Y de pronto, una mañana cualquiera de septiembre, suena el despertador, te estiras, te desperezas, te levantas,
levantas la persiana sin mirar a través de la ventana, te duchas, te secas (el
cuerpo y el pelo), te en-cremas (por aquello de seguir manteniendo el pellejo que
te arranca de cuajo el agua de Madrid, que no se que tiene, pero ojo! ojo! ojo!
como trata nuestras pobrecitas pieles….!!!) y te dispones a vestirte cuando
paras en seco sobre ti misma y … ha ocurrido!!! Ya no es verano!!! Lo que
anoche elegiste para ponerte, hoy, esta mañana, esta misma mañana es ropa absurda, ridícula, e incluso
un poco chabacana… Ni que vivieras en La Manga de Mar Menos mona, que aquí no es
verano hasta noviembre!!!
Hoy, en este mismo instante, ha empezado un
frío semidesnatado y esterilizado… No te pelas… No te titas… No te cagas… No es
polar… No es siberiano… El grajo, no vuela bajo… Pero no es el calor de ayer ni muchísimo menos…
¿Qué ha pasado?
Ha empezado un semifrío… una sensación raruna
por el cuerpo te corroe matutinamente… No hace mucho, pero hace el suficiente como
para tener que salir tapadita de casa y volver más tapadilla todavía por las
tardes… Estás destemplada… Quizá te ha cogido la gripe antes de tiempo y
piensas “cuando me vacuno de la gripe en octubre, la
vacuna me cubre hasta septiembre del año siguiente o se caduca en mayo con las flores y
los tallos????”… No sabes bien lo que está ocurriendo.
Pero hay una cosa que tienes clara: te das
cuenta de que tienes que coger otra ropa… y aquí se te plantea uno de los
peores problemas del año… hay un día de finales de septiembre, en que abres el
armario, miras, buscas, husmeas con los ojos perdidos entre un montón de ropa
de colores que ya no pega y te das cuenta de que no sabes que ponerte… No
tienes nada que ponerte… Todo lo que tienes delante, no te vale!!!
Y te vuelves a la ventana para ver si en esta
media hora algo ha cambiado… Buscas una señal… Un guiño del sol… ALGOOOOOOO!!!…
Nada… Hace un día psi… psa… Hace un frío nuevo… Vuelves a plantarte delante del
armario… Los ojos se te salen de las orbitas y las cejas pasan por encima de tu
flequillo.. Y gritas para tus adentros
“¡¡¡Qué coño me pongoooooooooooo!!!”
Y entonces es cuando oyes la voz de tu madre
que dice “hija… Tienes que sacar la ropa de
ENTRE-TIEMPO!!!” Y te oyes mentir… “Si mami…
Si ya la tengo fuera!!!”
Claro, por supuesto que la tienes fuera… La
tienes que tener fuera, porque dentro, en esas cajas horribles que hay en los
altillos del armario, sólo está la ropa de invierno cerrado y crudo… Las lanas,
los cuellos altos, las botas, botines y katiuskas, las bufandas de pelos
sintéticos de colores, las mangas largas, los guantes, los leotardos, las
medias… El duro y crudo invierno… La ropa de ENTRE-TIEMPO no está en el altillo
y por tanto tiene que estar abajo, en el fondo, no has mentido a tu madre… La
ropa de ENTRE-TIEMPO está abajo, pero … ¿Dónde?
Y entonces te planteas algo que ya te has
planteado el año pasado por estas mismas fechas y que un año más se apelmaza
sobre ti… Una duda existencial brutal… Algo más complicado de saber que la
fórmula de la Coca-Cola… Y es:
¿¿¿Qué coño es la ropa de
ENTRE-TIEMPOOOOOOOOOO???
¿¿¿Qué coño es el ENTRE-TIEMPO????
Es mentira… Nadie tiene ropa de entretiempo,
no existe la ropa de entretiempo!!!!
Sigues observando tu armario lleno de colores
vivos que no pegan ni con cola con la mañanita medio pensionista que tienes al
otro lado de la ventana… Miras el “Rain Alarm”, por si acaso una precipitación
se cierne sobre tu cabeza y te vas a poder poner una “chupa” en condiciones y
unos zapatos cerrados con justificación y motivo… Nada… No va a llover… Te jodes mona!!! Serías absurda con una chupa...
Empiezas, muy decididamente, a descartar…
En primer lugar las faldas y los vestidos….
Si, reconócelo… Después de llevar unos meses veraniegos llenos de depilaciones
y ceras, ahora en Septiembre te estás empezando a abandonar, te has relajado
totalmente y no puedes sacar las patas a la calle con esos cañamones asomando
por las pantorrillas… Y con la excusa mentirosa de “ufff…
con falda me congelo hoy seguro!!!” dejas a los pantalones ser
protagonistas de tu atuendo de ENTRE-TIEMPO.
