Me considero “profesional” de pocas cosas en esta vida, pero si de algo lo soy es de viajar, y más que de viajar, lo soy de moverme por los aviones y por los aeropuertos, sean del idioma que sean, con muchísima soltura y lo que es más importante, sin tener ningún problema de ninguna índole.
Por eso hoy me lanzo, y no creo que me lance mucho más, a dar consejos prácticos para que las visitas en los aeropuertos sean lo más eficaces posibles, de forma que nadie te encuentre las cosquillas y que tú campes a tus anchas, y para que el viaje en el avión sea lo más satisfactorio posible.
Requisitos del viaje: Para que yo un viaje lo considere la requetepanocha tiene que tener tres cosas:
- Tiene buenísima pinta si cojo un avión para llegar a mi destino...
- Es la leche, si cambio de idioma al llegar allí…
- Y es la peralimonera, si cambio de moneda… Bueno, si cambio de moneda… ¡¡¡doy saltitos de alegría durante unos cuantos meses antes de hacerlo!!!
La vestimenta para volar: Dado que estamos en “Código Rojo” y todo pita, suena y es peligroso, lo mejor es ir con un pantalón vaquero (sin tachuelas claro!) y con zapato plano. Yo aconsejo las Converse, porque son de las poquitas zapatillas de deporte que no tienen clavos y que, como ya se lo saben los de las aduanas, no te obligan a quitártelas. Me parece una auténtica cerdada el tema chancla o sandalia en el avión… Pero cerrrrrrdo, cerrrrrrrrdo, cerrrrrrrdo!!! Con independencia de que si te “atropella” un pie el carrito de la azafata, flipas colega!!! Y, descartados absolutamente para volar, los tacones… Entiendo que hay que ser coqueta, pero desde luego, en una evacuación de “salvesequienpueda” nadie va a mirar quien es la que mejor se tira por la rampa y la que corre más ágilmente por la pista, por lo tanto, zapatilla de deporte o bailarina plana cómoda… Siempre! Yo no vuelo, nunca, con cinturón. Procuro ponerme ese día un pantaca que no pierda. Y siempre, siempre, siempre, llevo un jersey, con independencia del destino y del lugar de salida. Dentro del avión nos “criogenizan” y acabamos todos acatarrados después de unas cuantas horas de estar a 18 grados más o menos.
La bolsa de mano: No soy partidaria de llevar maletón de mano, en primer lugar porque no pasa por los escaners, y en segundo lugar porque moverse con una bolsa muerta colgada del hombro por el aeropuerto es un auténtico coñazo y acabas con el brazo dormido. Yo llevo, normalmente, una bandolera enorrrrrrrme, donde meto todo lo que voy a necesitar, y esto suele ser, por este orden: el pasaporte (si es pais de pasaporte claro!), el billete de avión y los petrodólares del país de destino (llamados en mi casa pichirulos)… Todo lo demás que metas es absolutamente secundario, pero dependiendo de las horas que vayas a estar en el avión puedes meter el Ipad o el E-book, y si vas con niños por supuesto, las Nintendos (con pilas, es decir, a tope guays de bateria… esto hay que ponerlo a cargar la noche anterior papis!!!) y un estuche con plastidecores, rotus y lápices de colores, y un par de blocks para colorear. Punto. Pelota. Nada más.
En el aeropuerto, una vez pasado el Control de Pasaportes puedes comprarte un periódico o una revista para amenizar el viaje, sabiendo que en tu asiento del avión suele haber una revista, que es una mierda, pero que en un vuelo largo, como en la guerra, “cualquier agujero es trinchera”, y te puedes leer hasta las “Cántigas de Nuestra Señora” de Gonzalo de Berceo… ¡¡¡qué nooooooo!!! Qué eran de Alfonso X el Sabio… estoy de broma!!!. De Gonzalo de Berceo son “Los Milagros de Nuestra Señora”, y por supuesto, también te los puedes llegar a leer en las horas muertas de un avión…
En el neceser: Si facturas maleta mete todo lo que quieras, pero si no facturas porque llevas una maleta pequeña, significa que no vas a estar mucho fuera, por lo tanto has de evitar cremas, champús, geles y por supuesto, los líquidos… Todos hemos llorado alguna vez al tener que dejar nuestra maravillosa colonia o perfume a la pedorra del control… Para dos o tres días estaría bien conformarte con lo que te den en el hotel… Y por descontado ojito con las armas punzantes, vease, cuchillas de afeitar, tijeritas o limas de acero, porque dependiendo de las necesidades del hogar del “controlador de maletas” también te lo pueden requisar.
