lunes, 28 de octubre de 2013

EL (IN)CIVISMO DE UNA BUFANDA

El civismo es hacer las cosas bien dentro de la sociedad… Eres cívico cuando respetas las señales de tráfico, conoces las normas de educación básicas, comes sin agredir con lo que hay en el interior de tu boca la retina del que está sentado enfrente, no insultas al prójimo bajando la ventanilla, berreando como una perra y echando espumarajos por la boca al volante, dejas salir antes de entrar en el metro, das los buenos días a tus compañeros de trabajo, no tiras colillas en el monte y apagas bien las barbacoas, no te cuelas con el carro lleno en Carrefour, ayudas a una viejecita a cruzar la calle …

Es verdad que hay momentos en que, no se sabe bien porqué, se nos olvida lo que es el civismo y lo que es ser cívico… Algo nos posee en nuestro interior más interior y zas! hacemos una barbaridad de narices…

El que esté libre de pecado que tire la primera piedra!!! Yo soy incapaz de hacerlo… Bien es verdad que rectificar es de sabios y que la buena fe, aunque tardía, suele estar premiada.

No creo en el castigo al malvado, la asquerosa frase de “a todo cerdo le llega su San Martín” no me gusta (aunque es verdad que en ocasiones le llega)… Pero si creo en la recompensa a las buenas personas y a las buenas acciones. Que no siempre es inmediata pero… llega… Y que conste que no estoy diciendo que yo lo sea, pero el otro día me pasó algo curioso… (¡¡qué raro!!!)

Voy a ver un partido de futbol. Aparco cerca de casa de F50… Llevaba la música alta. Había dado mil seiscientas cincuenta y siete vueltas alrededor de tres o cuatro manzanas, todas iguales de cuadradas y de coñazos… Hubiera dado mi reino (ese que no tengo) por un mando a distancia que me permitiera convertir mi coche en un yoyó, metérmelo en el bolsillo y subírmelo a la casa correspondiente…

Uffff!!! Aburriíta me tenía el tema del parking… Cuando de pronto… “¡¡¡Un sitiooooooo!!! ¡¡¡Un sitioooooooo!!! ¡¡¡Un sitioooooooooooo!!!” (Esto lo grité como el niño de: “Un paloooooo!!! Un paloooooo!!! Un palooooooo!!!”)

Me lanzo en picado como Tarzán a salvar a Jane… Sale el coche que estaba aparcado y que yo he visto por las luces de marcha atrás… Sale rapidito…

Resulta que el coche que estaba al lado del hueco o era muy largo, o había aparcado a dos metros del bordillo en batería, o las dos cosas, y como la calle era de una sola dirección tuve que hacer más maniobras que el Octubre Rojo para poder meter el coche… Adelante, atrás, rebuzno, adelante, atrás, suspiro, adelante, sudorcillo en la frente, atrás…

En el último momento oí un “estruendillo”, quité la música, me paré en seco, pero claro, con el coche parado ya no se oía nada y yo tiré pa´lante…

Aparco y me voy hacia la casa… De pronto me freno a mi misma… “Le he dado?” me pregunto extrañada… Miro de lejos a mi coche y al aparente coche herido… No se ve nada. Achino los ojos (no soy miope pero lo de achinar los ojos me mola!!!) No se ve nada de nada. No hay ni mierda de luz… “Le habré dado?” … Me vuelvo pa´tras caminando…
 
 “¡¡¡COÑOOOOO!!!”
 
Un raspón gris azulado de la pera en el otro coche a la altura de la rueda hasta su maletero!!! “Coño!!! Coño!!! Coño!!!! ¿Yo he hecho eso?” Miro mi coche. Veo que a la altura de la rueda tiene raspones, también grisáceos, pero yo juraría que ya los tenía de la última vez que me besó cariñosamente la columna de mi garaje…
 
Vuelvo a mirar al otro coche… “Joder!!! Cómo le he hecho esto!!!” Vuelvo a mirar el mío… “He sido yo seguro?” Toco el otro coche con un dedo… Me pongo el dedo pingando y pringadísimo en un periquete y dejo una huella de narices… Es reciente… y lo peor es que tras mi tocada, se ve claramente que alguien ha tocado para comprobar el embolao…
 
Toco el mío… Saco la justa mierdecilla que tiene cualquier coche de tía “quehacequenoselavanitecuentoeltiempo”… El problema es que he tocado las dos veces con el mismo dedo y no puedo comparar… Me limpio el dedo en mi maravillosa bufanda morada… Volvemos a empezar… “Me estoy perdiendo el partidooooooooo!!!”
 
