacemos que las susceptibilidades están disparadas.
Besos.
Ay! Y cómo duelen las PUPAS, con mayúsculas(las de los cercanos). Se convierte en dolor físico, como si te estrujaran el corazón. Al menos es así como lo siento yo.
Desde luego la mejor virtud es perdonar.
Besooooooooooooooo
Me quedo con el último párrafo del post.
Y ahora intento buscar una razón para explicar por que hay personas que van por el mundo haciendo PUPA al resto del mundo y no lo encuentro.
A ver si alguien me lo explica.
Buen Post.
Ostras, Mara, qué post más bueno...y qué oportuno. Estaba ahora mismo muy dolorida con alguien cercano, pero te voy a hacer caso.
Un besazo, y gracias!!!
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