viernes, 29 de julio de 2011

MI AMIGO

Tengo un amigo.

Esta afirmación no puede hacerla todo el mundo. Yo si.

Y tengo autorización expresa para hablar de él y lo voy a hacer. Sólo tengo un ruego por su parte: "que lo que escribas, lo hagas con el corazón y no como si te fueran a leer". Ya le dije que eso era complicado… pero lo voy a intentar. Me deja decir sobre él, lo que yo quiera, y lo que yo quiero decir es esto:

“Le conocí con diez añitos, él tenía ocho. Yo llegaba a las Escuelas, para ver jugar un partido de futbol de mis amigos y él estaba sentado en la grada, porque nunca ha jugado al futbol, por lo menos a la edad en la que todos jugaban. Cuando me vió llegar, a sus ocho añitos, se levantó y me dejó el sitio, y yo dije: “¡Esto es un caballero y lo demás son tonterías del campo!”. De esto, él se acuerda perfectamente, yo recuerdo que le conocí allí… pero no recuerdo lo petarda que era de pequeña, ni mucho menos mi comentario.

Desde entonces, es MI AMIGO.  

Nos hicimos amigos enseguida. Y durante todo este tiempo ha sido una amistad de verdad. Entre hombre y mujer, y de verdad. Yo, en general, no creo en la amistad entre hombre y mujer, porque siempre he pensado que alguno de los dos acaba sintiendo algo más por el otro, y eso estropea la amistad, porque dejas de ser objetivo para los intereses del otro y buscas subjetivamente tus intereses propios. No es nuestro caso. Nunca lo ha sido. Nunca, nunca, nunca ninguno de los dos hemos sentido nada más que un cariño enooooooooooooooooorme y una “atracción” y admiración profunda por la persona del otro.

Nos lo hemos reído juntos a lo bestia. Nos lo hemos llorado juntos, también a lo bestia. Nos lo hemos bailado, bebido, jugado a la pocha y al chinchón, comido (y me refiero a tomates de la huerta de su padre) y fumado (y hablo de tabaco, porque ni él ni yo fumamos otra cosa, que se sepa…) juntos, todo juntos.

Ha sido la única persona del sexo contrario que ha dormido en mi casa, invitado por mi, con autorización expresa de mis padres y sin que ellos estuvieran en casa. Hasta mis padres sabían que entre nosotros sólo había una sincera y profunda amistad.

Hemos quedado solos para salir un montón de veces, y no hemos necesitado a nadie más. La conversación siempre ha surgido solita, cualquier tema que hemos sacado ha sido debidamente analizado, comentado, devorado y despellejado desde el mismo sentido del humor que tenemos los dos.

Todavía recuerdo un concierto de Rosario Flores en Santander, mano a mano los dos solitos, en el que él decidió hacerme la confesión de su vida, con lágrimas en los ojos y muerto de miedo, y yo, que sabía de su situación desde el día que le conocí prácticamente, le quité toda la importancia del mundo, nos tomamos unas cañas y bailamos al son de “Uy, uy, uy mi gato hace uy, uy, uy!”

Solo una vez hemos estado “desconectados” durante un tiempo y fue, como suele ocurrir, por un mal entendido, provocado por terceros. Y el día que nos volvimos a ver, se nos había olvidado el motivo de la desconexion y ni ganas de acordarnos… Desde entonces seguimos en contacto, casi diariamente… Y digo casi, porque quizá hay dos días a la semana que no sabemos el uno del otro… pero estamos en contacto siempre. Sabemos perfectamente donde, como y cuando localizarnos.

Se ha reído de mi y conmigo todo lo que ha querido. Me ha tomado el pelo un millón (o dos) de veces. Él ponía un mote a alguien, y me decía que se llamaba así, y después me encontraba yo llamando “Sebito” a uno que pensé que se llamaba Eusebio y resultó que “Sebito” era el diminutivo de “Sebo” y el pavo se llamaba “José Antonio” y llevaba zuecosssssssssss, gafitas y chalequito… Era lo peor colega!!!! Era Sebito.

Frases como “Arrastro el culo por un bardal”, “El Asón que es un río cantabrón” le han caracterizado jugando a las cartas. Cuando en la playa se iba a comprar algo decía “el que quiera un helado que levante el pubis”. Y sus suspiros iban a compañados de un "en fin, Serafín, no somos nada."

Hemos visto los fuegos artificiales de las fiestas del “Santu Cristu del Amparu” en su casa “el Cuestu”, durante muchos años, siempre sentados juntitos. Con Olga, Pepe y su hermana, y un montón de amigos y muchas risas, aunque pareciera que los demás no existían. Nos subiamos todos al tejadillo de su garaje y allí, veíamos como los petardos se convertían en miles de luces que se abrían en forma de estrellas de colores, y parecían un traje de Norma Duval en el “Moulin Rouge”.

La última vez que le vi fue hace un año. Parece que fue ayer, parece que fue hace muchísisisisimo. Nos tomamos unas cañas con un amigo suyo. Llevábamos sin vernos un montón de tiempo, cuatro años fácil, pero la sensación fue, totalmente, como si nos acabáramos de despedir. Estuvimos de cañas, de risas, de recuerdos, de opiniones… estuvimos cerquita, como siempre. Terminamos la noche bailando en un semáforo de la calle Santa María de la Cabeza el temazo “Me enamoro de ella” de Juan Luis Guerra. Al dia siguiente me lo había colgado en mi muro de Facebook.

Él me llama “Princesita”. Yo “Mi X” (su nombre). Siempre nos despedimos los chateos con un “te quiero”, y es absolutamente sincero, porque yo le quiero…

Creo que le volveré a ver el día 12 de agosto… Estoy tan impaciente!!! Cómo me apetece!!! Ese quinito en La Corriente… Ese día empiezo las vacaciones y es un día muuuuuuuuuuy especial (¿?)… pero voy a estar con él… Lo estoy deseando!!!”

No voy a identificarte mi “X”, he dado demasiadas pistas sobre ti. Estabas muy impaciente. Aquí lo tienes. Tu post. Espero no haberte decepcionado.

Sabes que te quiero ¿verdad?

Nos vemos el día 12 a las 23.30, mi niño. Ya sabes las coordenadas.

La noche se nos va a hacer muy corta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Blanco y en botella....¡Un abrazo muy fuerte a tu amigo!
Mikito

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