¡¡¡Qué horror!!! Cuando sabes que hay personas cercanas y queridas esperando un post, no sabes ni como empezarlo… Lo mejor es empezarlo por el principio. Pues si, así sucedieron los hechos…
Domingo 17 de febrero, 21.00 horas…
Ring, ring…
“Hola mami!”
“Hola Mara, ¿qué tal hija?”
“Bien mami… ¿y tú?”
“Pues bien… El sábado tengo un encuentro con todos los primos de Plasencia en Salamanca”
“En Salamanca??? Y por qué allí?”
“No sé, porque lo han organizado allí!”
“¡¡¡Qué bien mami!! ¡¡Qué apetecible!!!”
“Si, claro, pero mis hermanos van con sus mujeres, todo el mundo va a compañado y yo tengo que ir sola… Tengo cinco hijos y tengo que ir sola…”
“Mami, voy contigo!”
“… porque todos tenéis una vida taaaan ocupada…”
“Mami, voy contigo!!!”
“… no podéis organizaros, si yo lo entiendo, pero claro… me da tanta pena tener que ir sola!”
“Mamá, que voy el sábado contigoooooo!!!”
Veo al AVIADOR mirarme escéptico. Le sonrío y levanto los hombros…
“Si??? Gracias hija, de verdad, no sabes como te lo agradezco. Sabía yo a quien tenía que llamar!!! Vamos en tu coche, si te parece, yo te lleno el tanque de gasolina, y vamos las dos charlando tan tranquilas y riéndonos!”
“Claro que si mamita, no te preocupes. Las dos tan a gusto”…
Esa noche y por la mañana recibí cuatro mensajes, uno por hermano, del tipo: “¡¡¡Cómo puntuas con la jefa eh?” “Hija Mara, qué bien que acompañes a mamá, a mi me viene fatal”… Según se fue acercando el sábado, no se porqué, cada vez me apetecía más el encuentro extremeño…
A lo largo de toda la semana, mi madre se encargó, con llamadas y mensajes, de recordarme que el sábado tenía un viajecito que darme con ella… ¡¡¡Como para olvidarlo!!!
El sábado 23 de febrero a las 10 de la mañana, recogí a “jefatura” en su casa… No hacía frio… nooooooooo!!! Lo siguiente!!! La verdad es que las dos fuimos tan contentas y riéndonos. Me había grabado un CD de marchón y no lo puse… La nevada a la altura del túnel de Guadarrama era la pera… El termómetro del coche marcaba -6… Creo que nunca había visto una temperatura tan baja en mi coche.
Llegamos a Salamanca y el frío era tremendo. Entramos en una cafetería a tomar algo calentito antes de ir a la misa de 1. Allí nos encontramos a las primeras primas de mi madre.
Es genial encontrarse con esos familiares que sólo ves en BBC (bodas, bautizos y comuniones)… Todos te recuerdan de pequeña y te cuentan anécdotas de las cosas que hacías cuando eras un auténtico trasto. Y por supuesto, te ven más alta, más delgada, más guapa y sacan el parecido correspondiente con padre, madre, abuela, hermano…
Estaban casi todos los primos de mi madre, y por los fallecidos, sus hijos desde Madrid, se habían acercado a Salamanca para ver a la familia. Un auténtico detallazo.
Por supuesto, estaban los dos hermanos de mi madre… Tan distintos el uno del otro, tan maravillosos cada uno en su forma de ser y tratarme. Y los dos cariñosos y cercanos como siempre. Como si la última vez que nos hubiésemos visto fuera ayer…
Me sorprendió que Miguel Angel, el hijo de una prima (considerada por mi madre como algo más que una prima, y que su fallecimiento llenó a mamá de tristeza durante bastante tiempo) al verme me dijera: “Hombre, al fin te pongo cara, porque hasta ahora solo te ponía piernas! Te leo desde el principio, porque cuando arrancó el blog, fue la época que mi madre estaba malita… ¿Has ido ya Zumba? ¿Por qué te gusta Bisbal? ¿Me enseñas una foto de la ESTRELLA y el PLANETA? ¿Me dejas ver al AVIADOR? No sabes que curiosidad tenía en ponerte cara!!!” Efectivamente, los hijos de los primos de tu madre son una familia muy lejana, pero a la vez, es entrañable y tan cercana… ¡¡¡Son familia!!!
Mi tía “protestaba”… “¡¡¡Ya verás tu tío, está quince minutos hablando con su primo y ahora se va a pasar tres días con deje en extremeño!!!” El acento era genial. Me recordaba taaaaaaaaanto a mi infancia, a mi abuela, a gente entrañable y muuuuuy querida…
Durante la comida, entre risas y nostalgia estuvimos recordando a los que no habían podido venir, y sobre todo, a los que nos habían dejado… Al final de la comida, el hermano mayor de mi madre, genio y figura hasta la sepultura, se levantó y dijo unas palabras, que yo resumo de la siguiente manera:
Lo que hubo en aquel encuentro extremeño me conmovió porque encontré a una serie de personas, vinculadas de forma sanguinea, que vivieron una época maravillosa, en cuanto a alegría, inocencia y buenos sentimientos, unos veraneos inolvidables que les llevó de la infancia a la adolescencia rodeados de personas queridas, que durante su madurez se han respetado con una admiración inmensa por la persona y no por lo que consiguieran ser cada uno en el ámbito profesional y que después de tantos años se siguen queriendo por quienes son y no por lo que han obtenido en sus vidas. Allí todos eran iguales con independencia de su lugar de residencia. Allí no había celos, resquemores, malos gestos o resentimientos…
En aquel encuentro yo encontré una comida de amigos, muy amigos, que resulta que, casualmente, también eran primos.
Gracias a todos por el afecto y cariño que me demostrasteis… Alguno confesó que llevaba décadas sin verme!!!
Gracias Pepe… Espero que hayas recuperado la voz.
Gracias mami, por brindarme la oportunidad de pasar un día contigo estupendo, por llamarme para, sin querer, pedirme que fuera contigo, por la alegría que desbordaste todo el viaje, y por seguir siendo, como eres, tan madre en todo. Gracias mami. Te quiero
5 comentarios:
Ayyyyyy!!!!Las madres.
Todo lo que son encuentros familiares aunque sean por motivos tristes,al final siempre resultan muy agradables.
Buen post.
Oye, eres un cielo eh!!!
Tu madre debe estar encantada contigo.
Muy bien hecho.
Besos.
Las Madres son (somos) así. No escuchamos.. solo hablamos....
Un besazo
Madre no hay más que una...
Besos, feliz día, y feliz finde.
Era una llamada con doble sentido, ya sabía ella que ibas a aceptar, por eso te llamó. ¡Mejor así!
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