LA SIESTA

Bua colega! Sólo de oir la parabla “SIESTA” me acurruco en el sofá…

Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) la SIESTA es el “sueño que se toma después de comer”.

Una vez más no estoy de acuerdo con nuestro Real Diccionario y me voy a lanzar a definirla como “Maravilloso abandono en los brazos de Morfeo en horario diurno que cuando se puede disfrutar no lo valoras y cuando no lo tienes sólo lo añoras”.

La SIESTA … momento irrepetible y absolutamente necesario para la vida de cualquier ser humano.

La SIESTA … cuantos niños se han gestado gracias a una buena siesta.

La SIESTA … si dura el tiempo necesario te deja nuevo y con un humor maravilloso

La SIESTA …

¿Cuándo hay que echarse la siesta?

Normalmente todo el mundo relaciona la siesta con el momento de después de comer, pero la ideal de la muerte es la que te pegas justo antes de sentarte a comer… La que viene siendo denominada “del Carnero”, porque es cortita y te levantas con un hambre voraz y un humor estupendo. Si la siesta cae más tarde de las seis de la tarde, te costará dormirte por la noche…

¿Por qué te echas una SIESTA?

Hay distintos motivos que pueden llevarte a pegarte un siestón:

1.- Una buena resaca: Después de una noche de marcha, copas y bailoteo, te levantas casi a mediodía “mediopensionista” y aguantas como puedes lo que queda de mañana, te bebes todo el agua de la cisterna del cuarto de baño, nadie te puede hablar porque no te soportas a ti mismo y entonces te sientas a comer. Ya, en el segundo plato, sientes como te abandona la cabeza, como no riges, ella va por un lado y tu cuerpo por otro, y puedes no llegar al postre. De pronto miras el sofá, y sientes que te llama: “Ven, ven, túmbate, ven aquí, te pesan los ojos, te quieres dormir…”. Toda la sangre del cuerpo se marcha a hacer la digestión, el cerebro te abandona, los ojos se te cierran y caes como un plomo, te derrumbas, y entras en un coma profundo y casi, casi irreversible durante un par de horas (como poco).

2.- Un agotamiento acumulado: La vida que llevamos hace que vivamos a revoluciones muy superiores a las que nuestro cuerpo puede aguantar, y de vez en cuando, de pronto y sin venir a cuento caemos en un estado de seminarcolepsia durante poco tiempo, muy poco, alrededor de 30 minutos, pero son gloriosos… Son siestas en las que no sueñas, no te da tiempo, el cerebro pierde totalmente la actividad, entras en barrena y la única diferencia con la muerte es que respiras, pero nada más, porque estás totalmente inerte y sin posibilidad alguna de moverte. Este tipo de siesta no la valoras, porque no te has dado cuenta de que te has dormido, básicamente, porque te has medio muerto…

3.- Un aburrimiento brutal: Se da pocas veces, pero en contadas ocasiones te encuentras ante una tarde absurda, sin contenido, sin nada que hacer de 3 a 5… En este caso, si no tienes nada mejor que hacer o ninguna obligación inminente, pon la tele después de comer y duerme, duerme todo lo que puedas, ¡¡¡aprovéchalo coño!!!… Antes, en nuestros tiempos mozos, te ayudaba, La 2, de la mano de Jordi Hurtado y su penoso programa “Saber y ganar”, que empalmaba con un documental sobre “La Reproducción de los Salmones en el Río Bidasoa” o “La Mononucleosis de los Macacos macho en la República de Sudán” … y ahí no había rivales… Caías como una pesa… Hoy por hoy da igual lo que pongas, porque todo es un bodrio absoluto… Te puedes dormir con cualquier programa de después de comer. ¡Son todos una ñorda!

4.- Un momentazo con tu pareja… Y no lo pienso explicar, porque cada uno tiene el suyo.

¿Dónde te echas una siesta?