Toco el coche rrande del otro… Claramente tiene más mierda que el palo de un gallinero, me meto en mi coche para calibrar la mierda que mi dedo, encendiendo la lucecita correspondiente… El grosor… El espesor… El color… Todo menos el sabor!!!
 
Me limpio otra vez en mi maravillosa bufanda… Salgo de mi coche y toco mi sucio lateral… Vuelvo a entrar en mi coche y enciendo la luz de dentro para hacer una cata de la ñorda del dedo…
 
“No sé, no sé”… dudo un pelín… Yo creo que no le he dado pero…
 
“GOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL!!!”
 
“Coñooooooo me lo estoy perdiendoooooooooo!!!!!!!!!”
 
Me bajo… Definitivamente, no le he dado… Vamossssss ni de coña!!! Me voy andando rapidito a la casa… Hasta aquí mi conducta cívica… He creido que te golpeado a otro coche y me he parado a mirar si he sido yo… Pero…
 
Upssssss!!! Paro en seco!!! Mis huellas… He dejado dos dedazos esparcidos por el lateral del coche agredido… Yo no le he pegado la toña, pero… he dejado la huella de mi comprobación!!! Me he condenado a mi misma… Vendrá el CSI con el Horatius ese que me cae de culo… Un listo el tío!!! Y acabaran deteniéndome…
 
Vuelvo pa´tras… “¿Y ahora qué si yo no he sido? ¿Qué hago? ¿A qué coño he vuelto?”… De pronto se me enciende una lucecita en el cerebro… KLING!!!!
 
Cojo mi maravillosa bufanda morada y… Fras, fras, fras, fras!!! Así limpiaba asi, asi… Si, si, si… Lo hiceeee… Si, si, si… Limpié mis huellas del cuerpo del delito… Me giro a mi coche. Cojo la bufanda y …. Fras, fras, fras, fras, fras… Así limpiaba que yo la vi… Lo hice… Lo confieso es la conducta más incívica que he tenido en los días de mi vida… (¡La bufanda morada a la basura directamente!)
 
Me subo a ver el partido… Van por el minuto 25 del primer tiempo… “Joder lo que me ha pasado!” Y lo cuento… Reírse de mi es poco… Poquísimo!!! No puedo del cargo de conciencia… Soy consciente de mi conducta incívica… Run,run,run,run… Venga de pensar… “Hala lo que hechooooo!!!”
 
Acaba el primer tiempo… “Mira voy a bajar a mirar … ¿Me acompañas? Si me he pasado, pongo un papelito de que le he pegado una toña…” Yo me acerco al golpe… y oigo “¡¡¡Mara mira!!!”… Sostenía un papelito en la mano que había cogido del limpiaparabrisas del coche estazado, que decía así…
 
“HOLA! HE VISTO QUIEN TE HA DADO EL GOLPE DEL LATERAL IZQUIERDO…
 
Casi potoooooooo del sustooooooooooo!!! Se me paró el corazón!!! “Dios Míoooooooooo y me han vistooooooooo!!! Que vergüenzaaaaaaaaaaaa!!! Y lo he limpiaoooooooooo!!!”
 
“HA SIDO UN HYUNDAI AZUL CIELO CON MATRÍCULA XXX-HJK”
 
“No soy yoooooooooooooooooooo!!! Yujuuuuuu!!! Yo soy un Audi Grisssssssssssssssssss!!!!!!!!” Casi potooooooooooooooo de la alegríaaaaaaaaaa!!!!
 
Volví a dejar el papelito en su sitio… Dude si poner “Yo también lo he visto!!!” pero no lo hice… Fui buena…
 
Mi conducta cívica, aunque tardía, fue claramente recompensada… El segundo tiempo lo vi guays…

martes, 22 de octubre de 2013

EL GOLPE (II)

Llegué a La Paz totalmente acelerada. Tenía entre mis manos el TAC que determinaría si había que abrirle la cabeza o se iba a librar… El AVIADOR estaba en una cama con un camisón de esos tan sexys del hospital.