Hace no mucho, al AVIADOR, cuando iba en funciones aéreas, vestido de bonito y todo, pasando un control para subir al avión y traerlo a casa, la persona del control de maletas le “interceptó” su peligroso cortaúñas, y él intentaba explicarle que teniendo un hacha en la cabina y los mandos del avión en sus manos, era un poco absurdo que intentase matar al comandante a base de soltar “picotazos” super-peligrosos con su cortaúñas… Dio igual. Se lo quitaron.
Las meadas: Si vas con niños has de intentar que hagan sus necesidades en casa… Por supuesto en el aeropuerto español, gracias a Dios, los W.C. suelen estar bastante limpitos, siempre y cuando no llegues y justo en ese mismo instante te encuentres la mopa y la fregona cruzada en la puerta, con el correspondiente cartelito amarillo que te dice: “Háztelo encima bonita, porque yo estoy limpiando”. Dentro del avión es una cochinada, pero si no queda otro remedio, es mejor que lo hagas al principio del vuelo, porque al final aquello es intransitable… Puaj colega!!!
Pero ten por seguro que tus cachorros tal cual salgan por la pasarela que une el avión con la tierra firme del lugar de destino se giraran con cara compungida, te mirarán y dirán: “Mami, ¡me cago!” Y allí dejarán su aportación para la posteridad, en el water de cualquier aeropuerto de cualquier país…
En el interior del avión: Hay una premisa que debes tener clara: todo, todo, todo, absolutamente todo, lo que metas en la “redecilla” que sostiene las instrucciones del avión, la revista patrocinadora de la compañía aérea, el menú repugnante que te puedes comprar para mal-jalar y la bolsa de potar, te lo vas a olvidar. ¡Fijo! El “Hola”, el E-book, las gafas de sol, cualquier cosa que dejes ahí de manera provisional para “luego lo meto en el bolso” ahí se quedará. ¿Por qué? Porque no sé si todo el mundo tiene “avionparadofobia”, pero tal cual la peña siente que ponen el freno de mano, se levanta, empieza a moverse, a correr, suben y bajan maletas, se ponen el abrigo, invaden el pasillo, se empiezan a poner nerviosos por salir los primeros, como si hubiera un incendio, y es un nerviosismo contagioso, porque hacen que tú también te levantes y te pires con lo puesto, dejando atrás todo lo que has estado expandiendo a lo largo del vuelo. Con un poquito de paciencia puedes incluso encontrar un botín estupendo en el asiendo del de al lado.
Por hoy, nada más, seguro que tal cual le dé a “publicar”, se me ocurren un montón de consejitos más… ¿Dudas?
9 comentarios:
Gracias por los consejos.
Se nota que dominas el tema.
Recomiéndame, si lo sabes, una compañía aérea o varias que sin tener que pagar business tengan los asientos lo suficientemente separados para que una persona alta no tenga que ir con las rodillas clavadas en el respaldo del asiento de delante.
Gracias.
Toro, las compañias que mas se preocupan del espacio en la cabina de turista son las del Golfo: Qatar, Emirates, Etihad, en general las del golfo persico, y por supuesto, desde BCN las asiaticas... Eso si, tus dos metros de estatura no son fáciles de acoplar en ningun sitio. Un beso
Comparto al 100% tus 3 premisas del viaje (avión, pasaporte, moneda).