Los pantalones de ir a trabajar en verano, no
son negros ni marrón chocolate… Los pantalones de veranito son de colores,
rayas y flores… pero no pegan nada hoy… Con lo cual te tiras a por unos
pantacas blancos, beige, azul marino… Color neutro para no destacar tanto y
sobre todo, para que no se note que no sabes lo que es el ENTRE-TIEMPO…
Por los pies ya no pegan sandalias, y los botines,
botas y zapatos están en el altillo, porque no son de ENTRE-TIEMPO, son de
invierno cerrado… Conclusión… Unas bailarinas!!! Y sin medias por supuesto!!!
Medias todavía no!!! Y mucho menos calceto… Bailarinas con el pie al aire.
Por arriba… Bufffffff… Ojjjj… Arjjj… Complicadísssssssssssimo…
Todas las camisetas son de manga corta o sin mangas… Camisa de manga larga te
da perezote, porque la sensación de veranito todavía la tienes recorriendo el
body, con lo cual coges una camiseta de manga corta de un color que “ni fu, ni
fa”… “ni blanco, ni negro”… “ni frío, ni calor”… “ni pichí, ni pichá”… y para
no pasar frío, porque esta mañana ya hace un poquito, te pones una chaquetita
de lanita encima de la camiseta…
(INCISO… Por qué toda la ropa de ENTRE-TIEMPO
va en diminutivo? Una rebequita por los hombros… Una caquetita… Un jerseicito…
El ENTRE-TIEMPITO va siempre en diminutivito…)
Pues eso… Chaqutita de lanita de color
insustancial, tipo: blanco roto, topo, tabaco, azul azafata, beige… Eso… Un
color de los de ahora… Indefinido…
Al final caes y te pones la chupa vaquera…
Queda mona para ir a trabajar… Mona y moderna… todo lo demás es serio y con la
chupa vaquera rompes la seriedad. ¡¡Sí, definitivamente, con la chupa vaquera
vas guays!!!
Y por último, adornas tu ENTRE-TIEMPO con un
fulard… más o menos de los mismos tonos que todo lo demás… O quizá a juego con
el bolso que todavía es morado, naranja, azul, verde, porque los bolsos de
invierno si que dan pereza colega!!!
Un coñazo!!! Vas vestida como un auténtico
coñazo y con más capas que una cebolla!!! Y eso… exactamente eso, es el ENTRE –
TIEMPO!... Un petardo que nos invade a las mujeres durante una semana de
septiembre/octubre hasta que nos damos cuenta de que ha llegado el invierno y
el frío, y el altillo nos llama para que
saquemos los pelos y las lanas.
Cuando has conseguido ponerte, capa a capa,
toda la ropa de verano, convirtiéndola en ropa de ENTRE-TIEMPO y parece que vas
a coger un vuelo de Rayn-Air, de esos que no te dejan facturar y pareces un
Power-Ranger, te das cuenta de que
llegas tarde…
“Hoy llegas tarde al desayuno” … “Ya… Joe, lo siento… Es que he tenido un principio de mañana
horrible!!!” “Qué te ha pasado?”
“Nada, lo típico… Pufff… lio… Da igual…” “No venga, cuéntamelo!!” “Qué
no joe!!! Lío!!!”
(Como le vas a decir a un tío… “QUE NO SABÍA QUE COÑO PONERMEEEEEEEE PARA EL
ENTRE-TIEMPOOOOOOOOOOOO QUE ME ACECHAAAAAAAAAAAAA!!!”, si a
ellos les da igual y no te van a entender, porque pase lo que pase van de
chaqueta y corbata)
Y ahora mírate… Vas vestida de (mi)
ENTRE-TIEMPO????
5 comentarios:
No se si te entiendo, pero llevo una semana sufriendo a mis tres féminas buscando ropa de entretiempo y cambiando los armarios, que como no terminen ya, me pido una excedencia hasta que empiecen las nevadas.
Que alegría volver a leerte y a reírme contigo PRIMA.
Un beso grande
Pues si que te complicas la vida.
Haz como Eva.
La hoja de parra y despachá.
Y tan mona.
Buen post.
Como decian las abuelas , ponte una rebequita y solucionado .........
Jajajajajaha
Donde yo vivo, no os digo donde que sino se entera la gente 😂
De entretiempo nada, seguimos con la misma ropa de verano porque tenemos 30 grados asique seguimos llendo a la playita
👏👏👏👏
Besos Meriiiii
Venteeeee
Hay que ver lo difícil que lo hacen algunos (sobre todo algunas) para ponerse una camiseta y una chaqueta vaquera.
(Por aquí continuamos con manga corta).
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