“¿Cómo estás? ¿Has descansado algo?” “Joder Mara, esto ha sido un circo toda la noche… A las 5.30 llegaron los Cazafantasmas, llenos de luces de colores, con el tío de la camilla de la esquina y no sabes el ruido que metieron y los alaridos que daba el pollo. Menos mal que me trajiste los tapones…”

Al lado del AVIADOR había una abuelita regordeta y sonriente con una mascarilla que echaba humo como una chimenea. Había llegado ahogándose a las 6.30 de la mañana y tenía puestos aerosoles. Su respiración era agitada. Blasa. Se llamaba Blasa o así la habían llamado las enfermeras. Yo decidí que con esa mirada tan dulce tenía que ser Blasi.

Enfrente del AVIADOR, sentados en una silla en mitad de la sala, había dos chicos jóvenes, bien vestidos, con buena pinta, uno sin gotero y sin nada, el otro tenía cogida una vía, pero no le habían enchufado a nada…

“Estos se habrán cogido un pedo de colores esta noche y están aquí en recuperación con vitamina B12”… “Qué va!!! Al de la izquierda le han dado el alta a las 6.30, pero no se quiere ir…”

Me giro a mirarle. La verdad es que estaba limpito, espabilado y en los pies llevaba unas zapatillas de la marca VANS, que cuestan entre 60 y 100 €… “Jesús!!!” le decía la médico… “Te tienes que ir a casa!!”“No me puedo ir a casa. Soy una mala persona y no me puedo ir” … Joder!!! Me giré al AVIADOR con los ojos como platos… “Si… Creo que está un poco zumbado”

Enfrente había uno que … no sé definirlo… luchaba… Tenía 6-3 de tensión… Vamos… que la máquina pitaba muchísimo y el pobre tenía una pinta malísima…

Oí que Blasi decía algo y corrí la cortina: “Buenos días Blasi… Necesita algo?” Me miró con sorpresa… De la máscara seguía saliendo humo. “Me puede incorporar un poco la cama por favor” “Claro que sí” … Mientras le incorporaba la cama, le pregunté: “¿Cómo se encuentra?” “Mejor… Estoy mejor… Me van a llevar a Canto Blanco, que está al lado de la residencia. Vivo con mi marido en una residencia preciosa y somos allí muy felices.” Claramente Blasi tenía ganas de hablar. “Mi marido ha venido esta mañana. No tenemos hijos. Solo nos tenemos el uno al otro. Llevamos 53 años casados”“Madre mía, Blasi… Qué suerte!!!”“No sabes que tierno” me decía el AVIADOR… “El marido se ha puesto a llorar cuando se despedía de ella, “te quiero mucho Blasi” le decía… Ha sido precioso”

“Perdone, tiene que abandonar la sala, vamos a cambiar a la señora de enfrente” … Me marcho a la sala de espera. Abro mi libro y empiezo a leer… Llegan dos íntimos amigos. Ella es médico y su primo es el jefe de maxi (como dicen ellos) en La Paz, pero no estaba de guardia. Ella había hecho las llamadas correspondientes… “Familiares del AVIADOR, pasen a la Sala 2B”  se oye por un altavoz.

Vino conmigo, saludó al maxilofacial de guardia y se identificó… El maxi, tras toquetear la cara del AVIADOR, se llevó el CD con el TAC. Salimos un ratito a la calle y volvimos a entrar. El maxi nos confirmó que las fracturas eran limpias y que no veía la necesidad de operar… de momento…

“Hay que esperar a que baje la inflamación de la sien para valorar si operamos o no… pero yo no creo que haya que intervenir”“Ufff menos mal”“Ya te he autorizado para que te quedes aquí, en la sala de los box, todo lo que quieras” “Gracias… La sala de espera es durísima” … Cuando el maxi se iba me acerqué a él… “Entonces ¿esto que se ha roto se va a soldar solito?” “Si, en principio si” … “Y cuánto tardará en soldarse?” “Pues un mes de baja no te lo quita nadie” … “Sólooooooooo!!!???… Es que es AVIADOR!!!” … “Pues entonces quizá dos meses. En cualquier caso, para descartar la operación definitivamente, hasta que no os vea el maxi en la consulta, sin la inflamación de la sien, nada… Y aquí tampoco os podéis quedar… Le vamos a dar el alta” … “Oyeeee!!! A mi no me mandéis eso a casa asíiii!!! A ver si le va a dar un derrame, un perreque o una embolia, que tiene un porrazo bestial en la cabeza!!!” “Eso le puede pasar sin golpe también” “Ya pero con golpe tiene más probabilidades no?” “No tranquila… No tiene ningún daño interno de ningún tipo”