Y como los aeropuertos son la puerta a las vacaciones, a ver a gente querida, o en definitiva a pasarlo bien se nos olvidan los pequeños "dramas" del mundo aeroportuario que odio y paso a enumerar:
* Facturar. Y no por el hecho en sí de hacerlo sino por el pánico y trastorno que supone que te pierdan la maleta. Te despides de ella con lágrimas en los ojos y piensas mientras la ves desparecer por detrás del mostrador: Adiós bonita, nos vemos pronto, ojalá no acabes en Reikiavik. A mi no me ha pasado nunca, pero recuerdo una vez a mi pobre hermana en Palma de Mallorca, en una importante convención de empresa, sin maleta. Yendo corriendo al Corte Inglés comprarse un traje a toda prisa y explicándole a la dependienta de turno que como no se lo arreglara en dos horas iba a ser el centro de atención de la fiesta que tenía lugar esa noche, y no por su vestido estupendo sino por aparecer en vaqueros y zapas entre chaneles varios. Resumiendo, que cuando ves aparecer tu maleta en la cinta trasportadora en el aeropuerto de destino sientes algo parecido a lo que sentía Sor Lucía en Cova de Iría.
* La comida de los vuelos. O lo que es lo mismo, en un 90% de los casos te va a tocar de menú lasagna, carne a la jardinera y una esponja marrón reseca que tienen el valor de llamar brownie, porque hay que tener valor para llamar a eso brownie (Del circo que montas cuando expandes el menaje y de como te mete el codo en la boca el pasajero de al lado cuando se unta la mantequilla en el bollito de pan, hablamos otro día).
* Qué bonitos son los aeropuertos! Cuántos Pritzker se matan por diseñar uno! Pero coño, a los calatravas y fosters de turno no se les ocurre poner sillas, yo creo que hay una media de una silla por cada 350 viajeros, asi que las salas de espera delante de las colas de embarque se convierten en un inmenso juego de las sillas musicales en el que como se te ocurra levantarte estás perdido. Yo he visto a gente orinar en el recipiente vacío del café del starbucks con tal de no levantarse y perder la silla...
* Y por último, los que fumamos la cruz de no poder hacerlo. Te fumas 4 de una sentada uno tras otro en la parada de taxis exterior para compensar las pertinentes horas que te vas a tirar sin fumar, pero claro, no compensa, acabas con la garganta como Mila Ximénez. De los "zulos" para fumadores ni hablamos, estuve en uno en Doha cuyas paredes tenían más estratos de nicotina que el yacimiento de Atapuerca. Sólo diré una cosa amigos fumadores, si además sois aventureros, colaros en la azotea del aeropuerto de Gran Canaria sin que os vean los seguratas y podréis echar un pitillito.
Vaya rollo he soltado, no?...este es un aviso para el pasajero Sr. Contini, embarque urgentemente por la puerta número 4!
Hola nena!
Pues sí, de acuerdo en todo, menos en ....los vaqueros... para mí lo más comodo es un vestido; el vaquero me aprieta demasiado y además con los gases del avión, después no se puede abrochar...
Que, por cierto, siempre paso por Madrid y el otro día me gustó mucho El Prat, sobre todo, el cubiculo ese al aire libre que tiene en el centro.
Besos!
Déjate de rollos…........Lo mas importante para volar es llevar tarjeta de embarque y si no la llevas,no vuelas.
Es "bromita" me tomo nota de todo para mis futuros viajes.
Queridisimo Uri... Lo de Sor Lucia en Cova de Iria me ha hecho carcajear absolutamente, aunque la voz de Mila Ximenez no se ha quedado atrás.
Hay que agradecer que hayan quitado los cubículos de fumadores, porque de allí, directamente te llevaban al hospital a ponerte la quimio... Eran repugnantes... y del tema de la comida... Bua... Hay páginas en Facebook en contra de lo que ponen en los aviones, con "bautizos" de los platos que te partes... Aunque no te partes tanto como yo leyendo tu minipost aeropuertario... Un beso campeón... Me ha encantado!
Lady: en el avión no hay que desbrocharse nada, ni el pantalón ni los zapatos, porque el cuerpo se da de sí y luego es imposible volverlos a meter donde entraron unas horas antes.
16: Efectivamente la tarjeta de embarque hay que sacarla, pero más importante todavía es tener la pasta para poder pagarla.
Un beso a los tres...
Igual me animo y hago un viaje saltaelcharco para seguir esos consejos divertidos y prácticos.
Gracias.
Beoss.
Que gran verdad lo de un país donde haya que cambiar de moneda...
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