Ya he reconocido abiertamente en varias ocasiones que soy súperfan de Molinos. Me encanta como escribe, con independencia de si comparto o no sus ideas u opiniones… Lo que leo de su “pluma” me gusta… Me gusta mucho como está escrito y expresado.
El otro día escribió "MORIR O MORIR", una reflexión que nos hemos hecho todos sobre, ya que nos vamos a morir seguro, cómo nos gustaría morir o cómo nos gustaría perder a nuestros seres queridos…
Yo hice mi comentario… Que fue éste: “Uffff... Evidentemente el infarto, para que el que se va, es lo mejor. Para el que se queda es absolutamente desconcertante y dolorosísimo... Un infarto fulminante, como el de mi padre, te enseña a que en la vida estás y dejas de estar en tan sólo un segundo y aprendes a valorar el ahora, sin mirar a un futuro muy lejano, ya que no tienes seguridad de si llegará. Un infarto te quita cualquier esperanza de recuperación del infartado porque viene todo junto: Infarto y muerte. En una enfermedad siempre hay una mínima esperanza de que desaparezca el "virus maligno" y el enfermo se recupere...
Sólo estoy en desacuerdo contigo en una cosa Moli: Si te mueres, si hay algo más... Hay mucho más... Y será mucho más maravilloso que esta vida, pero el problema es que como ninguno de los que se han ido a conocerlo, ha vuelto para contárnoslo, sentimos miedo hacia ese lugar. También es verdad que si ninguno ha vuelto es porque están maravillosamente allí no? Pues sí, ¡¡¡después de la muerte hay vida!!! Un beso”
Al ser un tema (del apotema) que se las trae, entré para ver que seguía comentando la gente y de pronto leí esto: “Moli, me ha encantado el post. También leer los comentarios. Especialmente el de Ana María, con el que me siento muy identificada. Gracias a todos. Yo me estoy muriendo lentamente. De una enfermedad degenerativa a la que no pienso maldecir, porque de nada sirve y nada bueno me aporta. Es más, me ha permitido acercarme a los míos y se lo agradezco.
No he contado a nadie que me muero. Algunos de mis seres queridos son fuertes, y tratarían de aprovechar los últimos meses conmigo, pero para otros sería una tortura. Dentro de unos meses, antes de que se note demasiado, me suicidaré. Ha sido una decisión dura, porque dejaré detrasa una niña preadolescente y no puedo ni imaginar cómo le afectará mi decisión, pero lo que tengo claro como el agua es que no quiero que pase su adolescencia pegada a una cama de hospital, viendo como su madre se desvanece demasiado lentamente y con la imposibilidad de comunicarnos a causa de las drogas.
La opción más rápida es siempre la mejor. En fin, no quiero poner mal cuerpo a nadie. Quedaros con la idea de que la vida es maravillosa y a veces una puta mierda. Yo elijo que mis últimos días con los mios sean maravillosos. Al menos les quedará ese recuerdo.
A”
Joder!!! Sólo leer “dentro de unos meses… me suicidaré”… Me puso los pelos de punta… Me hizo mirar a otro lado… Me revolvió por dentro… De pronto, pensé que era el típico anónimo que quería crear polémica en el post y me enfurecí … Pase del tema y seguí con mis macetas… pero ufff!! Qué mal cuerpo, que mal rollo…
¿Y si de verdad es verdad lo que dice el Anónimo A? … Como no me costaba nada volver a entrar en el blog y hacerle un comentario, me lancé a la piscina:“Anónimo A... No le quites a tu hija la posibilidad de cuidarte y mimarte hasta el final!!! Seguro que si a ella le dieran a elegir, preferiría estar pegada a tu cama, acariciándote la mano y diciéndote que te quiere, aunque tú ya no puedas oírlo o sentirlo..
Yo mataría por tener a mi padre dos minutos a mi lado aunque fuese dormido o moribundo... No le hagas eso a tu hija... No te arranques así de su lado!!!
