LA SENCILLEZ

Siempre comento que me flipan las personas con sentido del humor. Me encanta que me sigan, que se rían a carcajadas, que sean capaces de bromear aún con las cosas que les causan dolor, tristeza o pena. No podría vivir con una persona triste, taimada, cariacontencida, aburrida o excesivamente seria. No podría… Mis amigas son las personas con más sentido del humor del mundo, por eso me han acogido bien en sus maravillosos mundos…

Siempre digo que me alucinan los ojos azules. Es algo que me pierde desde muy pequeña. Debe ser que como los míos son color “cacafudelachipopó”, cuando veo unos azules me deshago directamente… Además, normalmente, si miras de cerca, muy cerquita unos ojos azules te darás cuenta de que tienen pintas o motitas blancas, amarillas, verdes, moraditas, grises… Ufff!!! Los ojos azules son alucinantes… Me muero…

Siempre he confesado mi pasión por la música… Me encanta escuchar música… Cualquier tipo de música. Hay música para cada momento. Y si cierras los ojos y escuchas las letras, flipas!!! Te puedes ver reflejada en sentimientos, vivencias, sensaciones y situaciones que los compositores describen y que parece que viven tu vida, que te conocen, que te la dedican, que saben el momento por el que estás pasando y te quieren hacer una caricia, un mimo… La música es bestial. No podría vivir sin música.

Nunca he confesado que me pierde la SENCILLEZ de las personas.

¿Qué es la SENCILLEZ?

Ser sencillo no es saber estar con los tuyos, con los de tu misma clase. Es saber estar con cualquier persona sin que ella note si eres superior o inferior socialmente.

Ser sencillo no es carencia de dinero. Es tener y que no lo parezca.

Ser sencillo no es esperar a que nos pidan las cosas. Es ofrecerse a hacer lo que sea, sin que la otra persona tenga que “rebajarse” a solicitarlo.

Ser sencillo no es no tener trabajo. Es triunfar profesionalmente y no fardar de ello a todo el mundo.

Ser sencillo no es tener un montón de amigos recientes. Es tener a los de siempre, con independencia de cómo les haya ido en la vida.

Ser sencillo no es comer arroz frío en plato de plástico. Es ir a restaurantes caros o comer caliente y que nadie lo sepa.

Ser sencillo no es parecer ignorante. Es no querer dejar al ignorante como lo que es, y por tanto, no desdecirle en público, cuando está manifiestamente confundido.

Ser sencillo no es ser básico y simple. Es no esconder nada, porque no tienes dobleces.

Ser sencillo no es disimular los posibles “defectos” vitales que van surgiendo. Es aceptarlos, contarlos e incluso reirse de ellos.

La SENCILLEZ es cercanía a los demás. La SENCILLEZ es normalidad y cordura ante las distintas situaciones de la vida.  La SENCILLEZ es no sentir vergüenza cuando las cosas no salen como esperábamos. La SENCILLEZ es no sentirse superior por llevar un apellido determinado. La SENCILLEZ es saber tratar a todo el mundo como lo que son, personas del mundo. La SENCILLEZ es cariño por el prójimo, por muy lejano que nos sea ese prójimo. La SENCILLEZ es mirar de frente, cara a cara y a los ojos a las personas, y no por encima del hombro y de forma altiva y soberbia. La SENCILLEZ es darse a los demás, sin sentirse vendido. La SENCILLEZ es saber hacerse respetar, sin tener que pegar un puñetazo encima de la mesa. La SENCILLEZ es llegar a un sitio desconocido y hacerse con la gente en dos minutos.

Y mi post de hoy es para ti, que eres la SENCILLEZ personificada, que me das unas lecciones diarias alucinantes de cómo tratar a los demás, que me transmites muchísima paz y seguridad en tus movimientos, que me demuestras ilusión por cosas tan pequeñas siendo tan grande como eres, que haces que me mire y me sienta diminuta a tu lado, que eres un ejemplo de fortaleza y paciencia, que no te das importancia nunca ante las cosas que consigues o has conseguido y que me haces sentir absolutamente afortunada por tenerte, por poder confiar en ti y por disfrutarte.

Eres una persona SENCILLAMENTE maravillosa e irrepetible.