Creo que en mi casa, quiero decir, en la casa
de mis padres, me enseñaron a ser una gran jugadora. Creo… Me enseñaron cuatro
premisas… En cada casa habrán dado las suyas, pero a mi con las mías me ha ido
bien siempre… Eso si, no me las debo saltar…
1.- Nunca, nunca, nunca me hagas trampas ni
me mientas, salvo que el juego trate de eso…. Si estamos jugando al “mentiroso”
hay que mentir está claro, pero, en el resto, si, y solo si la mentira está
incluida en el juego se puede mentir. Trampas nunca. Si alguna vez juego
contigo, me haces trampas y te pillo, no volveré a jugar nunca más contigo. No
te daré opción. Se acabó…
Yo juego por divertirme y participar, no por
ganar, por tanto, no quiero ganarte por quedar sobre ti, te quiero ganar si he
jugado mejor. Si no he jugado bien… perderé con total paz…
Si estás jugando conmigo y te vas a la nevera
a por una cerveza, puedes dejar tranquilo las cartas boca arriba… No las
miraré… Nunca… No te daré el cambiazo… Y si las dejas boca abajo, no les daré
la vuelta jamás… Ni las tocaré… Tus cartas son tuyas y son sagradas.
2.- Las deudas del juego se pagan. Si no las
puedes pagar, no juegues. Yo no perdono las deudas del juego, no te las perdono,
porque si yo pierdo no espero que tú me las perdones. Si no me vas a pagar, no
juegues conmigo. Si pierdes y no me pagas, no volveré a jugar nunca más
contigo. Otra cosa es que me lo pagues y yo te diga… “Anda toma! Quédate tus
cinco euros” y te lo perdone o devuelva… Pero me lo tienes que pagar… Yo
siempre te lo pagaré, tenlo por seguro.
3.- No hay que regodearse en la victoria. He
ganado y a otra cosa… Si quieres echamos otra, si quieres lo dejamos para otro
día… No te volveré a mencionar mi victoria sobre ti y mucho menos me regodearé
de haberte ganado delante de otras personas… Ni muerta!!! Salvo que tú me lo
niegues, entonces te recordaré que gané yo!!! Vamos a ver… Yo sé ganar, pero no
soy imbécil eh?
Y si pierdo te daré la enhorabuena… y a otra
cosa con una sonrisa… o volveré a jugar tranquilamente, no me importa perder ante
ti si has sido un jugador limpio… No me importa perder cuando juego con gente
que yo considero “limpia”. Cuando juego con gente sucia y me ganan, me puedo
sentir hasta ganadora, pero no vuelvo a jugar con los sucios…
4.- El juego se termina. Se llega hasta el
final. No vale ir perdiendo y largarse… No vale ir ganando y largarse. Cuando
uno juega, lo hace hasta el final… Hasta que te comen la última ficha… Hasta
que no queden cartas que robar… Si, voluntariamente, te levantas y me dejas con
las cartas en la mano, será la última vez que juegues conmigo… Si empiezas…
Acabas… Si no quieres no repitas, pero la que estamos jugando la acabas…
Con estas premisas por mi parte, he accedido
a jugar y anoche PERDÍ… En realidad yo, personalmente, no quería ganar, pero me
hubiera encantado que ganase mi equipo… No pudo ser… Iba a decir que otra vez
será… pero no… No será. En esta cruzada nunca más, jamás, volveré a jugar con,
ni contra ellos.
Es verdad que me metí voluntariamente
sabiendo que había mucha mierda en el juego y que probablemente saldría
escaldada… Las reglas no estaban claras y yo accedí a jugar así. De hecho no
había reglas, ni claras, ni turbias, las cosas se iban sucediendo y según iba
avanzando el juego te ibas defendiendo y atacando como podías…
Ese fue mi error. Mi gran error fue saltarme
las premisas básicas que mis padres me enseñaron de pequeña y que siempre,
siempre, siempre hay que aplicar a los juegos… Si las reglas no están claras,
no juegues… Y yo jugué… Me equivoqué…
Me pidieron ayuda personas en las que creo y
después de analizarlo, sabiendo que el juego era complicado, accedí con buena
fe.
Me he dado cuenta de que el efecto sorpresa
siempre beneficia más al de mala fe que al de buena fe… Cuando no hay maldad,
hay determinadas actuaciones que ni te planteas, nunca crees que tus actos van
a ser interpretados así, porque tú nunca los malinterpretarías así… y nunca
piensas que los actos del de enfrente van por ese camino, porque tú serías
incapaz de que los tuyos se trazasen por ese sendero.
Con esta inocencia y gilipollerismo accedí a
jugar… Fíjate que peligrosa soy!!! Sin pesar en la absoluta y espectacular mala
fe del prójimo. Confieso que algunas amigas me advirtieron de lo mala, malísima
que era la peña que se me estaba poniendo de contrincante y me suplicaron que
me saliera del juego… Pero, como lerda que soy, no pensé que fuera para tanto…
Es verdad que en algún momento he pensado en
abandonar, pero porque no me estaba gustando nada… Era demasiado turbio… Salían
nuevas reglas a cada momento y yo no podía estar pendiente, sólo y
exclusivamente, de mi juego… Tengo más cosas en la cabeza, para mi desgracia,
porque para jugar a este juego había que dedicarle mucho tiempo y mucha mala
leche y yo carezco de lo uno y de lo otro. Si no he renunciado ha sido por no
dejar tirados a aquellos que formaban parte del equipo que yo, voluntariamente,
decidí liderar… y por ellos, y solo por ellos, he seguido con el juego hasta el
final. Y por cumplir con mis premisas claro!!