Vuelvo a entrar a la sala de box… “Te dan el alta… Qué bien!” le digo, sin ninguna ilusión… Si le pasa algo y además están delante los niños, vengo aquí y asesino al maxi… “Qué bien, no le van a operar!!!” dice Blasi… “Pues si…” le cojo la mano… “Como está Blasi? Cómo se encuentra?” “Mejor… Estoy mejor… Ustedes son de Madrid?” “Si, los dos” “Yo no… Yo soy extremeña de Cáceres” “Uy como mi abuela… Era de Plasencia!!!” “Yo de Jarandilla” “¡¡¡Qué bonito Blasi!!!! Es una zona preciosa” “Si y mi marido es andaluz”… Hay personas que tienen la bondad y la ternura reflejada en la cara y Blasi la tenía. Era apuchuchable. Educada. Tierna. Sonriente. Más rica!!! Yo seguía tomando su mano… La tenía fría… “¿Tiene frío Blasi?” “Un poco” “¿Pido una manta?” “No gracias! Pero si quiero agua…”

Me acerqué a la enfermera… “Perdón … Blasi quiere agua” “No sé si puede tomar algo… Ahora lo miro y se la llevo”

“Jesús!!! Te tienes que ir a casa” … decía la médico dos horas después de la última vez que yo lo había escuchado… “Que no puedo… No me puedo ir a mi casa, soy una mala persona y no me puedo ir” “Tranquilo tío” le decía el de al lado “de aquí no nos movemos”… Este también tenía el alta desde hacía un rato y tampoco se iba…

A las 13.00 trajeron las comidas… Sopa sin sal, pollo asado con patata hervida sin sal, pan sin sal, mandarinas (sin sal seguro)… Un aburrimiento de comida… El AVIADOR se moría de hambre…

Yo en mi bolso de Mary Poppins llevaba de todo, pero de todo, de todo… Unos cascos y ropa interior y un pijama y calcetines y unas zapatillas de estar en casa, y un libro y el Telva y Cleenex y el cepillo de dientes y la pasta y la maquinilla de afeitar y la espuma y un transistor y el cargador de los móviles y el iPad y por supuesto, un tupper con jamón y colines … El bocata que se hizo el AVIADOR no se lo saltaba un torero…

“Mira Mara, a estos dos les han dado de comer también, pero los cubiertos se los dan de plástico. Es para que no nos acuchillen”… Joder…

Después de una ortopantomografía, que es una radiografía enorme de toda la piñata, para ver si había fracturas por los dientes, nos dieron el alta.

A las 16.00 horas del sábado, con el AVIADOR disfrazado otra vez de ciclista, volvía a casa absolutamente aliviada, pero con más miedo que otra cosa. Ahora sólo queda soldar el hueso y ponerse a punto para volver a volar… qué no es poco!

Gracias en primer lugar, a mi madre y hermanos, por estar pendientes en todo momento tanto del AVIADOR como de mi. Mi familia detrás de cada sms que decía “cómo está el AVIADOR?” escribía otro que decía “Y tú? Necesitas algo? Vamos?” y esos SMS los recibí a las 3.00 y las 4.00 de la madrugada… Sois grandes… Muy grandes…

Gracias a mis amigos, si, a vosotros que me acompañasteis con llamadas y mensajes de “lo que necesites” desde las 22.00 horas, momento en que di la voz de alarma, hasta hoy mismo… y seguís haciéndolo…

Gracias a todos los que os habéis preocupado (y habéis rezado) tras la lectura del post anterior… Sé que impresiona mucho leerlo… Vivirlo es la leche…

Gracias a los médicos, enfermeras y personal de la Quirón y de la Paz, habéis sido unos profesionales absolutos, pero lo más significativo con diferencia es el trato cariñoso y cercano que dais a los que estamos allí sintiéndonos pequeñitos, desgraciados e indefensos… Transmitís mucha calma y tranquilidad…

Gracias AVIADOR: no has perdido la sonrisa, el sentido del humor, ni me has trasladado tus preocupaciones (yo a ti las mías creo que tampoco). Que sepas que te has portado como un mayor y que te has quejado poquísimo.

Y ahora… ¡¡¡a recuperarse!!!



domingo, 20 de octubre de 2013

EL GOLPE (I)

“Fractura orbitaria afectando a la pared lateral de la órbita izquierda (malar y ala mayor del esfenoides), suelo orbitario en el trayecto del nervio infraorbitario con hemoseno. Fractura de la pared anterior, lateral y posterior del seno maxilar izquierdo. Enfisema subcutaneo en la fosa temporal e infratemporal, hendidura orbitaria inferior con aire extraconal adyacente a la fractura de la pared lateral de la órbita que se extiende al párpado superior”.