En este caso se cumple absolutamente el refrán para ella: "Va a ser peor el remedio que la enfermedad"
Y piensa que lo que no puede curar la medicina, lo puede curar Dios. Pídeselo a Él!!! Un beso y mucho ánimo... Me encantaría hablar contigo”
Y eso que escribí me pareció escaso, batiburrillo, precipitado y poco convincente. Me encantaría poder hablar con Anónimo A…
No sé muy bien cómo enfocar este post… No sé cómo podría ayudar más a Anónimo A, porque yo no considero el suicidio como una solución, ni una salida a nada, y por tanto, para mi ayudar a Anónimo A es intentar sacarle de la cabeza esa idea.
Podría decirle que no es “dueño” de su vida… Pero seguramente saldría escandalizado porque si quiere quitársela, si se considera dueño de ella.
Por tanto voy a ir a donde creo que más puedo ayudarle, que es en el impacto que causa en un hijo la pérdida de un progenitor. Anónimo A ha manifestado que es madre… Por tanto, afrontaré este post intentando expresar el sentimiento de hija que perdió a su padre, repentinamente y sin esperárselo… Y quizá con ello, ayude a ver a Anónimo A la otra cara de las consecuencias que implicarían su decisión de quitarse la vida.
Anónimo A:
Efectivamente, no sé lo que se siente cuando tienes una aparente Sentencia de Muerte dictada… o una Espada de Damocles en la cabeza… o estás lista de papeles… Da igual como decirlo. No sé qué se siente al oírlo sobre ti misma. Pero si sé, y muy bien, lo que se siente cuando te quedas sin padre, de pronto y sin esperarlo, a la edad de 19 años, siendo su ojito derecho y la pequeña de cinco hermanos.
Es horrible Anónimo A. Horrible. Horrible. Horrible. ¿He dicho ya que es horrible? Y no es horrible el golpetazo inicial, que también, porque ahí estás como arropada y entretenida por gente que hace un auténtico esfuerzo por acompañarte en esos días, pero que no son tus habituales de la vida.
La leche que te dan al recibir la noticia… Noooo… Ahí no se siente nada. Bueno se siente mucho, pero todo lo que se siente es raruno. Quieres llorar pero no te salen las lágrimas, porque no te duele … es sorprendente pero todavía no te duele la muerte de tu padre. Lo peor viene después, varios meses después, cuando todos los no habituales dejan de llamarte a diario, como es lógico, y vuelven a sus vidas, y entonces notas la ausencia desgarradora de ese habitual tan maravilloso que se ha ido para siempre.
Anónimo A, esto es sólo la punta de un montón de sentimientos tristes, de recuerdos que sabes que no volverán, de vivencias que no se van a poder repetir, porque el protagonista absoluto de todos y cada uno de ellos se ha marchado.
A veces me he enfadado con él, con mi padre, y le he reprochado a él y a su corazón que no aguantaran un poquito más a mi lado. Su parada cardiaca paró la vida que yo tenía hasta entonces, y a partir de esa parada, empezó otra vida totalmente distinta para mi. Me sentí muy sola. Mucho. Y en muchas ocasiones sentí incluso frío al no notar su presencia y su calor. Mi vida no se divide en “cuando era soltera y casada”, “cuando no tenía hijos y cuando los tenía”, “cuando estudiaba o trabajaba”… Mi vida se divide en el año 1994, y siempre que me dicen un año pienso “papá estaba conmigo o papá ya no estaba”.
Anónimo A, la muerte es algo de lo que no te vas a poder escapar. Si tú no vas a ella, ella vendrá a ti. Es irremediable. Si hay algo que compartimos todos los que nacemos es que morimos… Lo que se tramita en medio del nacimiento hasta la muerte es distinto para cada uno de nosotros, pero la muerte, la compartimos todos al 100%... ¿Por qué si la muerte te va a llegar tarde o temprano, vas a acercarla tú en el tiempo? Espera a que te venga, si venir va a venir. Si marcharte te vas a marchar… Espera a que venga ella a buscarte.
