Pongo folio en blanco y me pongo a pensar en
algo interesante que me haya pasado hoy y que sea digno de contarse… No hay
nada significativo… Miro hacia la piscina. Dos niñas de once años
aproximadamente, se están bañando aunque ya se ha marchado el socorrista.
Espero que no les pase nada porque no pienso saltar desde el segundo piso a por ellas…
Me enciendo un cigarro… “No fumes mami. Te vas a morir…” “Ya lo se mi vida! Lo voy a dejar prontito. Te lo digo de
verdad.” “Papá ya lo ha dejado” “Lo sé. De verdad que yo también lo voy a dejar”… “Yo no quiero que te mueras”… “No me voy a morir, todavía no, mi vida”…
Te sientas delante de mí, un poquito lejos para que no te moleste el humo, con el iPad entre las manos. Como lo manejas! Alucino… Eres de otra generación…
Te miro… ¡¡¡qué bonita eres!!! Con tu camisón blanco, tu pelo recién lavado, limpita, con la mirada limpia, los gestos suaves, las manitas blancas… Me pareces increíble.
Yo sigo con el folio en blanco. “Qué vas a escribir mami?” … “No lo sé”… “¿De risa o de llorar?” “Pues no lo sé… Creo que no va a salirme nada. No estoy inspirada” … Y entonces pinchas esto:
(Recomiendo oírlo mientras se sigue leyendo
el post)
Otra vez Auryn… Otra vez Auryn… Les odio!!! Pero me pones una canción que no conozco… Y aunque es macarra, hortera, poligonera… Es tranquilita y de amor… Me sorprende esta canción… Y empiezas a cantarla en play back…
Coges un micrófono invisible (eso lo has
aprendido de mi verdad?) y te pones a (no) cantarla como si te fuera la vida en
ello, mientras te balanceas hacia los lados en la silla. Sabes de ti misma,
como yo lo sé de mi misma, que no cantas bien, pero has heredado mi amor
profundo por la música y te resistes a no cantar la canción aunque sea sin sonido…
Y te miro…
Te miro… y me pareces la cosa más bonita del
mundo… Eres preciosa mi niña… Eres tan bonita!!! Eres tan elegante en
movimiento!!! Y no es amor de madre. Físicamente, gracias a Dios, no te pareces
en nada a mi… Tienes el pelo marrón claro y los ojos color almendra. Ahora, con
el verano, el pelo se te aclarará y de tus ojos almendra saldrán destellos
verdes… Y cogerás color. No te pondrás morena, tan morena como yo, pero cogerás
un color precioso y estarás más bonita todavía.
Te miro… y me siento absolutamente orgullosa
de ti. Pero no de mi por ser tu madre. De ti por cómo eres. Hoy has terminado
el cole. Como siempre, habrás sacado unas notas buenísimas. Sin ayuda de ningún
tipo. Desde muy pequeña haces los deberes sin que yo sepa que los tienes. Sabes
cosas que no comprendo que te hayas aprendido, porque nunca te he oído
recitarlas. Tienes una memoria prodigiosa.
Te miro… y me encanta la alegría que
irradias… Quieres bailar a todas horas y para tu desgracia, no lo haces tan bien
como yo. Y te enfadas porque cuando me pongo a tu lado, bailo mejor que tú… Y
me dices que pare, aunque en realidad no quieres, porque te gusta verme bailar
contigo… aunque te dé rabia que te “gane”…
Te miro… y me da tanto miedo hacerte daño. Me
siento tan responsable de tu felicidad. Me da pánico que cualquiera de mis
decisiones te haga pupa… No sé porqué pero siento hacía ti una responsabilidad
muy especial. Siento hacía ti una unión bestial… Eres mi niña. Eres mi
princesa. Eres, de todo lo que tengo, lo que más me gusta… Y sé, porque te lo
noto, que te encanta estar conmigo, que me echas de menos, que te gustaría
estar conmigo mucho más tiempo… y me siento responsable por no dedicarte más
momentos, aunque los que tenemos juntas sean maravillosos, porque nos
entendemos perfectamente… Tú sabes hasta donde puedes llegar conmigo, yo sé
perfectamente que lo que me pides es posible, y que si hago un esfuerzo, te lo
puedo dar… Y como tengo esta sensación de que no te dedico todo el tiempo que
necesitas, intento darte las cosas “lógicas” que me pides. Yo también te echo
mucho de menos…
Seguimos escuchando a Auryn… “¿Sobre qué escribes mami?” “Tonterías
mi niña” … “Y ¿porqué mientras escribes me
miras con los ojos llenos de lágrimas?”… “Porque
me gustas… Me gusta mirarte…”
Sonríes. Tímidamente. Abres esos ojos
preciosos y sonríes… Pones boquita de piñón y haces un mohín ideal con la nariz… “Tu también me gustas mami”
Te miro… Eres un ser maravilloso. Eres tan
importante. Eres tan especial.
Eres la ESTRELLA de mi vida… Esa que me hace
brillar. Esa que me hace feliz. Esa que me hace ver que no soy celestial. Porque
la celestial eres tú…
Te quiero mi ESTRELLA… Te quiero tanto… Y me gustas… Me gustas tanto…
Que no se te olvide nunca…
8 comentarios:
Q bonito, nena! Yo tb estoy con la lagrimilla aflorando... Felicidades por teneros la una a la otra...
Y la seguirás mirando, y ella te seguirá mirando, y te seguirá gustando, y la seguirás gustando, y la seguirás queriendo y ella te seguirá queriendo.
Seguro siempre seguiréis unidas, porque tu bien le hará bien.
Un beso PRIMA
MADRAZA , madraza , madraza . Sigue siendo siempre el universo para la Estrella y el Planeta . Emotivo post Mara . Besos...
Jo, que tierno...
Me has conmovido.
:)
Besos.
Qué bonito has escrito Mara!!!
Besazos
Es impresionante la capacidad que tenéis las madres de dar y recibir tanto amor para con los hijos.
Los padres también pero creo que menos.
Muy bien redactado y muy buen post.
Precioso Mara, preciosisimo. Ojala que se lo hayas enseñado a la Estrella. Un beso grande
La Estrella es cada vez mas increible, cacu
Publicar un comentario