Con esta conclusión del TAC craneal del AVIADOR poníamos rumbo a las 2:00 de la madrugada del viernes al sábado a La Paz, en una ambulancia, derivados desde la Quirón, porque allí no había ni maxilofacial ni oftalmólogo de urgencias.

Seis horas antes, a las 8.00 de la noche, mas o menos, el AVIADOR se había ido a montar en bici con dos amigos. Llevaba casco. Un bordillo que no vió, hizo que se fuera de bruces contra el suelo y parara el golpe con la zona izquierda de su cara. Quiero pensar que el casco amortiguó en algo el golpe, aunque no lo sé.

En su rostro se reflejaba el atontamiento del golpe. Se había partido, literalmente, la cara, aunque por fuera no tuviera ni un rasguño. No contestaba a mis preguntas: “Te mareas?” “Quieres vomitar?” “Me oyes?” “Que te notas?”… Sentado en una silla en urgencias de la Quirón se limitaba a mirarme fijamente… Yo no sabía si no me oía o es que me iba a asesinar… Pero sólo decía, muy bajito: “Que dolor!!! Me duele todo el lado izquierdo de la cara”

En mi cara se reflejaba el susto… El miedo a que el ojo se viera afectado. Lo tenía como una bola de billar, pero sin hematoma, sin derrame, sin moratón, sin nada… Inflamadísimo, pero nada más…

Creo que nunca he repetido tantas veces, con tanta fuerza y tanta Fe “Dios Mío, por favor, no”, “Dios Mío, por favor, no”, “Dios Mío, por favor, no”

Pánico a un derrame. Pánico a un coagulo. Pánico a algo que todavía no estuviese diagnosticado o que fuera tan interno que no se viera. Pánico a que se desplomase allí mismo esperando los resultados del TAC… Durante muchas horas sentí pánico a que su carrera profesional terminase, absurdamente, por culpa de un paseo en bicicleta.

Me hice amiga de un enfermero al que a cambio de su cargador del iPhone 5 le prometí matrimonio para mi siguiente vida.

La cara del médico de guardia era un poema… “Vamos a esperar a que baje el radiólogo a interpretar el TAC, pero tiene muchas fracturas y le ha entrado aire. Le vamos a derivar a otro hospital”… ¿Aire? ¿Dónde ha entrado aire? ¿Derivar? ¿En ambulancia?

Adeslas tardó media hora en decirnos a que hospital de la Seguridad Social nos derivaban… Media hora eterna… En un momento dado le cogí la mano y pensé que la siguiente radiografía me la harían a mi en mi segunda falange del dedo corazón. Apretaba fuerte, muy fuerte.

Al llegar a La Paz pasó a una sala donde había 15 camas o boxes. Toda la vida pagando un seguro médico privado y el día que te estoñas a lo bestia, te vas, como todos los mortales, a la sanidad pública, porque, en el fondo, es la mejor y más preparada para estas cosas.

Pasamos al oftalmólogo que, para nuestra tranquilidad, nos dijo que no había ningún daño en el ojo, ni en la visión y que solamente tenía daños oseos… De huesos… Cuando llegó la maxilofacial de urgencias manifestó que sin el TAC no podían actuar, y el TAC estaba en la Quirón.

A las 3.20 de la madrugada puse rumbo, de nuevo, a la Quirón. No habían adjuntado el TAC del AVIADOR al expediente, y volver a hacerle un TAC en menos de 3 horas era una barbaridad por la radioactividad y la radiación que le iban a meter en el cuerpo. En La Paz me dijeron que no volviera hasta el día siguiente. Yo no podía estar con él en la sala de los box y hasta el día siguiente a las 10 de la mañana, nadie iba a hacerle caso… Su urgencia no era vital. No era de vida o muerte… Se había pegado un buen castañazo, nada más.

Si nos adelantó el médico de La Paz que seguramente habría que operarle, porque tenía muchas fracturas en la cara. La operación podía ser por el lateral, una incisión pequeña para colocarle los huesos cercanos a la sien o bien abrirte toda la cabeza… Todo dependía del TAC.

Le hicieron el electro y la placa de torax para el pre-operatorio. Los análisis de sangre los teníamos hechos de la Quirón.