Y pregúntale a tu hija que prefiere… Si no volver a verte nunca más jamás en su vida… o verte y tenerte aunque sea drogada y moribunda en una cama. A mi me encantaría poder ir a algún sitio a verle, aunque fuera dormidito…
Yo regalaría un año entero de mi vida por poder abrazar a mi padre durante cinco minutos, y decirle que le quiero con locura y que no le puedo echar más de menos, y que le necesito, que necesito oir su voz, y sentir sus besos, y notar sus miradas de amor profundo de padre, y presentarle a la ESTRELLA y al PLANETA, y enseñarle mi casa, y mis amigas, y que viera lo feliz que soy gracias a todo lo que él me ha dado…
Anónimo A no le hagas eso a tu hija. No tomes una decisión tan dura para ella, por ella. Una decisión tan drástica. Que no tiene vuelta atrás. Ella no recordará tus últimos días como maravillosos… Ella recordará que su madre se quitó la vida por ella. Eso no lo va a poder superar nunca, por mucha carta que le dejes explicándoselo. Ella no lo va a entender. Yo como hija, nunca hubiera podido comprender que mi padre se quitara la vida para “aparentemente” ahorrarme un sufrimiento, porque el sufrimiento que supone su ausencia es mucho peor, que el haber podido cuidarle y mimarle durante su enfermedad, haber podido ser testigo de su último suspiro y haberle podido decir bajito, al oído, una y mil veces, aunque no me oyera, “te quiero Papi, te quiero”. Yo no tuve ese lujo. Yo no le pude cuidar. Yo no le pude “devolver” nunca todo lo que él hizo por mi.
Anónimo A si lees esto, me encantaría que me dieras la oportunidad de hablar contigo y de explicarte el sentimiento desgarrador de una huérfana joven. Déjame hablar contigo por favor, déjame hablar contigo…
12 comentarios:
IMPRESIONANTE, !que grande eres PRIMA!
Buenos días Mara.
Yo también soy huérfana joven, de esas de "esta mañana estaba y ya no está" ya lo sabes, ya me has leido. Sé lo que es ser de corcho y no creerte lo que ha pasado y sé lo que es vivir diferente a partir de una fecha concreta. Y como tú, se lo que es el "luto hacia delante"....eso lo compartimos todo ya lo sabes.
A mi el comentario de Anónimo A también me dejó chof...pero yo no sé que decirle, no sé como es vivir con algo algo así ni como es su enfermedad degenerativa ni nada de eso...Cierto que el suicidio sin explicación creo que dejaría a su hija destrozada completamente pero la solución de una muerte digna (pongo solución y suena horrible pero ya me entiendes) después de consultarlo con sus seres queridos para que sea algo compartido....no me parece tan mala. La degerenación y el sufrimiento de algunas enfermedades es atroz atroz y desgarradora para todos...y eso también lo he vivido de cerca.
de todos modos yo no me veo capaz de decir nada ni aconseja nada a alguien en esa situación....
En fin...a ver si Anónimo A te lee....
Por experiencia personal te digo que ver como un ser querido se muere lenta y dolorosamente día tras día durante meses sin ninguna posibilidad de curación es muy difícil de soportar.
Entiendo perfectamente que esa persona quiera suicidarse.
Besos.
Es un tema bastante delicado y es muy difícil ponerse en su situación.
Me veo incapaz de opinar.
Buen post.
Buen intento Mara no puedo estar más de acuerdo contigo. Hay que intentar ser positivos en la vida y pensar que siempre puede haber una salida . Ahora me voy a una misa al tanatorio por una amiga que ha estado luchando los últimos quince años contra la muerte , los últimos meses sufriendo , ni ella ni su marido ni sus cuatro hijos ni ninguno de sus amigos habríamos cambiado este tiempo . La hemos disfrutado y nos ha disfrutado nos lo decía todos los días aunque sólo fuera con la mirada . Adiós Lucía. Tenía mucha fe y la ha ayudado ahora le toca a ella ayudarnos.
Buen post , espero que la puedas ayudar.
Besos
Bueno, mi relación con la muerte ha sido un poco estrafalaria.
Mi padre murio cuando yo tenia seis años y esa ausencia la he vivido como a quien le falta un brazo desde niño, que si, que desde luego es grave, pero que al final terminas viviendo sin problemas con ello. Y no ha sido ni mucho menos una marca indeleble en mi vida. Otras muchas cosas me han marcado más.
Luego he vivido la muerte de mi abuelo ya de muy mayor (93 años) y he vivido con el cuatro de enfermedad y estoy contigo en que no regalaría ni uno solo de los momentos de los ultimos años, de la posibilidad que ha tenido de conocer y jugar con mis hijos auqnue estuviera bastante jodido.
