Cada día que pasa soy más consciente de la facilidad que tenemos las personas en meternos en un marrón…
Hay muchas acepciones posibles al término “marrón”… Un marrón puede ser un trozo, un chocolate, una ñorda, una cerdada, un petardo…
Pero, yo creo, que el más claro, el más explícito, el sinónimo que mejor expresa lo que es un “marrón” es la palabra MIERDA. (Si mamá, este post no te va a gustar…)
Un marrón es una MIERDA GORDA, GRANDE, HUMEANTE, PASTOSA Y OLOROSA… Eso es un marrón… Que puede convertirse fácilmente en un MARRONAZO como te compliques demasiado… Lo que viene siendo una MIERDAZA DE VACA…
Los marrones (las mierdas) te pueden caer, te pueden ahogar, te los puedes comer, los puedes pisar, te puedes meter voluntariamente, te pueden incluir involuntariamente y todos ellos, a la vez, te pueden superar…
Hay auténticos profesionales en el escaqueo del marrón… Cuando tú necesitas endilgarle un marronazo a alguien, siempre hay unos cuantos con los que sabes que no puedes contar porque inmediatamente se ponen a silbar y a mirar al suelo o al cielo…
Hay auténticos profesionales en comerse todos los marrones del mundo… Y además una vez que te zampas un marrón ajeno, si le quitas importancia a la gazpachada que te has pegado, te irás convirtiendo en un enmarronado que ni agradecido, ni pagado… Los marrones te los puedes comer, pero siempre hay que darles algo de importancia, porque si no, parece que no te cuestan nada y que puedes seguir solucionándole la mierda al vecino “per secula, seculorum”… y no! Porque aunque el coste de un marrón no sea económico, siempre, siempre, siempre implica tiempo… Y el tiempo es un tesoro, tu tesoro, que los demás tienen que aprender a valorar, igual que tú valoras el tiempo de los demás.
Ejemplos prácticos de marrones habituales:
1.- Te cae un ó el marrón… Reunión familiar… “Bueno ya me voy”… “Mara cariño, de camino a casa puedes dejar a la tía Marcela en la suya” … Miras con asombro y ojos desorbitados a la persona que dice esas palabras “de camino? Que entiendes tu por “de camino”? Si yo voy pa Cadiz y ella pa Burgos?” … “Si claro mami”… Mirada asesina, respiración agitada… “Coño con el de camino! Mi madre se acuerda de donde vivo???” Llevas a la tía Marcela a las once de la noche a su casa… Si vas con tu marido, eres mujer muerta, por que la tía Marcela es TÚ tía Marcela, no la suya… Cuando se baje te espera comerte otro marrón gordo… Lidiar con tu contrario… Si vas sola sólo te ha caído el viajecito a casa de tía Marcela. Y cuando la dejas allí, pues te alegras de haberla llevado, aunque tus niños se hayan dormido en el coche y te vaya a costar un congo sacarles de allí. Para la siguiente vez, serás más lista, porque se te habrá borrado el grato recuerdo de satisfacción por haber llevado a la tía Marcela y directamente dirás, dirigiendote vilmente hacia tu hermana mayor: “Llevas tú a la tía Marcela verdad? Es que yo me marcho ya, que los niños están rotos!” En este caso, la mirada asesina se dirige hacia ti, pero… no llevas a la tia Marcela, no llevas a la tía Marcela, no llevas a la tía Marcelaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
2.- Te comes un marrón… Normalmente te lo comes por tu culpa… Primero te pasan la mano por el lomo… Tu te dejas como una gatita mimosona y cuando estás acurrucada tan a gustito… ZAS!!! Te lo endiñan!!! Vease… Ring, ring… “Si”… “Hola Mara!!! Que tal bonita!!! Estoy leyendo tu blog y es que me está encantado!!! Cómo escribes!!! Que cosas dices!!!” Ahí entra tu ego y vanidad y se ponen a bailar un merengue de Juan Luis Guerra… Tu te callas… Sigue, sigue… “Qué maravilla!!! Qué forma de expresar los sentimientos, de sintetizar, de resumir, de generar sensaciones, de contar vivencias”… El gozo.. El cielo… Lo estás tocando y entonces… “Tú te acuerdas de Mari Carmen Lorenzo que era profesora de tu hermana en el colegio?” “Siiii… Creo que me cuidó el comedor un año cuando tenía 8 o 9…” “Bueno, pues