Después de pedir el TAC en la Quirón a las 4 de la mañana, me fui a casa…

La ESTRELLA y el PLANETA nos habían visto irnos a toda velocidad. Cuando el AVIADOR llegó a casa diciendo que se había caído en la bici, no tenía ninguna herida física y yo le dije que se tomara un ibuprofeno y se pusiera hielo. Tenía que irse a volar en menos de dos horas… “¿Estas para irte a volar?” “Si, yo creo que si… Pero es que no sabes la leche que me he pegado… Me he dado con toda la cara contra un bordillo. Me voy a duchar…”.

El problema es que en el cuarto de baño se sonó la nariz… Y esa presión, unida a las fracturas de la cara, hizo que el aire interior saliera por el ojo y cuando volvió al salón de casa, diciendo “Mara llévame a Urgencias” su cara se había, literalmente, desmontado… El ojo!!! Sobre todo el ojo!!! Los niños, al ver a su padre así, se pusieron a llorar al unísono y a gritar “Papáaaaa, que te pasaaaaaaaa? Papi el ojooooooo!!!”

Por eso, agradecí que me dieran la suelta en La Paz, aunque fuera a las 4 de la mañana, para que al día siguiente por la mañana, pudiera estar un rato con los niños para tranquilizarles y decirles que papi estaba bien…

No dormí nada en toda la noche… Creo que a las 6.30 conseguí desmayarme… A las 7.30 entró la ESTRELLA en mi cuarto, porque se iba de excursión… “¿Dónde está papá? ¿Cómo está papá?” “Bien mi niña, está bien, se ha quedado en el hospital porque tenía el ojo muy hinchado” “Pero… ¿le van a operar?” “Pues ahora mismo no… A lo mejor si… Lo tienen que decidir los médicos”

Me levanté, me tomé un café con ella mientras desayunaba y se vestía para ir al monte y me volví a meter en la cama. A las 8.45 me levanté, me duché y volví a La Paz… Por el camino, llamé a sus padres…

viernes, 18 de octubre de 2013

¿TIENEN ALGO EN COMÚN?

Mercedes Alaya… 50 años. Mujer. Española. Vive en Sevilla. Juez (O Jueza, nunca sé si a esta profesión le “cabe” el femenino y yo no quiero pecar ni de machista, ni de feminista, ni de sexista, ni de omisión…)  del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla. Casada con un auditor y madre de 4 hijos. Es famosa porque tiene a sus espaldas la “tortura” y responsabilidad de llevar la instrucción del tema de los EREs “rarunos” de Andalucía y se está viendo vilipendiada y acosada a la salida del trabajo (que se sepa) y seguramente, en muchos momentos familiares y personales (esto no se sabe, lo sabrá ella). Han tenido que ponerle protección policial ante el acoso que sufre últimamente.


 

Mario Biondo… 36 años. Hombre. Italiano. Vivía en Madrid. Cámara de televisión del programa “Masterchef” entre otros programas. Casado con la presentadora Raquel Sánchez Silva y sin hijos (parece ser que no podía tenerlos). Es famoso por haber muerto en extrañas circunstancias (por decir algo suave de su forma de morir) después de haberse peleado con su mujer, despedirla en el garaje porque ella tenía un viaje familiar programado, y haberse pasado una tarde/noche fascinante… (Fascinante por no decir de locura).

 


Y ahí va la pregunta… ¿Qué tienen en común?

Pues aparentemente nada… Sus vidas no creo que se hayan cruzado nunca y si lo han hecho es difícil que se hayan saludado, aunque quizá un “buenos días” por educación ha podido haber si algún día Mario estuvo, con su cámara, a las puertas del Juzgado de Mercedes… o han coincidido en la presentación de un libro de recetas de paella (por ejemplo)…

Ya, en la Tierra, dudo mucho que vuelvan a encontrarse.

Entonces… ¿qué tienen en común?

Pues tienen en común que yo, Mara, sé de sus vidas demasiadas cosas que no me parece que tenga que saber, ni me apetece saber, ni debería saber… Y esto no es una crítica al derecho a la información, ni al derecho a la libertad de prensa, es una defensa al derecho a la intimidad de las personas.