Mi equipo, no es por nada, ha sido la leche! Ha
sido el mejor!! Qué buena gente! Ha sido un auténtico lujo y placer jugar a su
lado… Es verdad que los contrarios dirán lo mismo de si mismos… efectivamente,
Dios los cría y ellos se juntan… Pero entre nosotros no ha habido ninguna
fisura, ningún problema, ningún acto reprochable hacía ningún miembro de mi
equipo… Hemos jugado limpio, demasiado limpio, y probablemente, por la buena fe
que hemos puesto hemos perdido.
Anoche, PERDÍ, y lo pongo en mayúsculas
porque no me importa nada reconocerlo… Felicité a los vencedores con una
sonrisa sincera, me retiré con la cabeza muy alta y con parte de mi equipo me
marché a mi casa, saqué cervezas, patatas, aceitunas, lomito, colines… Y monté
un aperi nocturno para comentar las jugadas más importantes...
El juego había tenido mucha tensión y después
de estar en vilo tantos días, la risa histérica se nos contagiaba de unos a
otros… Y tarde, ya pasada la medianoche me quedé sola en casa… La ESTRELLA y el
PLANETA dormían tranquilamente… ¡¡¡Qué gusto!!! ¡¡¡Qué paz da ver a los niños
dormir!!!
Anoche PERDÍ, con la conciencia tranquila,
con la paz de las cosas bien hechas… Y así se lo transmití a mi equipo… Con
alegría, con ironía, con risas, con sonrisas, con chistes, con bromas…
Anoche PERDÍ, y además alguien destrozó
literal y absolutamente mi corazón… Y en mi soledad, al terminar el juego, lloré
desconsoladamente…
“Mamá… ¿ganaste anoche?” me pregunta hoy el
PLANETA recién levantado… “No, mi niño!!!”…
le miro con una sonrisa abierta… “¡¡¡Mamá perdió
anoche!!!” “Jooooooo
mamááááááááááááá… ¡¡¡¡Yo quería que ganaras y que me abrieras hoy la
piscinaaaaaa!!!” “¿¿¿¿¿Pero si está
lloviendo mi vida????”
8 comentarios:
Problemas de comunidad?
Bueno, eso me ha parecido intuir, quizás no tiene nada que ver.
Besos.
Totalmente de acuerdo con esas reglas son las mismas que a mi me enseñaron y que por desgracia no todos las tienen por eso existe el juego sucio por eso y aunque algunos creen jugar limpio no juegan y se te queda una cara de idiota y lo mismo los demás piensan que lo eres pero no es que yo he jugado limpio esa es la diferencia.
Que mal escribo no pongo ni una coma jejjejej
Si Toro... Problemas de comunidad... Has intuido maravillosamente... Que, gracias a Dios, ya quedaron atrás y en los que difícilmente me volverán a ver...
Teresa!!! Jugamos cuando quieras!!!!
Besos a los dos
Pues menos mal que has contado de que iba el post.
Tras un rato intentando saber de que se trataba,no he logrado conseguirlo.
Y dicho esto,te repito lo que ya te dije una vez.En una comunidad la mayoría de las personas,ni juegan limpio,no hay reglas y cada uno va a lo suyo.
Buen post.
Hola Mara,
A mí no sé si me lo enseñaron o es que lo llevo en mis genes pero nunca hago trampas y no me gusta nada que me las hagan. Quizás por ese motivo hace mucho que no juego a nada.
El asunto del que hablas no creo que sea una cuestión de ganar o perder, conociéndote sé que no ha ganado nadie, al contrario mucho me temo que los que se creen ganadores han perdido mucho más de lo que creen haber ganado.
Quizás no te diste cuenta que una comunidad es una sociedad a escala y en ésta hay todo tipo de personajes, mentirosos, buenas y malas personas, ladrones, graciosillos, ineptos, listos, tontos, iluminados, prepotentes, amigos, tímidos, enemigos, peligrosos, falsos, idiotas, envidiosos... en fin, todo tipo de personajes.
Los que merecen la pena y te quieren estarán siempre a tu lado y no te dejarán nunca en la estacada aunque tú no puedas darles nada a cambio, sólo te necesitan a ti para quererte, nada más.
Si de esta experiencia has podido diferenciar entre unos y otros ten por seguro que ha merecido la pena por mucho que te haya dolido.
Si hubiera estado con vosotros, me hubiera gustado estar a vuestro lado, con la verdad se va a todas partes con la cabeza muy alta.
En cualquier caso, enhorabuena por que se haya acabado.
Un beso muy fuerte.
J.
Bueno Mara , siento la decepción que te llevaste ,el cabreo que te agarraste,y la mala leche contenida que te tragaste pero al menos sacaste algo en claro . Que no te hagan más daño.
Un beso y mucho ánimo
Por desgracia la mayoría de las veces ganan los tramposos........se siente una impotencia ante aquello que sabes que no es cierto o se ha ganado con trampas que......... A mi, si te sirve de consuelo
, aunque yo soy tan impaciente que no me sirve.....jejejee, me dicen que el tiempo todo lo coloca en su sitio. Espera y lo comprobaras.besos de Bimbo
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