Yo en un 90% pienso como tu, pero me queda un 10% de la vida absolutamente apagada y en ese caso puedo comprenderlo casi todo.
ASbrazos, buen tema para pensar.
PS-.. Tiene narices que no me leyera a molinos por evitarme el mal cuerpo y ahora me haya leido el tuyo.
Bueno.. yo ya escribí hace tiempo de esto en mi blog el post "Mar adentro", creo que es una opción muy personal que se debe tomar teniendo en cuanta todas y cada una de las circunstancias que nos rodean.
Sin duda entiendo a Anónimo A, los que sí tenemos una espada de Damocles sobre nuestra cabezas, creo que somos más realistas en nuestro pensar y no, no creo que sea un mal pensamiento querer evitar el sufrimiento de los que dejamos atrás.
Hay opiniones para todos los gustos. Yo soy de tu misma opinión, Mara.
A propósito, recomiendo un libro para el que lo quiera leer. Se llama 'Vida después de la vida' del doctor Raymond A Moody. Es cortito y se lee muy bien. A mí me hizo entender la muerte de otra manera. Personalmente, estoy convencida de que hay algo más... Ahí queda eso.
Besos Mara.
Tengo tanto miedo a siquiera pensar en ello ....me aterra no opino.
Y mi pregunta sería: "Si en vez de ser tú la que tiene la enfermedad degenerativa fuese tu hija:¿qué le dirías?,¿la matarías sin preguntarle para ahorrarle sufrimiento?, ¿te suicidarías tú para no sufrirlo? o ¿la cuidarías y le procurarías unos cuidados y velarías para que tuviese una digna y buena muerte?".
La muerte de un ser querido (sea inesperada, accidental,natural por edad o enfermedad) siempre deja interrogantes, sufrimiento... pero el suicidio no es una muerte cualquiera para el que queda, en mi experiencia, es la peor. El suicida roba a los quedan los buenos recuerdos y eso no lo cura el tiempo.
Entiendo que como madre siempre quieres lo mejor para tus hijos, pero ¿puedes ahorrarles todos los sufrimientos?¿como va a entender ningún hijo que prefieres matarte a estar con él, tú que le dices que es lo mejor de la vida?.
Y me vuelvo entonces a preguntar: ¿no sería mejor ir dejando las cosas arregladas para poder tener una buena muerte?¿no sería mejor hacer esas cosas con lo que te quieren?, ¿no sería mejor poder enseñarles a afrontar dificultades gordas que a huir?.
"Sin mas": Todos tenemos una "espada de Damocles" sobre nuestras cabezas: estamos vivos y eso supone que vamos a morir. Puedes morirte cualquier día y no por eso te suicidas. Si pensásemos así no tendríamos hijos, "para ir ahorrando sufrimientos". Sufrir es una parte más de la vida pero ya lo sabíamos.
A mi personalmente no me sirve ese argumento, porque yo sería incapaz de matarlos a ellos.
Desde que leí a Anónimo A no me la quito de la cabeza. Hace un par de meses acompañé a mi madre al funeral de la cuñada de una amiga suya. Una mujer que ja muerto después de 10 años con un cáncer y después de que su marido muriera también de un cáncer hace dos años. Una putada. Dejan dos hijas de 23 y 20 años que han vivido toda la vida con sus padre enfermos. Bueno, pues sus caras en el funeral eran flipantes. Caras de paz, sonrisas tan dulces y serenas. Eran ellas las que consolaban a todo el mundo y repetían lo tranquila que estaba mamá, estábamos con ella cuando se fue.
Yo no puedo evitar ponerme a llorar mientras lo recuerdo y lo escribo ahora. Esas niñas han pasado un puto calvario pero irradiaban paz. Supongo que tenían asumido ese final. Y supongo que resulta muy fácil, desde mi distancia, decir que esas chicas no estarían así en el funeral si su madre se hubiera suicidado o si se hubiera muerto de repente.
Pero siempre que he escrito sobre este tema, releyéndome me he sentido tan mal.
Anna JR: precioso comentario...
112: OLE!!! Querría haber tirado por esa vertiente con el post, pero preferí explicar el sentimiento de una huérfana joven, que quizá le llegaría más a Anónimo A.
un beso a amb@s
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