Mercedes Alaya es Juez. Una juez (o jueza) que está llevando un caso tan gordo y que afecta a tantas personas (importantes o no) no debería ser conocida. No deberíamos ponerle cara, ni trajes, ni saber la tienda en la que los compra, ni su peluquería. Mucho menos deberíamos saber quién es su marido, donde y en qué trabaja, y ni me pronuncio del número de hijos que tiene. ¿Por qué sé cuántos hijos tiene esta mujer, por qué sé cómo se apellidan? No es una mujer pública ni ha comercializado con su vida, ¿por qué sabemos tanto de su vida privada? ¿No estamos poniendo en peligro su imparcialidad a la hora de ejercer su trabajo? Si esta mujer se siente amenazada a las puertas de los Juzgados, y han tenido que ponerle protección policial… ¿no influirá esto en su forma de afrontar sus decisiones y a la hora de dictar sus sentencias?

Y ojo! Que no estoy poniendo, en ningún caso, en tela de juicio su profesionalidad e imparcialidad como Juez (Jueza). Solamente estoy diciendo, porque a mi se me pasaría por la cabeza, que, quizás, si ella se siente amenazada, y en un momento dado ve que sus actuaciones (legales y legítimas) pueden poner en peligro a su familia, a sus hijos, absolutamente inocentes del mundo laboral en que se ha metido su madre, puede optar por dar un carpetazo al tema, hacer un “pasapalabra”, alegar un estress que te cagas y no seguir conociendo de un asunto determinado por miedo al peligro en el que ha puesto a su familia, quedándonos así sin la intervención en muchos casos de un pedazo de Juez (o Jueza). Porque en este punto si me voy a mojar y mucho: a mi la Juez Alaya me flipa en todos sus aspectos… El empaque, la distancia, la elegancia, la valentía, el señorío… Me parece de AUPA!!!

Y quizá con ello, todos estamos poniendo trabas a que se aplique la justicia con las personas que han hecho cosas feas.

Tengo que decir que cada vez que veo en la tele la cara de un Juez, Fiscal, Magistrado me pongo de mala leche. Una cosa es que esa persona, voluntariamente, hable para las cámaras o una revista, y otra muy distinta es que se le saque entrando y saliendo de su Juzgado o lugar de trabajo, sin que eso esté autorizado por el interesado. También me consta que la Juez (Jueza) Alaya ha dado entrevistas, pero, de las que he leído, nunca tratan de su vida personal, salvo para decir que su marido y ella no hablan de trabajo cuando llegan a casa.
 
En cuanto a Mario Biondo, puffff… La cronología de su última noche con vida me ha puesto los pelos de punta… No necesitaba en absoluto conocerla… Pobrecito… Como hay que estar de mal, de horriblemente mal, para después de llevar 11 meses casados, en una aparente felicidad constante, con una mujer aparentemente alegre al lado, ella se marche por la puerta y tú… Madre mía!!! Y no voy a entrar a valorar lo que, según la prensa, hizo, porque, pobrecito, claramente no estaba bien… Lo que pienso son dos cosas…
 
La primera es que yo no tenía ninguna necesidad de saber esa cronología nocturna que me espanta y me da miedo… Si se fue a un burdel, si consumió algo, si fumó, si estuvo con tías o solo, si chateo con su gente… Pero ¿de verdad teníamos necesidad de saber todo eso? Y entiendo que, en un momento dado, su viuda para salvaguardar todo lo que se está diciendo de ella, sobre todo la familia del finado, haya filtrado a la prensa los datos con el fin de justificar sus actuaciones y para que dejen de poner en entredicho todo lo que hace o dice. Al fin y al cabo ella se ha quedado aquí aguantando el chaparrón y su marido es el que se ha ido de una manera un tanto extraña.
 
La segunda es que estamos totalmente vigilados por el móvil, el cajero, el ordenador… No existe la vida privada… Realmente hay un Gran Hermano que nos vigila y controla todos nuestros movimientos y en un momento dado, pueden salir todos a la luz.
 