1.- En el sofá: Hay “sofales” que invitan a dormirse en ellos, otros que engañan y hay otros que son directamente para incinerarlos. El otro día me enseñaban fotos de sofás y yo opinaba según si tenían o no una buena siesta, nada de diseños ni colores… ¡¡¡Cómo se nota que hace mucho que no me pega una buena!!! Para que el sofá sea pistonudo de siesta debe tener los brazos anchos, blanditos y bajos, en este caso el sofá será ideal para sestear en él. Si el brazo del sofá es estrecho y duro, pero bajo, es un sofá de los que engaña, porque en un principio estás genial, ya que el cuello está a la altura perfecta, pero poco a poco te irá doliendo la cara o el occipital que tengas apoyado, no encontrarás postura y al final parecerá que te están taladrando como una Black&Decker… pero si además es de brazo alto, es digno de incineración, porque ni siquiera al principio disimulará su mala leche, el cuello estará en una posición “contranatura” y al final además del taladro mencionado, tendrás una tortícolis brutal, un dolor de cabeza bestial y un mal humor que no compensará lo poco que has descansado.

2.- En un medio de transporte: Esto es lo peor que puedes hacer. Es igual de horrible que hacerlo en una silla. Es incomodísimo. Se te cae la cabeza o el cuerpo entero encima de alguien, o directamente contra el suelo, no encuentras postura, babeas, pierdes totalmente la noción del tiempo, y si además vas en el metro, te pasas de parada… Por las mañanas, veo un montón de peña dormida en el vagón, y siempre pienso “éste tío donde se bajará que va tan pancho durmiendo”… Efectivamente, la mitad de las veces se ha pasado de parada, y la cara de susto que pone al despertarse, deja de compensar los diez minutos guarros de sueño que ha disfrutado.

3.- En la cama: Hace muuuuuuucho tiempo que no me pego una siesta en la cama. Esas son las siestas de pijama y orinal… Son engañosas, porque piensas “me voy a ir a la cama media horita”… Ja! Ja! Ja!... Si te metes en la cama, la cama te engulle, te abraza, te retiene, y es imposible salir de ella en las tres horas siguientes… Si no quieres pegarte la tarde durmiendo, la siesta ha de ser, por narices, en el sofá…

¿Cuánto tiene que durar?

1.- De 10 a 30 minutos: Esta es la ideal. Es la que sirve para despejarse un poquito, que descansen tanto la cabeza como el resto de los músculos del cuerpo, sueñas un pelín pero no te acuerdas de qué, y te da la suficiente energía para tirar la tarde sin parecer un zombi de los del video de “Thriller” de Michael Jackson. Si cuando te despiertas de una siesta cortita, te acuerdas de lo que has soñado… te has pasado macho! No ha sido tan cortita…

2.- De más de una hora: Es la forma más absurda que conozco de levantarse totalmente desubicado, atontolado, y encabronado… Cuando la siesta es tan larga, el malhumor se apodera irremediablemente de todos sus órganos y músculos, y estás intratable durante al menos 40 minutos desde el maldespertar (porque sienta fatal despertarse de una siesta tan larga), por eso es mucho mejor que te pongas un despertador a los 30 minutitos de empezarla, porque a partir de la hora, te conviertes en el increíble Hulk…

3.- De mediodía hasta el día siguiente: Deja de beber. Directamente el alcohol está acabando contigo. Si tienes la capacidad infinita de echarte una siesta a mediodía y que te den las 9 de la mañana del día siguiente, claramente no estás llevando una vida saludable y tu cuerpo va a petar en cualquier momento. Llegada determinada edad en la vida (y hablo de una edad superior a los 35 años) los humanos no somos capaces de dormir más de 9 o 10 horas seguidas… si tú eres capaz… háztelo ver! Tienes un problema macho!!!

Poco más que apuntar sobre esta maravillosa costumbre española que es la siesta… salvo lo que tengáis que decir los demás, que me imagino será mucho… Aunque lo mejor del mundo es poder practicarla asiduamente...