se jubila ya… Fijate, como pasa el tiempo… Y están pidiendo, nada, cuatro lineas sobre su persona a los alumnos… ¿Por qué no escribes algo tú?” “Yoooooooooo! Pero si no sé ni quien es????” “Hombreeeeeeee, no has dicho que te cuidó el comedor????” “Si joeeeeeee, a mi y a otros 750!!! Y además me obligaba a comerme las almrondigas, que eran asquerosas!!!! Era una carbonaaaa!!” “Vale. Perfecto. No puedo contar contigo para nada”… “Si hombre si… Pero que voy a decir?” “Bueno, pues ensalzas su figura, su espíritu docente, su dedicacion a la infancia” bla, bla, bla… Conclusión que te acabas de comer un marronazo de narices y vas a escribir, no sabes qué sobre no sabes quien en no sabes cuantas líneas… La siguiente vez, no dejaras a tu ego y soberbia bailar y cuando escuches: “Hola Mara!!! Que tal bonita!!! Estoy leyendo tu blog y es que me está encantado!!!”… Inmediatamente dirás… “Uyyyyyyy!!! Se acaba de romper los dientes el PLANETA contra la alfombra!!! Luego te llamo!!!” y con un poco de suerte se le olvidará el encomendado…
3.- Te metes voluntariamente en un marrón… Es el clásico… “Yo te ayudo!!!” Topati!!! Enterito… El marrón es tuyo y solo tuyo… y voluntariamente… Si dices “yo te ayudo a … poner la mesa”… Pones solo la mesa… “Yo te ayudo” es cocino, limpio, plancho, barro, paso la mopa, chupo la encimera, limpio los cristales, lavo los platos, friegas el water, repones el papel higiénico… En fin un “Yo te ayudo” tiene un peligro que te cagas colega!!!
4.- Te metes involuntariamente un marrón… Cualquier castigo a tus hijos en un momento de cabreo, puede implicar un marron para ti bestial… Vease… “Sabes lo que te digo!!! Que no vas a salir de tu cuarto en todo el díaaaaaaaaaa!!!” … Mu bien! Mu requetebién!!! Te has quedado a gusto? Pues que sepas, que te vas de quedar en casa enclaustrada e incrustrada, con un día soleado de narices fuera… Empiezas a mirar por la ventana… Seré imbécil??? Y ahora que hago todo el día en casa? Tengo que recular… Y empiezas a darle vueltas y más vueltas… “Si le digo que coja los deberes y los haga en el parque?” “No los va a hacer! Están todas sus amigas!!!” … “Si la dejo sola en casa? Uffff!!! Del rebote que tiene puede quemar la cocina!” … Y al final, tienes que claudicar y levantar el castigo… No impongas castigos que te castiguen!!! Lerrrrrrrdaaaaaaaa!!!!!!!!
Y expuesto lo cual, me declaro una absoluta palurda en el tema de los marrones. Me como un montón que no me corresponden, lo hago con una sonrisa de oreja a oreja, protesto poco o nada (“vale mamá, a ti si te protesto, pero ya sabes que donde hay confianza da asco”), de los involuntarios, ni me pronuncio!!! Soy la candidata perfecta para que me quiten la patria potestad de mis hijos… con lo cual tengo todas las papeletas para repetir el enmarronamiento sin pestañear…
No sé para que he escrito este post.
6 comentarios:
Jajaja, ¡Para desahogarte!
La próxima vez que lleves a la tía Marcela a casa me puedes dejar a mí en Estocolmo?
Jajajjaja
Besos.
Buena descripción de los marrones.
Creo que el que más y el que menos se ha comido alguno...Y marrón oscuro.
Buen post.
Si te consuela yo llevo una temporadita... de marrón en marrón y tiro porque me toca. Espero que la racha se calme y empiece la vida de color de rosa de nuevo. Necesito introducirme en el mundo del color ;)
Abrazo
Yo para este veranito me he apuntado a un máster de Brown Dispatcher, que yo ya en esta vida me he comido suficientes marrones y ahora me toca a mi repartir alguno.
Un besazo
mi especialidad son los marrones laborales... debe ser los 42, pero estoy desarrollando la habilidad del hombre fronton, al principio duele, luego te acostumbras y al final te gusta, como otras cosas. Ademas los enculadores o porculadores desarrollan una capacidad de agruparse asombrosa. Hay q ser duro con ellos, no hay q tener humanidad pq elllos nunca la tendran contigo.
ecdlc on the beach
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