Imaginemos que Mario no hubiera muerto y se hubiera quedado “gagá” un tiempito y luego despertase; su reputación como persona habría caído por los suelos, su mujer podría haberle dejado en la estacada (y no digo que sin motivo), su vida personal y laboral se podría haber ido al garete, todo porque la información que tenemos sobre su vida personal es excesiva…
 
En ocasiones, en los medios de comunicación se nos da demasiada información sobre las personas, nos rodeen o no nos rodeen. Información que, en absoluto es necesario que tengamos a nuestra disposición, para nuestra vida diaria.

miércoles, 16 de octubre de 2013

LA TERNURA

No nos confundamos de ternura…

Según el DRAE, TERNURA es “calidad de tierno”… Si… Tierno como un donnut…

Las magdalenas, el pan, los postres, la bollería, en general, es tierna, pero no desprende ternura… Si la bollería no es tierna, es repugnante y hay que tirarla a la basura. Tu corazón no se encoge ante un croissant relleno de chistorra o sobrasada, en ese caso, a lo mejor, se te hace la boca agua, pero ternura, ternura no te despierta por muy tierno que esté… El cerdo muerto de la chistorra te puede dar penita, pero ternura… Tampoco…

La ternura es un sentimiento directamente relacionado con el músculo maldito, el corazón, y que no todo el mundo nos despierta… Es más, para que un ser humano adulto te dé ternura, normalmente, tienes que quererle y mucho… Los niños dan, todos sin excepción, ternura, y cuando sufren te dan ternura y pena.

La ternura es un sentimiento distinto, muy distinto, de la pena… Siempre he dicho que el sentimiento de pena, el actuar por/con alguien por pena, me parece repugnante. No quiero que nadie esté a mi lado porque le doy pena, si quiero que esté si le doy ternura.

Cuando te vas de un sitio y sabes que quizás no vuelvas o que tardarás en volver, te da pena, pero no ternura. Ternura te pueden dar las lágrimas del que te ve partir hacia tu nuevo destino… Tus lágrimas en estos casos, son de pena, y las del otro, te dan ternura.

Lo mismo ocurre con los cachorros de los animales… Les ves recién naciditos y no te dan pena… Te dan ternura… Son tiernos…

(Hago un inciso para decir que los cachorros que a mi me dan ternura son aquellos que tienen pelo, verbi gracia, los gatitos, perritos, conejitos… Una rata recién nacida, sin pelo y con pinta de micro-cerdo… me mata del asco y la pota. Le atropello con una bici… No me da ni ternura ni pena, me da un ascazo que me muero… Tampoco me dan ternura los recién nacidos acuáticos, ni los reptiformes… Un cocodrilo por muy pequeño que sea, no despierta en mi ninguna ternura. Los pájaros me revientan!!! Me cagan en la cabeza, el bolso o la chaqueta y los aniquilaría… Por eso, debo precisar que me refiero sólo y exclusivamente a cachorros peludos)

También me dan ternura los cachorros de animales grandotes pero indefensos… Un elefante… Un caballo… Un ñu… Me dan ternura, pero no pena. Les veo llegar a la vida con su inocencia e indefensión, y aunque pesen una tonelada me ponen tiernecita.

Ver como se le enguachinan los ojos a un adulto que quiero, me mata. Si es hombre, más. Y tiendo siempre a abrazar a todo el que llora. Las lágrimas me dan ternura, mucha ternura… A mi no me gusta llorar en publico, siempre me escondo (yo lloro fatal), por eso abrazo siempre al que llora… Para no verle la cara, porque a mi me da mucha vergüenza que me vean llorar. De hecho tengo un “gesto” muy mío, que es mirar al techo cuando voy a llorar y caminar así hasta que encuentro el lugar elegido para pegarme la “pucherada”… Voy sosteniendo las lágrimas hasta que las dejo caer.

Las embarazadas me dan ternura y mucha pena… Cuando las oigo decir que están deseando que salga, sobre todo a las primerizas, pienso “pobriña, no sabe lo que se le viene encima”… Una tía de mi madre le decía siempre a su hijo, que era un auténtico cabestro: “si pudiera te volvía a meter por el agujero que te saqué”… y a mi toda la vida me pareció una barbaridad… Toda la vida, hasta que tuve a mis hijos y entendí que hay momentos en que te encantaría volvértelos a meter dentro, porque tú estabas más gorda e incómoda, pero… claramente, estabas más tranquila.

Hay miradas que te matan de los tiernas que son… Son miradas de sorpresa, de amor, de arrepentimiento, de interrogación… Hay ojitos que al mirar hacen que tu corazón se ponga al revés en un segundo.

Y voy a confesar que es lo que más ternura me da en el mundo…

Mi PLANETA…

Es dulce, es bueno, es trasto, es fuerte, es romántico, es bailón, es cariñoso, es sensible, es simpático, es ocurrente… Y cuando le regaño por algo, me mira como el gato de Shrek…

Es el PLANETA de mi vida… y es total y absolutamente, tierno…

Y para muestra su último ejercicio sobre los nombre propios…



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